Entrevista a Javier García Martínez. Catedrático en la <a href="https://www.ua.es/" title="Universidad de Alicante" alt="Universidad de Alicante" target="_blank">Universidad de Alicante</a> (UA) y director del <a href="http://nanomol.es/en/home/" title="Laboratorio de Nanotecnología Molecular" alt="Laboratorio de Nanotecnología Molecular" target="_blank">Laboratorio de Nanotecnología Molecular</a>.
Javier García Martínez, es químico, catedrático en la Universidad de Alicante donde dirige el Laboratorio de Nanotecnología Molecular. Es Premio Jaime I entre otros galardones. Es el fundador de la empresa Rive Technology merecedora del premio de la Asociación Científica Española de EE.UU.
Javier García es además un gran divulgador, consciente de la importancia de atraer a los jóvenes hacia la ciencia y ayudarles a desarrollar el talento. No en balde es el fundador, con la ayuda de la Fundación Rafael del Pino de Celera.
Recientemente te han concedido el premio a la mejor innovación española en EE.UU. por tu trabajo en MIT y crear Rive Technology ¿Podrías explicarnos en que consiste tu descubrimiento y que es lo que hace tu empresa?
Efectivamente, este es un premio que organiza la Asociación de Científicos Españoles en EE.UU. y que reconoce el desarrollo y comercialización de una nueva familia de catalizadores que permiten reducir las emisiones de CO2 a la vez que mejoran la eficiencia en la producción de gasolina y diésel. Hice este descubrimiento en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y decidí comercializarlo mediante la creación de Rive Technology, una empresa que ya ha conseguido 80 millones de dólares de inversión y que, junto a nuestros socios, produce miles de toneladas de catalizador que se utilizan en refinerías de EE.UU. mejorando su rendimiento y reduciendo su impacto sobre el medio ambiente.
¿Cuáles son las principales diferencias que observas entre emprender en EE.UU. y emprender en España?
A todos nos suenan algunas ciudades, normalmente asociadas a grandes universidades, donde se han creado grandes empresas tecnológicas; pero en la mayoría de EE.UU. resulta muy difícil reproducir esos ecosistemas a pesar de que cuentan con la misma cultura del riesgo y legislación favorable. La clave del éxito debe estar en otro sitio. En parte está en que llevan muchos años haciéndolo bien. Por eso, en algunos lugares, han desarrollado todo un ecosistema que contiene todos los elementos necesarios para que se desarrollen y crezcan empresas tecnológicas que pueden convertirse en líderes mundiales. Existen inversores, universidades excelentes que trabajan muy bien con la industria, y sobre todo muchos casos de éxito que actúan como un imán para el talento, ya que aquellos que quieren hacer cosas grandes se mueven a los lugares donde están ocurriendo cosas interesantes y tienen más oportunidades de éxito. En Europa en general, y en España en particular, llevamos menos tiempo transfiriendo la excelente investigación que se realiza en nuestras universidades al mercado, pero en los últimos años se ha priorizado y dedicado recursos a la creación de empresas de base tecnológica. El mayor error en mi opinión es la atomización del esfuerzo. Cada organismo está creando su propio plan de fomento del emprendimiento y la tentación es no apoyar la investigación que pueda aplicarse en el corto o medio plazo, lo que en mi opinión es un grave error porque no existe ciencia básica o aplicada si no ciencia buena o mala y es sólo en base a la calidad de la investigación cómo debe concederse la financiación.
Además de tu trabajo como emprendedor, eres catedrático en la universidad de Alicante donde diriges el Laboratorio de Nanotecnología Molecular ¿Podrías comentarnos como vives tu doble faceta de científico y emprendedor?
Para mí, ambas actividades son totalmente complementarias. En el laboratorio desarrollo nuevos descubrimientos para solucionar algunos de los grandes problemas a los que nos enfrentamos y a través mi empresa comercializo esos descubrimientos para que pueda beneficiarse cualquier persona en el menor tiempo posible. De hecho, creo que los científicos emprendedores van a ser uno de los agentes de cambio que van a definir más este siglo, ya que no solo van a expandir nuestro conocimiento y encontrar soluciones a nuestros grandes restos, sino que además van a crear las empresas que van a transformar la forma en la que vivimos.
Precisamente en tu grupo de investigación habéis desarrollado las celdas solares de baja temperatura más eficientes ¿Cuál es la implicación de este descubrimiento?
Efectivamente, en el Laboratorio de Nanotecnología Molecular de la Universidad de Alicante trabajamos para desarrollar nuevos materiales utilizando nanotecnología para mejorar sus propiedades y resolver algunos de los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad, más en concreto la generación y almacenamiento de energía limpia. En este sentido y en colaboración con la Universidad de La Rioja y en IMDEA Materiales, hemos desarrollado la celda solar de baja temperatura más eficiente, pasando de un 6,0 a un 8,7% de eficiencia, lo que representa un 30% de mejora, lo que sin duda es muy significativo. Además nuestras celdas solares son mucho más estables y no requieren del uso de silicio, como las actuales, que es frágil y costoso de fabricar. Estas mejoras en la eficiencia de las celdas solares es muy importante ya que permite bajar el precio de la electricidad que se produce con ellas y por lo tanto competir con las fuentes fósiles a un precio menor, lo que sin duda es muy importante en la transición hacia un futuro de energía limpia, abundante y barata.
¿Por qué se insiste en que la nanotecnología supone una nueva revolución industrial? ¿En tu opinión, cuáles van a ser las principales implicaciones de la nanotecnología?
La nanotecnología lo cambia todo porque nos permite introducir nuevas propiedades en cualquier material modificando su estructura. Se suele decir que la nanotecnología es la ciencia de hacer las cosas pequeñas pero en mi opinión la nanotecnología no consiste tanto en hacer las cosas pequeñas como en hacer las cosas nuevas. Me explico con un ejemplo, el carbón es un material negro, frágil y que sirve fundamentalmente para quemarlo para generar electricidad. Pero si modificamos su estructura extrayendo una sola capa de átomos carbono producimos grafeno un material transparente, que conduce la electricidad y que es mucho más duro que el acero a la vez que más ligero. Sus aplicaciones son por lo tanto innumerables y cuando hay nuevas aplicaciones existen nuevas oportunidades de negocio.
Permítame que insista en que si bien nos queda casi todo por aprender en este mundo de lo infinitamente pequeño, la nanotecnología no es ciencia ficción. Muy al contrario, existe en el mercado cientos productos que se han fabricado gracias a la nanotecnología para mejorar su resistencia al agua o a las bacterias, hacerlos más ligeros y duraderos o producir superficies autolimpiables. Sin embargo, es en el campo del diagnóstico y tratamiento de enfermedades, especialmente en la lucha contra el cáncer, donde la nanotecnología tiene un futuro más brillante ya que permite un diagnóstico mucho más temprano del tumor y un tratamiento más selectivo, eficaz y con menor efecto secundarios.
Desde hace años eres miembro del Foro Económico Mundial, donde has sido vicepresidente del consejo de tecnologías emergentes ¿Podrías compartir con nosotros algunas reflexiones desde tu posición en este organismo internacional?
El uso generalizado de distintas tecnologías está cambiando profundamente la forma en la que trabajamos, compramos, nos informamos, e incluso nos relacionamos. La convergencia entre el mundo físico, virtual y biológico es una de las características más sobresalientes de la cuarta revolución industrial en la que nos encontramos inmersos.
Desde el Foro Económico Mundial estamos llamando la atención no sólo sobre esta realidad, sino sobre los retos que representa. Por un lado está el crecimiento de la desigualdad que genera desconfianza y está en el origen de los movimientos populistas. Por otro, el desarrollo de la radicalización y de la dificultad de obtener información veraz. Es preocupante observar cómo vivimos en un mundo donde cada vez la tecnología tiene un papel más importante, pero al mismo tiempo donde la ciencia importa cada vez menos, incluso hasta el punto de muchas personas niegan las evidencias científicas. En este sentido, llevo mucho tiempo repitiendo que cuanto más tecnológica sea nuestra economía más humanista debe ser nuestra educación, ya que en los próximos años vamos a tener que tomar decisiones difíciles y sólo si tenemos una sólida base intelectual podremos resolver los enormes retos sociales, éticos y medioambientales a los que nos vamos a tener que enfrentar.
Hace unos años te concedieron el Premio Rey Jaime I y utilizaste parte del dinero que lleva asociado para fundar Celera ¿Podrías contarnos en que consiste este programa y en qué estado se encuentra?
Desde hace bastante tiempo tenía la inquietud de ayudar a que los jóvenes de nuestro país pudieran desarrollar todo su potencial y crecer tanto personal como profesionalmente. El premio Rey Jaime I me dio los recursos y el empujón que necesitaba para crear un programa que hiciera esto de forma eficiente, sistemática y bien organizada. La Fundación Rafael del Pino me ayudó desde el principio a hacer realidad este sueño y juntos fundamos Celera, un programa de tres años en el que elegimos 10 jóvenes tras un duro proceso de selección para darles formación, acceso a una red de contactos internacional y grandes oportunidades para que desarrollen todas sus capacidades y puedan dar lo mejor de sí mismos. Se reúnen con premios Nobel, algunos tienen la oportunidad de visitar las mejores universidades del mundo, los llevamos a los congresos más prestigiosos del mundo y sobretodo les damos formación en desarrollo personal y profesional. Pero lo más importante es que pasan a formar parte de una comunidad de gente excepcional que se ayuda y estimula mutuamente para ser mejores en todos los sentidos. Sin duda, de todo lo que hago, ayudar a que estos jóvenes extraordinarios den lo mejor de sí mismo es lo que más me satisface y mi apuesta por un país mejor.