Fecha
Autor
Miguel García-Posada (Escritor)

Una voz limpia

Por esta vez la Academia Sueca no ha bailado -mal- por petenera, no ha elegido a ninguna confusa dama austriaca y ha concedido el Nobel de Literatura a esta Herta Müller (1953), miembro de la minoría alemana de Rumania; lo fue también otro grande, Paul Celan.
Ha sido rica en minorías la tierra donde Ovidio bebió las hieles del destierro; en francés se escribieron dos novelas capitales: "Dios ha nacido en el exilio", de Vintila Horia, el inteligente y nazi escritor que el franquismo protegió hasta la muerte ("Franco a sauvé lÈspagne", llegó a escribir), y "La hora veinticinco" de Constan Virgil Georghiu, y es imposible no mencionar al más grande de los poetas rumanos, Mijail Eminescu.

Demócrata convicta y confesa, Müller es una sólida poeta, una buena novelista y una congruente ensayista

Demócrata convicta y confesa, Müller es una sólida poeta, una buena novelista y una congruente ensayista, que ha alzado su voz en defensa de las minorías, y que se las debió ver con los zapateros Nicolás y Elena Ceausescu, tan buenos amigos del predicador radiofónico Santiago Carrillo. El Nobel le llega tras alcanzar el reconocimiento de la crítica alemana más responsable, Editorial Siruela ha traducido dos de sus libros de ensayos "En tierras bajas" y  "El ser humano es un gran faisán en el mundo", Planeta y Mondadori también han publicado dos libros suyos. Es de desear que la concesión del premio Nobel contribuya a dar a conocer en nuestro país su gran obra.

HERTA MÜLLER: BREVE BIOGRAFÍA

Estudió Literatura Rumana y Alemana en la Universidad del Oeste de Timisoara, formando ya entonces parte de un grupo de escritores defensores de la libertad de expresión en el régimen del dictador Ceaucescu.

Trabajó como traductora en una empresa de ingeniería, de la que fue despedida por no colaborar con la policía secreta. Se ganó la vida dando clases de alemán y trabajando en parvularios, hasta que en 1987 se exilió a Alemania, concretamente a Berlín. Ha sido profesora invitada en varias universidades, y residente en la de Berlín. Ha obtenido numerosos premios, y es miembro de la Academia Alemana de Lengua y Literatura.

Su posición siempre ha sido crítica a la situación en Rumania tras Ceaucescu; también ha escrito sobre la Alemania tras la caída del muro, analizando el pasado de la RDA.

Sus libros y ensayos reflejan la opresión y sus consecuencias en las personas, así como la situación de los exiliados como ella misma.

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