Abraham Esteve Núñez, investigador principal del Grupo Bioe, formado por profesores e investigadores de Universidad de Alcalá y del Instituto IMDEA Agua. Su actividad científica se centra en la biotecnología ambiental.
¿Explíquenos en que consiste su investigación?
El Grupo Bioe está formado por profesores e investigadores del área de Ingeniería Química de la Universidad de Alcalá y del Instituto IMDEA Agua. En este marco exploramos el fascinante mundo de los microorganismos electroactivos, capaces de intercambiar electrones con materiales conductores de la electricidad, y con ello, generar corriente eléctrica a partir de su metabolismo o, incluso, utilizar esa corriente como energía para sus procesos vitales. La electromicrobiología tiene ya dos décadas de vida y desde nuestro grupo hemos sido pioneros en desarrollar aplicaciones ambientales que integran conceptos de la ingeniería, la microbiología y la electroquímica. El resultado de nuestra investigación permite descontaminar aguas y suelos de forma más eficiente y sostenible, desalar agua con energía eléctrica aportada por las bacterias, sintetizar bioplásticos y proteínas para alimentación animal a partir de CO2 y corriente eléctrica de fuentes renovables, y monitorizar la calidad del agua a partir de la electricidad generada por los microorganismos.
¿De qué manera contribuye se investigación a afrontar los desafíos de la sociedad?
En los últimos diez años hemos desarrollado aplicaciones relacionadas con dos de los grandes retos actuales, la energía y el agua, elementos íntimamente relacionados. La depuración del agua contaminada –no sólo por la actividad industrial, sino también por los ciudadanos en su actividad diaria– o la desalación de agua de mar para asegurar el abastecimiento en áreas costeras suponen un ingente gasto de energía. Nuestra investigación ya ha aportado soluciones para reducir o eliminar la energía necesaria en esos procesos, mediante el uso de unos microorganismos que llevan millones de años optimizando el uso de fuentes energía y el uso de residuos. En la naturaleza se aprovecha y optimiza todo; sólo tenemos que observar, aprender y diseñar sistemas sostenibles basados en los naturales, y mejorarlos, si cabe, a través de la biotecnología.
Divulgación de la ciencia. ¿Cómo hacer llegar a la sociedad el trabajo de los científicos y científicas?
La divulgación y la comunicación científica son actividades clave dentro de la ciencia moderna; permiten acortar los tiempos entre el descubrimiento o el hallazgo científico y el conocimiento de este por parte de la sociedad; además, es una herramienta fundamental para despertar vocaciones y generar una sociedad mejor informada y más libre a la hora de exigir o de tomar decisiones. Divulgar requiere de unas habilidades que no tienen por qué estar presentes en el científico convencional, ni siquiera en el profesor de universidad acostumbrado a la enseñanza de una disciplina especializada. Necesitamos de profesionales de la comunicación capaces de llegar a distintos públicos objetivo, adaptando el discurso sin renunciar a la rigurosidad implícita al hablar de ciencia. En Bioe contamos con personal especializado en comunicación y divulgación de la ciencia para garantizar que el mensaje llega a las distintas audiencias de la manera más adecuada.
¿Qué retos de futuro se plantea con su actividad investigadora?
“Muchas de las ideas nacidas en Bioe se han convertido en soluciones reales disponibles en el mercado. Ahora es trabajo de otros actores, como empresas de base tecnológica como Nanoelectra o METfilter, el implementarlas para que el consumidor final se vea beneficiado”
Muchas de las ideas nacidas en Bioe se han convertido en soluciones reales disponibles en el mercado. Ahora es trabajo de otros actores, como empresas de base tecnológica como Nanoelectra o METfilter, el implementarlas para que el consumidor final se vea beneficiado. La internacionalización en mercados distintos al europeo es también uno de los retos; en este sentido, nuestra participación en proyectos como ELECTRA enfocado a validar nuestras soluciones tecnológicas en China, acelerará el proceso de inmersión. Por último, como grupo de investigación, Bioe siempre tendrá el reto de mantener un equilibrio entre profundizar en mecanismos ya descubiertos, y explorar nuevos conceptos que alimenten, el día de mañana, a la maquinaria de transferencia tecnológica. Esto es sólo posible convirtiendo Bioe en un campo de juegos carente de prejuicios, donde la combinación no predecible de eventos u observaciones de lugar a cambios de paradigma, a una verdadera innovación.
¿Qué papel ha desempeñado la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) de su universidad en la transferencia de su tecnología?
De la mano de la OTRI de la Universidad de Alcalá y de la unidad de gestión de proyectos de IMDEA Agua hemos aprendido a transferir nuestros resultados a través de patentes, acuerdos con el sector empresarial o la creación de empresas de base tecnológica. Sin estas unidades de apoyo, el investigador ve limitada su capacidad para transferir la tecnología generada en sus laboratorios.
Ya sé que me dirá, como buen investigador, que la ciencia no tiene fronteras, ni nacionalidad… pero no por ello deja de ser cierto que la ciencia la hacen personas concretas en lugares determinados. Muchos de ustedes han recibido fondos públicos, becas, presupuestos para desarrollar su carrera. Permítanme hacer la pregunta, ¿cómo avanza Madrid cuando avanza la ciencia en Madrid?
Como principal foco de desarrollo económico del país, Madrid no puede avanzar de espaldas a la ciencia generada por sus investigadores. Madrid avanza cuando recurre a la ciencia para ofrecer a sus ciudadanos un espacio más limpio, más sano; cuando el futuro proyecto de Bosque Metropolitano incorpora nuestra tecnología METland® para la depuración sostenible de aguas, Madrid avanza, y con ello el ciudadano se ve beneficiado por millones de euros de inversión regional en ciencia.