Vía Láctea
«Ahora diréis, ioír estrellas! Cierto,
perdiste el sentido!». Y yo os diré, no, en tanto
que para oírlas muchas veces despierto
y abro las ventanas, pálido de espanto.
y conversamos toda la noche
en cuanto la Vía Láctea, como un palio abierto,
centellea. Y al venir del sol saudoso y en llanto,
aún las busco por el cielo desierto.
Diréis ahora: «Trastornado amigo,
¿qué conversas con ellas? ¿Qué sentido
tiene lo que dicen cuando están contigo?
y yo os diré: «iAmad para entenderlas!
Puesto que solo quien ama puede tener oído
capaz de oír y de entender estrellas»