Gamma-3
Con todo el prosaísmo que el caso requiere, rindo homenaje
a Joaquín María Bartrina, autor de aquellos estupendos
versos de amor que dicen: «Iban los dos mamíferos
hablando / cuando Juan se inclinó, con el deseo / de ofrecer
a su amada, suspirando / un Dyanthus Cariophyllus de
Linneo.»
- ¿Y si habláramos de Dios?
- No me han presentado nunca
a ese importante señor.
- ¿Y si habláramos de amor?
- ¿Otra explosión? ¡Por favor!,
basta de revolución.
- Te propongo una ecuación.
Anda, y bésame.
- ¡Qué error!
Mañana, la solución
- Mañana, vete con Dios
y líbrame de tu amor.
Iban así el electrón,
el neutrino y el protón,
la martina y el juanón.
Ya lo decía Bartrina:
«¿Hay nada, ¡vive Dios!,
bello como la fórmula algebraica
«Ce es igual a PI erre dos» ?»
Lo malo vino después
de tanto positivismo,
pues se armó la de sin Dios.
(Perdón, dos.)