VIERNES noche, trastero de una casa en ruinas
que fue nuestra con luces de linternas robadas.
Poetas de quince años con resaca y revista,
aprendices de viejo sin sombras en la cara.
Largas horas buscando, entre páginas frías,
ese verso indomable que nos murmura el alma.
Lejos, la ciudad triste, las hogueras del día,
la segura condena de no llegar a nada.