La Composición Magna, escrita por Zacuto, consta de dos partes: las tablas astronómicas propiamente dichas, calculadas para el meridiano de Salamanca y el año radix 1473, y unos cánones precedidos de una introducción en la que el autor explica las razones que le llevaron a escribir esta obra. La utilidad más importante de la ciencia de la astronomía para los judíos es la de poder determinar con precisión cuando aparece la luna nueva, porque esto indica el comienzo del sábado, el día sagrado para los judíos y el principio del año nuevo, así como otras festividades. Zacuto pretende hacer compatibles sus explicaciones con las normas para fijar las fechas que aparecen en los libros de leyes judías. Las tablas, que corrigen los errores de las famosas Tablas alfonsinas, son en realidad un almanaque con las posiciones de los planetas a intervalos de un día o unos pocos días en cada uno de los años del ciclo de cada planeta. De esta obra se realizó en 1496 una versión en latín titulada Almanach perpetuum que gozó de una enorme popularidad en el siglo XVI.
La Composición Magna, escrita por Zacuto, consta de dos partes: las tablas astronómicas propiamente dichas, calculadas para el meridiano de Salamanca y el año radix 1473, y unos cánones precedidos de una introducción en la que el autor explica las razones que le llevaron a escribir esta obra. La utilidad más importante de la ciencia de la astronomía para los judíos es la de poder determinar con precisión cuando aparece la luna nueva, porque esto indica el comienzo del sábado, el día sagrado para los judíos y el principio del año nuevo, así como otras festividades. Zacuto pretende hacer compatibles sus explicaciones con las normas para fijar las fechas que aparecen en los libros de leyes judías. Las tablas, que corrigen los errores de las famosas Tablas alfonsinas, son en realidad un almanaque con las posiciones de los planetas a intervalos de un día o unos pocos días en cada uno de los años del ciclo de cada planeta. De esta obra se realizó en 1496 una versión en latín titulada Almanach perpetuum que gozó de una enorme popularidad en el siglo XVI.
Cristobal Colón visitando a Zacuto en su gabinete de trabajo. Del libro: Don Abraham Zacuto: Rabí, astrónomo, historiógrafo, Oporto, 1946.
A Abraham Zacuto, probablemente la figura más importante entre los científicos judíos españoles de los siglos XV y XVI, le tocó vivir hechos históricos de gran trascendencia; por una parte, el descubrimiento de nuevas tierras por portugueses y españoles, y por otra, uno de los acontecimientos más dramáticos que experimentaron los judíos a finales del siglo XV: la expulsión de los reinos de Castilla y Aragón. Las obras de este autor marcan el final de una época, la de los judíos en España, y anuncian la pervivencia de nuestro pasado cultural científico en las tierras a las que se dirigieron los expulsados. La vida de Zacuto en este sentido es emblemática de la que llevaron muchos judíos españoles exiliados, que se fueron a Portugal, donde vivieron unos años hasta que el edicto de expulsión de 1497 les obligó a marcharse, y después de múltiples avatares en el norte de África acabaron en diversas ciudades de Oriente.
Abraham bar Samuel bar Abraham Zacuto pertenecía a una familia de origen francés que tuvo que huir de Francia tras la expulsión de 1306 para establecerse posteriormente en España. Nació en Salamanca el 12 de agosto de 1452 a las tres de la tarde. Esta precisión sobre su nacimiento la establece el propio Zacuto en una de sus obras, el Libro de las Genealogías, para demostrar sus conocimientos astronómicos y su dominio del calendario. Durante la época en que vivió en Salamanca comenzó a interesarse por las matemáticas y la astronomía y es posible que impartiera clases de estas materias en algún círculo de eruditos de la ciudad, entre los que estaría incluso el propio obispo Gonzalo de Vivero, que actuó como su mecenas y protector. Fue entre los años 1473 y 1478 cuando Zacuto escribió en hebreo su obra principal de astronomía, titulada Composición Magna.
Astrolabio de origen español con inscripciones en hebreo.
A la muerte del obispo Vivero, Zacuto buscó apoyo y protección en Juan de Zúñiga y Pimentel, que vivía en la provincia de Cáceres y que era gran amante e impulsor de las ciencias. Bajo su mecenazgo pudo escribir Zacuto en 1486 su Tratado de las Influencias del Cielo y Juicio de los Eclipses. Una de las ideas sobre los que Zacuto insiste más en su obra es la de que la astronomía es fundamental para la medicina, por la creencia en que los signos del Zodíaco influyen en cada una de las partes del cuerpo, lo cual ayuda a determinar los pronósticos de las enfermedades. Las cualidades físicas de cada signo y su relación con cada uno de los elementos de la materia también se tenían en cuenta a la hora de definir sus influencias.
Durante los años finales del siglo XV se estaba preparando la expedición portuguesa de Vasco de Gama a la India. El monarca portugués Manuel I le pidió a Zacuto que asesorara científicamente esta expedición y además que predijera su suerte. El salmantino emitió una opinión favorable a tal empresa y comunicó al rey que el éxito dependía de que dos hermanos fueran al frente de la expedición, pues así parecían indicarlo los astros. Una enorme satisfacción debieron de producirle al monarca portugués las predicciones de Zacuto y parece ser que tuvieron mucha influencia en que tal expedición se llevara a cabo e incluso en que fuera Vasco de Gama el capitán mayor de la Armada pues a él le preguntó el rey "si tenía algún hermano", lo cual fue decisivo en que fuera él el elegido.
A pesar del éxito que tuvo Zacuto en la corte portuguesa, no pudo escapar a las persecuciones decretadas por D. Manuel I y que trajeron como consecuencia el edicto de expulsión de los judíos de Portugal en 1497. En compañía de su hijo, Abraham Zacuto salió del país e inició un nuevo exilio marchando a Túnez. Fue durante su estancia en esta ciudad cuando Zacuto, después de una larga vida de dedicación a la ciencia astronómica y astrológica, probablemente se preguntaría por la utilidad de sus conocimientos científicos en unas circunstancias históricas tan adversas para el pueblo judío. Su tratado Juicios Astrológicos tenía como objetivo predecir, por los movimientos de los astros, la inminente llegada del Mesías, una forma útil de poder mantener vivas las esperanzas de redención del pueblo de Israel.
Más información:
GÓMEZ ARANDA, Mariano, 2003. Sefarad científica. La visión judía de la ciencia en la edad media : Ibn Ezra, Maimónides, Zacuto. Madrid: Nívola. ISBN 84-95599-61-9