Mínimo destello en un océano iluminado,
monarca menor que con su menguada corte
deambula extraviado, inseguro de su rango,
deslumbrante tan sólo para su plebe.
Leve nódulo celeste, con un corazón de lava
que se extingue
y una corteza apenas rescatada del frío
por el tibio beso de luz
que a diario prende un escondido incendio
sin llamas ni humo.
Con permiso de los arcanos valores
de ciertas constantes,
de agua llovida, de azar y de tiempo, Vida.
Estrella anónima y anónimo planeta,
de su conjunción secreta el fruto ilícito
al que fían su breve momento de notoriedad.