Fragmento en el epifonema o cierre del poema
¿Fueron acaso un sueño
Göttingen, Freiburg, Jena,
todos aquellos años
estudiosos, aquellos
parques de inexorable geometría,
aquellas bibliotecas con profundo
olor a cera y tiempo,
el polvo que exhalaban los catálogos,
los pacientes herbarios,
los mapas, las especies
y subespecies?, ¿todo
mi pasado fue un sueño?
Aquí, fresca y briosa, la Tierra me deslumbra:
la profusión de las germinaciones,
la realidad pujante, numerosa, insumisa,
ubérrima de aromas y plumajes
repentinos y asombros y ponzoñas y cantos,
las poderosas ramas que creciendo estrangulan
los caminos humanos, qué reino incalculable
de anónimas, bullentes espesuras.
De tantas maravillas
con los ojos serenos tomemos ejemplares.
Regresemos a Europa.
Observemos, nombremos, ordenemos.
Ni empobrecer el mundo ni quedar para siempre
en las tinieblas del deslumbramiento.