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Autor
Roberto Perez

Las ciencias barren a las letras en la inserción laboral

Ingenierías y carreras ligadas a nuevas tecnologías y análisis de datos son las que ofrecen mejores perspectivas de colocación, junto a la rama sanitaria

Los ingenieros son los que más fácil lo tienen para encontrar trabajo en cuanto acaban los estudios. Los filósofos, los que menos. Son los dos extremos del ranking de inserción laboral universitaria, una tabla en la que sigue agrandándose la brecha entre las ciencias y las letras. Las primeras barren a las segundas en empleabilidad. Ocurre desde hace tiempo, y el acelerado avance de las nuevas tecnologías, la Inteligencia Artificial y el gran negocio del análisis de datos no ha hecho más que agrandar la brecha.

Según el último estudio realizado al respecto por el Instituto Nacional de Estadística (INE), solo el 2,5% de los ingenieros están en paro cinco años después de acabar sus estudios –es fundamentalmente un paro coyuntural, no forzoso o estructural–. Sin embargo, cinco años después de terminar la carrera, prácticamente cuatro de cada diez licenciados en Filosofía siguen buscando un empleo. Y, de los que trabajan, no todos lo hacen en su disciplina –en este estudio del INE se habla solo de tasa de ocupación, sin detallar el tipo de empleo–.

Junto a las ingenierías y a las carreras de ciencias susceptibles de ser aplicadas a las nuevas tecnologías, la informática avanzada o el análisis de datos, las titulaciones universitarias de la rama sanitaria cuentan también con las mayores tasas de inserción laboral. Sin embargo, en el grupo de cola están las carreras de artes y humanidades, pero también titulaciones típicas del mundo de los negocios. Por ejemplo, entre las 20 carreras con menores tasas de inserción entre los egresados figuran Derecho, Ciencias del Trabajo y Finanzas y contabilidad. Cinco años después de haber salido de la facultad, más del 20% de los licenciados en Derecho están en paro.

Tecnología, al frente

El experto en recursos humanos José Canseco, socio director de la consultora The Human Touch, explica que «las carreras técnicas y ligadas a la tecnología tienen una demanda importantísima en estos momentos», lo que las distingue del resto de carreras. Y, entre todas las demás, explica que hay que distinguir otros dos grupos «que llevan dos velocidades muy distintas: profesiones que tienen que ver con la logística, el mundo financiero y los campos relacionados con la gestión de proyectos, la innovación y la internacionalización, que también registran una significativa demanda; y el otro grupo lo forman profesiones a las que el mercado les otorga poco valor añadido», ligadas a actividades encuadradas en el sector servicios, incluido el de servicios a empresas.

Este experto considera que la sempiterna «desconexión entre la universidad y la empresa» sigue siendo una asignatura pendiente en la economía española. Y cree que, pese a lo que certifican las estadísticas en el mercado de trabajo de nuestro país, no hay que perder de vista las carreras de letras. Explica que de Filosofía, Psicología, Sociología o Antropología salen profesionales que en mercados más avanzados –caso de EEUU– están teniendo una demanda creciente, como complemento en el análisis del comportamiento a partir del análisis de datos, estratégico para gigantes del consumo y del negocio de la interacción social, como pueden ser Amazon o Facebook.

La actitud personal

Guido Stein, profesor de Dirección de Personas en el IESE, destaca que, siendo obvio que hay carreras más demandadas que otras en el mercado laboral, a la hora de enfrentarse al mercado laboral no todo depende de lo que se ha estudiado, sino de la actitud individual y de la formación intelectual adquirida –en sentido amplio–. «No solo hay que hablar de las mayores o menores salidas laborales que ofrecen las carreras, hay que tener en cuenta que, al margen de ello, hay personas con más salidas y personas con menos».

Este experto aboga por «recuperar la universidad como un lugar donde se recibe formación, no como una oficina de empleo». Y, en este sentido, valorar que el estudiante elija aquella disciplina que le motiva, que le gusta. «Uno tiene que ser feliz, también estudiando», afirma Stein.

Respecto a cómo reorientar el modelo universitario para que los titulados lo tengan más fácil para encontrar trabajo, considera imprescindible «introducir en todas las carreras una formación relacionada con la digitalización, la inteligencia artificial, los algoritmos... Para cualquier profesión, manejarse en esos campos va a ser prácticamente como saber inglés», concluye.

Podólogos y dentistas

Quienes se titulan en estudios sanitarios superiores se cuentan también entre los que más rápido encuentran trabajo en España. Y en ese ranking sobresalen los podólogos y los dentistas. Según el INE, el 96,9% de los podólogos tienen trabajo cinco años después de acabar sus estudios, porcentaje similar al que se da entre los ingenieros de telecomunicaciones. Entre los odontólogos es del 96,4%, en Medicina alcanza el 95%, y ronda el 93% entre los titulados en Biomedicina, Farmacia y Enfermería. Según la empresa de recursos humanos Randstad, el sector sanitario ya emplea en España a 1,8 millones de personas, «el 9,3% de los trabajadores de nuestro país». Y la demanda sigue yendo a más.

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