El poeta andaluz nos acerca a los horrores de la guerra civil causados por los bombardeos aéreos
En poco tiempo los aeroplanos dejaron de ser novedosos elementos tecnológicos, que llenaban de asombro a los poetas, y fueron incorporándose a la vida cotidiana en todo el mundo: pilotos, líneas comerciales y … artefactos bélicos. Los horrores de la guerra civil española, donde se experimentó por primera vez el bombardeo en masa contra civiles, rompieron la imagen idílica de los aviones, convirtiéndolos en máquinas de guerra. Hay ejemplos de poemas contra esa macabra función. Uno de ellos es ‘La muerte del niño herido’ de Antonio Machado en que se presenta la muerte final de un niño enfebrecido y asustado por el bombardeo: un invisible avión - ”Madre ¡el pájaro amarillo! ¡Las mariposas negras y moradas!”- moscardonea y repiquetea el cristal del balcón.
La muerte del niño herido
Otra vez es la noche… Es el martillo
de la fiebre en las sienes bien vendadas
del niño. -Madre, ¡el pájaro amarillo!
¡Las mariposas negras y moradas!
-Duerme, hijo mío. Y la manita oprime
la madre junto al lecho. -¡Oh, flor de fuego!
¿Quién ha de helarte, flor de sangre, dime?
Hay en la pobre alcoba olor de espliego:
fuera la oronda luna que blanquea
cúpula y torre a la ciudad sombría.
Invisible avión moscardonea.
-¿Duermes, oh dulce flor de sangre mía?
El cristal del balcón repiquetea.
-¡Oh, fría, fría, fría, fría, fría!
Antonio Machado. (Sevilla, 1875 – Colliure, 1939)