[cuando te conocí...]
Cuando te conocí
el tiempo no había llegado todavía;
el mundo no había llegado todavía;
tu llanto no había llegado todavía.
La luz no era aún la luz y era
el despertar un tránsito
de claridad a claridad y todo
era una nada densa y envolvente
unos momentos antes
de la creación.
Después, como un derrumbe,
como un alud de realidad,
como una ola de conciencia, vino
la materia a campar por sus dominios.
Y vino el tacto y la desesperanza.
Hablo de cuando no existía el universo.
Cuando te conocí
tu cuerpo no había llegado todavía.