¡Gloria a ti y alabanza, Satán, en las alturas
del Cielo en que reinaste: y gloria en las negruras,
del Infierno en que sueñas silencioso y vencido!
Haz que un día mi espíritu repose complacido
contigo, bajo el Árbol de la Ciencia, ¡oh Satán!,
cuando, moderno Templo, sus ramas se abrirán.