Al gran cero
CERO luminoso, claridad vacía
que borras nuestra falsa conciencia sólo humana
y nos llevas a un mundo remoto y absorto;
cantos tartamudos, números perdidos
que sustentáis, callando, las músicas flotantes
a la vez que el orden de los dioses antiguos
y los teoremas que aún llamamos modernos:
nubes aún sin forma, y vosotras, estatuas
que con grandes ojos, quizá azules, fijos
me miráis sin verme, vosotros unís
pasado y futuro como un presente ausente.
iOh transparencia viva! Y iOh tú, pálpito quieto
del acto luminoso, que lo es todo, y no es nada.