Noti5
Fecha
Fuente
UAB

El ritual íbero de las cabezas enclavadas, más complejo de lo que se pensaba

Un estudio liderado por la UAB en los yacimientos de Puig Castellar y Ullastret apunta que el ritual de los jefes enclavados no respondía a una misma expresión simbólica entre las comunidades íberas del noreste de la península Ibérica, sino que variaba según el asentamiento

La investigación ha analizado los patrones de movilidad de las comunidades humanas de la edad de hierro del último milenio antes de nuestra era. Se ha basado en el estudio siete cráneos enclavados de hombres de dos yacimientos de este período: la antigua ciudad de Ullastret (en el municipio del mismo nombre, en Girona) y el poblado de Puig Castellar (Santa Coloma de Gramenet, Barcelona).

El estudio, publicado en Journal of Archaeological Science: Reports , lo han coordinado investigadores del Departamento de Biología Animal, de Biología Vegetal y de Ecología de la UAB y ha contado con la participación de investigadores del Museo de Arqueología de Cataluña (MAC), del Museo Torre Balldovina y de las universidades de Lleida, de Lleida.

Las cabezas cortadas: más que simples trofeos de guerra

Las cabezas cortadas son una práctica ritual única dentro del mundo íbero y ofrecen una oportunidad excepcional para analizar estas comunidades, de las que existe muy poco registro antropológico de tipo funerario, ya que practicaban la cremación. Esta costumbre consistía en exponer públicamente los cráneos de algunos individuos después de un tratamiento post mortem . Algunas de estas cabezas se han recuperado agujereados y en algún caso con un clavo de hierro atravesándolos.

«¿Quiénes eran estos individuos y por qué se utilizaron sus jefes? Tradicionalmente, los arqueólogos han debatido si estos cráneos eran trofeos de guerra, para intimidar a los enemigos, o reliquias veneradas de personajes destacados de la comunidad. Pero estas hipótesis, basadas en fuentes orales y etnográficas, todavía no se han podido verificar ni se ha explorado la relación de estos grupos con su territorio. Nuestra premisa al abordar el estudio era que, de ser trofeos de guerra, no procederían de los yacimientos analizados, mientras que, de ser individuos venerados, muy previsiblemente serían locales», explica Rubén de la Fuente Seoane, arqueólogo de la UAB y primer autor del estudio.

«Nuestros resultados revelan que los individuos de Puig Castellar y Ullastret no habrían sido seleccionados al azar. Habría una tendencia homogénea hacia los hombres en el ritual, pero los patrones de movilidad y localización sugieren una mayor diversidad, lo que podría implicar también diferencias sociales y culturales entre los individuos de ambas comunidades», señala el investigador de la UAB.

El análisis isotópico revela diferencias entre yacimientos

Para realizar el estudio, el equipo de investigación ha combinado la bioarqueología y el análisis de isótopos estables de estroncio y oxígeno en el esmalte dental de siete cráneos cortados de hombres recuperados de Puig Castellar y Ullastret, junto con datos arqueozoológicos y un muestreo detallado de sedimento y vegetación recogido en los sedimentos y vegetación. Los resultados de los isótopos de estroncio del sedimento y la vegetación permitieron definir el rango referencial del estroncio de la zona cercana a cada yacimiento (estroncio biodisponible) y discernir así qué individuos coincidían o no con ese rango y, por tanto, si eran locales o no.

«En Puig Castellar los valores isotópicos de tres de los cuatro individuos difieren significativamente del referencial de estroncio local, lo que sugiere que, probablemente, no eran locales. En cambio, en Ullastret hemos encontrado una mezcla de orígenes locales y no locales. Este resultado apunta a que la práctica de las cabezas cortadas se aplicaba de forma diferenciada a cada yacimiento, lo que parece descartar una expresión simbólica homogénea, aunque será necesaria más búsqueda para asegurarnos», señala De la Fuente Seoane.

El hecho de que en Puig Castellar estuvieran expuestos en una zona como la muralla hace que los investigadores se decanten por la hipótesis de que la razón de su exposición tenía por objeto la demostración de poder y la coacción, tanto para la represión interna como hacia un grupo externo a la comunidad. En el caso de Ullastret, los dos individuos locales se encontraron en una calle, en medio de la ciudad, lo que apunta a que estarían expuestos en alguna pared o puerta de las casas adyacentes. Este hecho apoyaría la hipótesis que sugiere que podrían pertenecer a personas importantes de esta comunidad, veneradas o reivindicadas por sus habitantes. Un tercer cráneo de Ullastret, de posible origen foráneo, apareció en una de las fosas externas a las murallas del asentamiento, lo que podría representar un trofeo bélico.

Nuevas herramientas para entender la sociedad ibera

Los resultados del estudio revelan por primera vez una evidencia directa de los patrones de movilidad humana en la edad de hierro en el noreste peninsular y aporta nuevas perspectivas sobre los contextos de territorialización en esta zona.

La investigación previa sobre la gestión del territorio de los íberos ha sugerido diferencias sobre cómo estas sociedades explotaban los recursos que las rodeaban. Con este estudio se ha podido ver que los cráneos hallados en Puig Castellar y Ullastret muestran también patrones de movilidad diferentes, dado que los valores de los humanos y su relación con los valores de la zona son totalmente distintos en cada yacimiento. Y las muestras faunísticas revelan también una gestión de los recursos muy diferenciada, en coherencia con la tipología de cada uno de los asentamientos.

“Esta diferenciación refleja una sociedad dinámica y compleja con importantes interacciones locales y externas. Nuestro estudio es una primera aproximación a esta problemática arqueológica mediante un método que está revolucionando la forma que tenemos de estudiar la movilidad en el pasado. Asimismo, sugiere que la selección de individuos para el ritual de las cabezas cortadas era más compleja de lo que se había creído inicialmente», indica Rubén de la Fuente Seoane.

El estudio subraya la importancia de integrar datos bioarqueológicos e isotópicos para mejorar nuestra comprensión de las estructuras sociales y las interacciones humanas en el pasado. «Hemos establecido un referencial local de estroncio basado en un protocolo riguroso, aplicando en humanos una metodología pionera en Catalunya que, además, sirve como un primer paso hacia la creación de un mapa catalán de estroncio biodisponible, de modo que se favorezcan así otros estudios futuros y el conjunto de arqueólogos y arqueólogos.


Referencia bibliográfica: Rubén de la Fuente-Seoane et al., «Territorialización y humana movilidad durante el Iron Age en NE. .1016 / j.jasrep.2025.105035 .


Fotografía de portada: MAC-Ullastret en De Prado, 2015.

Añadir nuevo comentario