Fecha
Autor
Dr. Sebastian Sager (IMDEA-Matemáticas)

¿Puede convertirse la ciencia en algo comprensible?

Uno de los grandes problemas del mundo actual es sin duda el hecho de no poder hablar con los científicos; puesto que no entendemos de ciencia, no pueden hablar con nosotros, los pobres.<br />(Michael Flanders, actor británico, 1922-1975)
El lector probablemente estará de acuerdo sobre el hecho de que entender lo que hacen otras personas y por qué lo hacen puede resultar sumamente útil. Esto se refiere, por supuesto, a casos de clara importancia como el clásico problema de comunicación: el que existe entre el hombre y la mujer. Los puntos de vista van desde el enfoque fatalista y en cierta medida parcializado de Helen Rowlands "Y ciertamente, una mujer sólo necesita conocer bien a un hombre para entenderlos a todos, mientras que un hombre puede conocer a todas las mujeres y no entender a ninguna" hasta los estudios exhaustivos de los patrones de conducta hombre/mujer que ocuparían bibliotecas enteras. Sin embargo, el alcance de este artículo cubre otra deficiencia de nuestros tiempos: la falta de comunicación y por lo tanto de comprensión entre el mundo científico (académico) y el público en general.

Existe una enorme brecha entre aquello que los científicos hacen, investigan, desarrollan y descubren y lo que el público sabe al respecto

Existe una enorme brecha entre aquello que los científicos hacen, investigan, desarrollan y descubren y lo que el público sabe al respecto. Cuando se supo que el Premio Nobel de Química de este año sería otorgado a Gerhard Ertl, los periodistas de radio tuvieron la malicia de preguntar a su esposa Barbara en qué estaba trabajando su marido. Ella respondió que él había tratado de explicárselo un par de veces durante sus 43 años de matrimonio, pero que finalmente había desistido porque ella no entendía ni una palabra de lo que él trataba de explicarle. Tal vez este ejemplo no convenza a todos los lectores y seguramente algunos preferirían achacar este fracaso al antes mencionado problema de comunicación específico entre géneros, pero pregunte usted mismo a cualquier viandante, o a sí mismo: ¿Cuántos ganadores de Premios Nobel de los últimos cinco años puede recordar o explicar?. Sería una enorme sorpresa si la respuesta fuese algo más explicito que "algo que tiene que ver con genes", "un descubrimiento que permitirá construir discos duros más pequeños", o "el como se llame de Bose-Einstein".

Cuadro holandés, Zobel

Y obsérvese que los Premios Nobel ya son un reconocimiento muy especial entre la comunidad científica. Los pobres periodistas se ven obligados a explicar el impacto de estos resultados a un público muy amplio y lo que finalmente sale por televisión ya ha sido filtrado un par de veces para simplificarlo lo más posible. Si todavía no está usted convencido de que la mayoría de las personas desconoce la actualidad de la investigación científica, podría preguntar: "¿quiénes serían tus candidatos al próximo Premio Nobel en Física, Medicina, Economía o Química?". Esta vez, en el mejor de los casos, el silencio absoluto sería la respuesta y lo mejor que usted podría hacer a continuación sería preguntar por el Grammy o el Oscar...

Pero, ¿de qué sirve interesarse por estos temas? La vida se nos va y probablemente siempre haya existido esta falta de comprensión entre los científicos y "la gente normal".


Probablemente sólo después de ver lo que hicieron las máquinas de Arquímedes a las embarcaciones romanas llegaron los ciudadanos sitiados de Siracusa a entender que, a fin de cuentas, lo que hacía el viejo Arquímedes tenía alguna utilidad.

La ciencia hoy, más que nunca, afecta nuestras vidas y necesita de nuestra guía

La respuesta es simple: necesitamos interesarnos por estos temas porque la ciencia hoy, más que nunca, afecta nuestras vidas y necesita de nuestra guía. A nivel personal, cualquiera puede permitirse ignorar cómo funciona un televisor, un teléfono móvil, un avión, un fertilizante artificial o un medicamento, pero a nivel de las sociedades democráticas modernas, no podemos seguir ignorando a la ciencia. Una sociedad tiene que decidir con cuánto dinero se financiarán qué líneas de investigación científica y cuáles deberían prohibirse judicialmente. Preguntarse si usar o no la energía nuclear, legalizar o no ciertos tipos de medicamentos, o modificar genéticamente los organismos no cabe a los científicos, sino al gran público. Los científicos ya han hecho su trabajo y han logrado que estas tecnologías sean técnicamente posibles, pero en nuestras sociedades democráticas, el público en general debe decidir en qué dirección deben avanzar. De la misma manera, la determinación de cuáles son los problemas más urgentes por resolver entre el hambre, el calentamiento global, las infecciones virales, la escasez de agua, la prevención de las guerras, el desempleo, los meteoritos asesinos y demás es una decisión política (como puede fácilmente observarse en las actuales discusiones sobre el calentamiento global). Desgraciadamente, algunos términos como "modificación genética" "clonación" o "efecto invernadero" tienen implicaciones mucho más emocionales que racionales.

Se necesita con urgencia un asesoramiento científico objetivo y transparente para que los ciudadanos puedan construir su propia opinión
Se necesita con urgencia un asesoramiento científico objetivo y transparente para que los ciudadanos puedan construir su propia opinión, pero este asesoramiento sólo es posible si los científicos son capaces de comunicar al público sus resultados y los complejos contextos en los que trabajan.

Entonces, ¿de quién es la culpa, de los científicos o del público? ¿O es que la ciencia simplemente se ha vuelto demasiado difícil, demasiado compleja? Al contrario de lo que comúnmente se cree, existe un enorme interés del público lego en la ciencia, como lo demuestran las grandes cantidades de visitantes que acuden a las ferias científicas y otros eventos científicos, así como el gran número de series y documentales científicos que se han hecho populares en televisión. Lo que sucede es que (casi) todos tenemos nuestras propias vidas, llenas de cosas que hacer. No queda mucho tiempo para dedicarse a entender en profundidad un problema en todos sus detalles, ni para aprender a entender el lenguaje específico de quienes trabajan para resolver un determinado problema.

Torreta de alta tensión. Juan A. Torres. III Concurso de fotografía mi+d

¿Tenía razón Edward Teller al decir que "la física es sencilla pero los físicos no lo son"?. Tal vez algo de verdad haya en ello. Los científicos a menudo somos algo "especiales" y no logramos hablar con los demás porque "no entendemos nada que no sea la ciencia" como bien observó Flanders. Por supuesto, hay muchas excepciones a esta generalización, y también buenos argumentos para explicarla. La ciencia tiene que ser precisa, y el lenguaje científico típicamente utilizado en la investigación está lleno de significados predefinidos que facilitan la comunicación eficiente entre investigadores. Un título como "Cómo explotar las homogeneidades del sistema en problemas de control optimo a gran escala para la aceleración de métodos de Programación Cuadrática Secuencial basadas en Multiple Shooting" puede no significar mucho para la mayoría, pero permite a los investigadores que trabajan en la misma área identificar rápidamente si la publicación les resulta o no de interés.


Por lo tanto, tiene sentido que exista un lenguaje específico para cada disciplina científica. El verdadero problema es que los científicos tendemos a olvidar que aún existe otro mundo fuera del nuestro que no entiende este lenguaje. Esto se debe probablemente a que la educación tradicional de los científicos no incluye conocimientos de comunicación. Además existe poca motivación en la investigación académica para ello (aparte de la satisfacción personal de poder finalmente explicar a tu abuela a qué te dedicas todo el santo día).

Por este motivo se necesitan iniciativas para fomentar los esfuerzos por explicar los resultados científicos al público. La fundación Klaus Tschira en Heidelberg, Alemania, entre otros, está tratando de reducir la brecha entre la ciencia y el público.

Klaus Tschira, uno de los fundadores de SAP, ha donado una considerable porción de su fortuna personal a la fundación. Una de estas iniciativas es el "Premio Klaus Tschira a la Ciencia Comprensible" que se concede cada año a un resumen bien escrito y comprensible de una excelente tesis doctoral reciente en física, biología, medicina, informática, neurociencias, y matemáticas. Este premio fue concedido por primera vez en 2006 y está atrayendo una creciente atención. Este año, 132 concursantes de alta calidad de Alemania, el Reino Unido, Finlandia y Noruega hicieron muy difícil el proceso de selección. El 11 de octubre, Klaus Tschira entregó los premios y 5.000 Euros en efectivo a Dirk Notz (Física), Jacqueline Burre (Química), Miriam Spering (Neurociencias), Cristina Voss (biología), y el autor de este artículo (matemáticas).

Laboratorios, ETSI de Telecomunicación. Isaac Domínguez. III Concurso de fotografía mi+d

Varios periódicos y emisoras de radio locales y nacionales informaron del evento. La popular revista científica "bild der wissenschaft" imprimió 110.000 copias de los artículos ganadores y las distribuyó con su edición de noviembre. Puede leerse una versión electrónica en "http://www.klaus-tschira-preis.info/BDW_2007.pdf".

El artículo ganador en matemáticas se titula "Sobre los matemáticos discretos y los paseos por la montaña" y trata de explicar el impacto que han tenido las matemáticas aplicadas en el cotidiano de nuestra sociedad, y la función que cumplen los modelos matemáticos, las simulaciones y la optimizacion. En él se discute la dirección específica en que la teoría y los algoritmos matemáticos se han ampliado recientemente para poder controlar mejor ciertos procesos prácticos de interés industrial y ahorrar valiosos recursos.

Los científicos no pueden olvidar que su función es servir al público y que sus trabajos están financiados, en la mayoría de los casos, con fondos públicos

Como se dijo varias veces durante la ceremonia de entrega, este premio no debe verse únicamente como un reconocimiento a un trabajo hecho en el pasado, sino también como un compromiso para futuros esfuerzos que contribuyan a una mejor comunicación entre la ciencia y el público. En el mundo académico, donde abundan las discusiones apasionantes, los descubrimientos hermosos y los retos intelectuales estimulantes, los científicos no pueden olvidar que su función es servir al público y que sus trabajos están financiados, en la mayoría de los casos, con fondos públicos. Es por lo tanto una obligación explicar en palabras sencillas y comprensibles lo que ocurre.

Donald Knuth dijo "La Ciencia es lo que entendemos lo suficientemente bien como para explicárselo a un ordenador; todo lo demás que hacemos es Arte". Si esto fuese cierto y pudiésemos explicar la ciencia a un ordenador, ¡también podríamos explicarla a nuestros semejantes! Hagamos juntos el esfuerzo. Los científicos deben dejar de hablar en oraciones llenas de sustantivos (usualmente palabras extranjeras complicadas con un significado muy específico) y utilizar en su lugar analogías que permitan asociar el nuevo mensaje con cosas que resulten familiares a los lectores. Como todos somos legos en tantas áreas, tenemos que aprender a no darnos por vencidos fácilmente y a seguir insistiendo. En la mayoría de los casos, las cosas no son tan complicadas como lo parecen a primera vista y ciertamente vale la pena insistir. Visite universidades, institutos de investigación, laboratorios, ferias científicas y ¡pida explicaciones! Estoy seguro de que no le costará 43 años entenderlas si ambas partes tienen buena disposición...



PD: El Dr. Sebastian Sager ha sido galardonado recientemente con el Premio
Klaus Tschira a la Ciencia Comprensible
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