EL PROGRESO Avanza velocísima la audaz locomotora,
Cruzando la llanura en alas del vapor,
Rompiendo la montaña con furia destructora,
La selva atravesando con ruido atronador.
¡Avanza, y a su paso las fieras se estremecen,
Los bosques se separan, y se retira el mar:
A su mandato altivo los montes obedecen,
Que obstáculos no puede su carrera hallar!
¡Miradla, es del Progreso la máquina divina,
Que arrastra en sus wagone's la libre humanidad,
Que siempre adelantando, sin descansar camina
A su estación postrera, la hermosa Libertad!
La prensa es su caldera, que vívida enrojece
La llama esplendorosa de la inmortal Razón.
Bajo su férrea planta el mundo se estremece,
Guttemberg y Washington sus maquinistas son.
¡Avanza, libertando los pueblos oprimidos,
Avanza, derramando virtud e ilustración,
Dejando los tiranos burlados y vencidos,
Pisando la ignorante brutal superstición!
¡Avanza, atravesando los túneles sombríos
Que logra el fanatismo en su camino alzar;
Los pasa y los destruye, y en sus escombros fríos
A aquellos que los alzan consigue sepultar!
Avanza, y a su paso el campo de batalla
Se trueca en fértil tierra de paz y bendición;
¡Igual al amo fiero el triste esclavo se halla,
Y todos son felices, y todos libres son!
¡Ay, triste del que, necio, la rápida carrera
Osara de esa máquina divina contener!
¡Ay de él! ¡Su rueda fúlgida a polvo redujera
Al que el convoy sagrado quisiera detener!
¡Avanza, avanza rápida, veloz locomotora,
Avanza presurosa, avanza sin temor,
Te anima del Progreso la idea salvadora,
La libertad te espera, te impulsa el Creador!