Hace unas semanas os contábamos la historia de cómo investigadores en Indonesia habían regisdtrado a un orangután usando una planta medicinal para curarse una herida en la cara. Hoy os traemos algunos ejemplos más de lo que se conoce como “zoofarmacognosia”, es decir, la automedicación en animales.
Aunque el término no se acuñó hasta 1987 hay descripciones muy antiguas de este tipo de comportamientos. En este artículo en inglés publicado en The Conversation la investigadora Adrienne Mayor cuenta que Aristóteles y Plinio ya hablan en sus textos de cómo diferentes animales usan plantas medicinales. Por ejemplo los osos, que después de hibernar ingieren preferntemente ajo salvaje, un alimento rico en vitamina C y otros nutrientes, o como los ciervos heridos buscan una hierba llamada “díctamo”, que tiene propiedades coagulantes y anti-inflamatorias.
Existen además muchos casos donde el uso de plantas por parte de animales es lo que ha ayudado a los humanos a descubrir sus propiedades medicinales. Podéis encontrar varios ejemplos aquí.
Fotografía de portada:
LisaSympson