16.01.2018
Quizá estés leyendo este artículo mientras te tomas un café. Al removerlo con la cucharilla, en el líquido se van formando vórtices que generan remolinos cada vez más pequeños y terminan por desaparecer. Podríamos describir este fenómeno como una cascada de vórtices de tamaño descendente. Además, el movimiento de la cucharilla pone el líquido caliente en contacto con el aire más frío, por lo que el calor del café puede escapar de forma más eficiente a la atmósfera y este se enfría.