Tal y como señalamos en la presentación del seminario, el español siempre ha sido un idioma en movimiento. A lo largo de distintas ponencias y propuestas, se ha ido confirmando el importante papel del español en las culturas marítimas globales, tanto en el pasado, como en su proyección hacia el futuro. Desde el punto de vista histórico, la realidad de nuestra lengua como vehículo de transmisión de conocimiento en todos aquellos territorios que han conformado la monarquía hispánica fue materia de presentación y debate. De ese modo, se puso en valor la fuerza del español como lengua global. Una de las más importantes proyecciones hacia el futuro, tal como se ha constatado, es el uso del español en la “navegación” por internet. La metáfora que une pasado y porvenir, en el primero navegaban flotas y galeones hispanos, en el futuro navegaremos por internet, nos pareció muy significativa. La importancia de la presencia española e hispana en la mar ha sido elemento constitutivo innegable de nuestra identidad común. Intelectuales como Ramón y Cajal, se evidenció en la ponencia de Francisco López Muñoz, descubrieron la importancia de esta realidad, llegando a afirmar que la “patria no solo es el terruño, sino también la historia”, tras su experiencia cubana. También se reafirmó la importancia de mantener una narrativa de la historia marítima española, que refleje (como se ha hecho en el contexto angloamericano), la tradición naval, a través de trabajos de carácter académico y divulgador, según mostró la ponencia de Iván Valdez Bubnov, entre otras. En cuanto a la presencia del español como legua casi “vehicular” en internet, se puso de manifiesto que los internautas son en un alto porcentaje de habla hispana. Y se proponen nuevas vías de comunicación en la web a través de plataformas como Telegram. Aurora Centellas y Joan Álvarez efectuaron en esta sesión importantes reflexiones. La trayectoria del español como lengua navegante tiene diversas vías para extenderse, como las imágenes, o los nuevos medios de divulgación cultural que están contribuyendo a que esa realidad cultural llegue a un público más generalista. Se ha constatado la demanda que existe para consumir este tipo de conocimientos. Proponemos abundar y crecer en nuevas vías de transferencia de nuestra historia y cultura. Los archivos, y en concreto los de la Armada, según mostraron los almirantes Marcial Gamboa y Enrique Torres, son fuente imprescindible para el trabajo académico. Mas es preciso proyectarse en otros escenarios, hacia un público deseoso de conocer un producto cultural asequible y fundado en investigación seria, académica y puesta al día. María Saavedra Inaraja y Manuel Lucena Giraldo, directores