UNA LECTURA DIACRÓNICA DE LA DIRECCIÓN Y GESTIÓN DE LA INNOVACIÓN DESDE EL RIGOR Y EL HUMOR<br>
Reseña realizada por Jesús Rodríguez Pomeda<br>
Universidad Autónoma de Madrid
La dilatada obra académica del profesor Patricio Morcillo Ortega, Catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Autónoma de Madrid, se caracteriza por dos notas distintivas: el análisis sistemático de la innovación como fenómeno fundamental de la empresa, y el pensamiento y la exposición de las ideas desde una perspectiva creativa y un punto provocadora.
En el texto que comentamos, el lector hallará nítidamente delimitadas ambas características. Tanto es así que quien se aproxime a la misma desde el mundo empresarial habrá de dejar en el perchero toda idea preconcebida sobre el estudio académico de la innovación. En efecto, la primera y destacada virtud de este texto es su capacidad de cuestionar los planteamientos preestablecidos sobre el modo de estudiar la innovación
siendo a la vez extraordinariamente riguroso en la revisión de todos sus aspectos.
Tal capacidad provocadora nace de la combinación del deseo de conjugar dos hondas pasiones del autor: el afán por el conocimiento científico de la innovación y la incondicional entrega al arte de Cúchares. El resultado, como no podía ser de otro modo teniendo en cuenta las pulsiones que alimentan la obra, alcanza una dimensión artística nada frecuente dentro de la literatura dedicada a la innovación.
Por tanto, el primer y poderoso imán para la atención del lector curioso y atento al fenómeno innovador es el carácter atípico del libro. Este rasgo representa un indudable acierto del autor. En efecto, el lector ha de orillar visiones convencionales, despejar la mente de enfoques trillados y abordar el texto con la mente abierta. ¿Existe algún innovador que no parta de estas premisas?
El profesor Morcillo ha ido aquilatando en los años de su fecundo magisterio un planteamiento personal de la innovación en el que destacan sus aspectos culturales. Así, su búsqueda de imágenes, alegorías y metáforas que, procedentes del planeta del toro, permitan atisbar los arcanos de la innovación alcanza en este libro su plasmación más completa. Obviamente, quien rechace la tauromaquia tal vez pueda torcer el gesto ante esta lectura. No obstante, su lectura resultada provechosa, por creativa y penetrante, sean cuales sean los gustos y aficiones del lector.
Tras agradecer sus enseñanzas (en el albero de la plaza y en el de la vida) a prácticamente todos los más grandes diestros de la historia, el profesor Morcillo aborda el objetivo de su libro: realizar una lectura diacrónica de la Dirección y Gestión de la Innovación desde el rigor y el humor. Incrementa grandemente el atractivo de tal lectura las incesantes referencias (apropiadas y sin atisbo de erudición vana) a figuras muy diversas tanto de la estrategia empresarial como de la cultura en general. En efecto, por las páginas del libro veremos desfilar, entre otros, a Benito Pérez Galdós, José Bergamín, Bucky Fuller, Francis Bacon, Miguel Servet, Joseph Alois Schumpeter, Jacques Morin, José Ortega y Gasset, Henry Mintzberg, Miguel de Unamuno, Edward De Bono, Severo Ochoa, Ferrán Adriá, Santiago Ramón y Cajal, Robert Grant o Émile-Auguste Chartier (Alain).
Muestras paradigmáticas de aplicación de conceptos y anécdotas taurinas a la innovación empresarial aparecen en los capítulos 6 y 7 de la obra. En el sexto se traza un paralelismo entre la regla de tres de Juan Belmonte (parar, templar y mandar) y las principales acciones de la dirección empresarial. Así, cuando parar para el diestro consiste en fijar al toro en los vuelos del capote o de la muleta con el propósito de encauzar la faena adecuada, en el léxico empresarial vendría a ser observar, identificar, inventariar, diagnosticar, evaluar, aprender y analizar todos los factores de contingencia y parámetros que entran en juego al ordenar el pensamiento estratégico. (p. 50). Por otro lado, templar al toro significa cogerle el ritmo a sus embestidas con el objeto de acompasar la ejecución de los pases a las arrancadas del animal, mientras que en el mundo de los negocios sería tanto administrar, negociar, organizar, coordinar, cooperar y adaptar los recursos y las capacidades de la empresa a las demandas del mercado, como hacer que reine la concordia en el seno de la compañía (p. 51). Finalmente, si mandar al astado es obligarle a ir por donde quiere el diestro (
) para componer su obra maestra, mandar en la gestión empresarial consistiría en dirigir, asignar responsabilidades y fijar el rumbo que debe tomar la empresa a corto plazo. (id.).
En cuanto al capítulo 7, aprendemos que ligar (dar un pase tras otro sin salirse del surco componiendo una serie que tiene entidad y trascendencia) y cargar la suerte (cambiar el toreo lineal y desahogado por la hondura y la profundidad) también tienen su traducción empresarial: con la ligazón las empresas integrarán y darán continuidad a una idea, mientras que al cargar la suerte la empresa seguirá aquella estrategia que muestre mayores probabilidades de triunfo. (p. 58).
Otra interesante reflexión aparece en el capítulo 25, donde Morcillo propone el desarrollo de la neuroinnovación, según la cual toda actitud innovadora se activa con el funcionamiento del cerebro y que este funcionamiento se debe a códigos que el cerebro ha ido adquiriendo a lo largo de su historia evolutiva y genética. (p. 205).
En conclusión, si consideramos que pueden darse dos aproximaciones analíticas al mundo del toro (la tauromaquia, o arte de lidiar los toros, y la taurología, que es el arte de conocer el mundo taurino y sus relaciones con su entorno) podemos afirmar que este libro del profesor Morcillo representa una originalísima y sugestiva aproximación a la taurología de la empresa. Una aproximación tan activa como la fiesta nacional y tan creativa como los aspectos culturales, organizativos y estratégicos de la innovación que aparecen naturalmente para quien sepa mirar la tauromaquia desde una visión perspicaz y alejada del dontacredismo.