Actividad: Veo, veo. Microscopio, una historia en cuatro episodios
Enrique Alexandre es Ingeniero de Telecomunicación y Doctor por la Universidad de Vigo. Realizó estancias de investigación en el Politecnico di Torino (Italia) y en la Universidad de Linköping (Suecia). A lo largo de su carrera ha publicado más de 60 artículos en revistas y congresos internacionales en el campo del procesado de señales sonoras y técnicas de reconocimiento de patrones. En 2008 recibió el premio del Consejo Social de la Universidad de Alcalá a la transferencia de conocimiento universidad-empresa. Desde noviembre de 2004 es profesor Titular de Universidad en la Universidad de Alcalá.
1.- ¿Qué opinión le merece una iniciativa como La Noche de los Investigadores? ¿Cree que este tipo de iniciativas consiguen acercar la figura del investigador a los ciudadanos?
Me parece muy interesante que se organicen este tipo de actividades, que pueden contribuir a acercar el trabajo de los investigadores a los ciudadanos. El planteamiento de la Noche de los Investigadores, en concreto, me parece muy acertado, ya que ayuda a desmitificar la figura del científico, haciendo que resulte más accesible a los ciudadanos.
2.- ¿Está satisfecho con el desarrollo de la actividad? ¿Qué le ha parecido el lugar en que se ha desarrollado?
Sí, estoy totalmente satisfecho. El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología dispone de gran cantidad de fondos que se pudieron utilizar en la representación de la obra de teatro "Veo, veo. Microscopio, una historia en cuatro episodios" donde dábamos vida a cuatro científicos españoles (Crisóstomo Martínez, siglo XVII; Antonio Zaccagnini, siglo XVIII; Santiago Ramón y Cajal, siglo XIX y Luis Bru Villaseca, siglo XX) y mostrábamos el uso de diversos instrumentos para ampliar imágenes, desde las primeras lupas hasta el microscopio electrónico. Estos fondos contribuyeron a mejorar la calidad de la obra y hacerla más interesante para el público. La sala, además, resultaba muy adecuada para fomentar la interacción entre los espectadores y nosotros, los actores/investigadores.
3.- ¿Considera que los científicos participantes consiguieron transmitir la pasión por la ciencia y por su trabajo a los asistentes?
La respuesta de los asistentes fue muy positiva, y se mostraron muy interesados tanto en la obra como a posteriori en el trabajo de cada uno de los participantes, por lo que me atrevería a decir que sí que se consiguió ese objetivo.
4.- En cuanto a la actitud, receptividad y participación del público asistente ¿qué destacaría especialmente? En su caso particular ¿comprobó el interés del público por la historia de la ciencia y cómo los avances científicos repercuten en su propio bienestar?
El público era muy heterogéneo, incluyendo un número bastante importante de niños, y se mostró muy interesado en la actividad. De hecho fue necesario repetir la representación por segunda vez, ya que mucha gente no pudo entrar en la sala y tenía mucho interés en poder verla. Eso da muestra del interés que la ciencia es capaz de despertar en la gente cuando se le ofrece de forma amena y divertida. Posteriormente a la obra se permitía que los asistentes observaran los microscopios "históricos" utilizados, así como que pudiesen ver distintas muestras en unos microscopios puestos a tal efecto, lo cual resultó un gran acierto.
5.- ¿Qué aspectos cree que se deberían mejorar en futuras ediciones?
En líneas generales creo que tanto el diseño de la acción como la difusión de las diferentes actividades organizadas son los adecuados. Sin embargo, quizás se debería intentar conseguir una mayor presencia de estudiantes de secundaria.
6.- ¿Repetiría usted su participación en otra iniciativa semejante?
Sin duda, sí. Lo cierto es que he disfrutado bastante siendo Crisóstomo Martínez durante unas horas...