En el marco de un proyecto de investigación internacional, el grupo Procesos Hidro-Ambientales de la UPV/EHU ha centrado el estudio en la cuenca del Bidasoa
El proyecto PIRAGUA, liderado por el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y desarrollado en colaboración con varios organismos de Francia, Andorra y España, analiza el estado presente y futuro de los recursos hídricos de los Pirineos y sus regiones (Euskadi, Navarra, Aragón, Cataluña, Andorra, Nueva Aquitania y Occitania) en el contexto del cambio climático, y plantea medidas de adaptación para su gestión. El proyecto ha publicado dos monografías relacionadas con el estudio.
Los ríos del Pirineo tendrán caudales más bajos y su aportación anual podría llegar a reducirse hasta un 15 % en 2040 y un 20 % a finales de siglo. Además, “la estacionalidad será cada vez más marcada, con estiajes más largos e intensos”, afirma la investigadora del grupo Procesos Hidro-Ambientales de la UPV/EHU Ane Zabaleta. Esta es una de las principales conclusiones de PIRAGUA, un proyecto internacional que constata la reducción progresiva de los recursos hídricos de los Pirineos a lo largo de las últimas décadas y en el que han participado organismos de Francia, España y Andorra bajo el programa Interreg POCTEFA 2014-2020. El grupo de investigación consolidado Procesos Hidro-Ambientales de la Universidad del País Vasco, que dirige Iñaki Antigüedad —catedrático de Hidrogeología de la UPV/EHU—, ha participado en el estudio centrándose en la cuenca del río Bidasoa en Navarra.
Los resultados del estudio se han presentado en sendas monografías publicadas en castellano y francés: el primer volumen analiza el estado presente y futuro de los recursos hídricos de los Pirineos, mientras que el segundo propone medidas de adaptación al cambio climático y a la transformación de las demandas hídricas en la gestión de estos recursos.
El análisis de los datos de caudales de ríos en régimen natural revela que en las últimas décadas se ha producido un descenso generalizado de todos los indicadores de recursos hídricos. Estos cambios se deben tanto a causas climáticas (principalmente el aumento de las temperaturas, puesto que la evolución de las precipitaciones presenta una mayor incertidumbre) como a cambios recientes en los usos del suelo, principalmente al aumento de la cubierta vegetal debido al abandono de actividades agropecuarias en las montañas. Por otro lado, modelos de simulación forzados por un amplio conjunto de proyecciones climáticas futuras muestran que, en las próximas décadas, los ríos de la vertiente francesa son los que experimentarán un descenso más acusado de los caudales, aunque también se prevén reducciones en la vertiente sur, sobre todo en la parte central y oriental.
A nivel estacional, los caudales altos característicos de la fusión nival se han venido adelantando en la estación, mientras que los estiajes se han hecho paulatinamente más largos e intensos. En este sentido, las simulaciones muestran de forma consistente una reducción importante de la precipitación en forma de nieve, así como una disminución del peso relativo de la fusión nival en la generación de caudal.
Una de las principales causas de la reducción de los caudales es el incremento medio de la temperatura anual en el territorio pirenaico, que ha sido de 0.8 °C durante el periodo 1981-2010. El aumento de temperatura ha sido más acentuado en la región central de los Pirineos (cuencas del Gállego, Cinca y Ésera) y en la más oriental, así como en la vertiente norte y, por estaciones, el incremento ha sido más acusado en primavera y verano.
Se confirma una reducción de los recursos hídricos que se espera que se acentúe en las próximas décadas
Estos cambios se aprecian en ambas vertientes de la cordillera, y configuran un escenario de reducción de la generación de recursos hídricos que ya se ha venido consolidando en las últimas décadas y que puede acentuarse en el futuro de cumplirse las proyecciones climáticas, ya que indican un incremento claro de las temperaturas en los Pirineos a lo largo del siglo XXI. Según explica el consorcio internacional, “los resultados de los modelos muestran de forma muy consistente que en el futuro los Pirineos serán más cálidos y secos, con un incremento general de la aridez tanto en el espacio como en el tiempo, salvo en las zonas más elevadas. En términos generales, se producirá un descenso paulatino de la aportación anual de los ríos pirenaicos, que se acentuará conforme avance el siglo y que es más acusada en el escenario de emisiones más pesimista”.
En el caso del análisis de la precipitación no se aprecia una señal de cambio tan robusta como el de las temperaturas, pues no se aprecian tendencias significativas consistentes en toda la cordillera. Los mayores descensos de precipitación, y los únicos significativos, se dieron en la parte central de los Pirineos y en la cuenca del Bidasoa, con descensos de hasta 30 mm por año. Sin embargo, se han observado tendencias positivas (incremento de precipitación en el periodo analizado) en las partes altas del sistema de la Gave de Pau y en el Pirineo central.
Medidas de adaptación
Santiago Beguería, líder del proyecto PIRAGUA, recuerda que los Pirineos “tienen una importancia excepcional en cuanto a la generación de recursos hídricos que excede con mucho el ámbito de la propia cordillera, ya que alimentan las necesidades de agua para la agricultura, la industria y el abastecimiento de una amplia región que se extiende en sus piedemontes”. Además, “el agua tiene una importancia ecológica y paisajística fundamental”, apunta el investigador del CSIC.
Por ello, y a la vista de los resultados del análisis de los registros y de las simulaciones futuras, estos resultados ponen de relieve la importancia y la necesidad de abordar la adaptación al cambio climático en el ámbito de la gestión de los recursos hídricos de los Pirineos, tanto a escala local como de cuenca e incluso de cordillera. Por este motivo, el segundo de los volúmenes que ahora se presentan se centra en identificar y proponer acciones de adaptación al cambio climático con relación al recurso “agua” en el territorio de los Pirineos y en su área de influencia. Todo ello en estrecha colaboración con los actores locales, con los que se llevaron a cabo siete casos de estudio, a razón de uno por región.
Entre las medidas comunes o transversales destacan las soluciones basadas en la naturaleza, orientadas a mantener e incluso reforzar los servicios ecosistémicos (aquellos que proporciona un ecosistema a la sociedad), y por ello representan una alternativa sostenible, y en ocasiones menos costosa, que las inversiones tecnológicas o la construcción y mantenimiento de infraestructuras. Por ejemplo, se propone establecer espacios de prioridad hidrológica en aquellas partes del territorio que tienen un papel muy destacado en la provisión de servicios de regulación hidrológica, y cuya prioridad de gestión debe ser garantizar la disponibilidad, en espacio y tiempo, de los recursos hídricos, según criterios de cantidad y calidad.
Como medida de adaptación fundamental, se plantea promover la participación ciudadana y considerar a todos los actores implicados, ya que los habitantes locales y los usuarios de los recursos hídricos son los principales afectados y los que mejor conocen las características del territorio y sus necesidades. “Entendemos que desarrollar un diálogo entre ciencia y sociedad es indispensable para impulsar una acción eficaz y compartida para la adaptación al cambio climático en los Pirineos”, concluye Beguería.
En el caso de la cuenca del Bidasoa (Navarra) el estudio se ha centrado en la importancia que se debe dar a los procesos hidrológicos en la ordenación y gestión del territorio. Se han tenido en cuenta los usos consolidados del suelo y los que están en estado de cambio, ya sean naturales o planificados, ya que estos últimos suponen un cambio importante en el estado de las masas vegetales y del propio suelo. Se han delimitado los Espacios de Prioridad Hidrológica en la cuenca fluvial para garantizar la disponibilidad de agua en el espacio-tiempo y en su cantidad-calidad, especialmente en el entorno de las captaciones para el abastecimiento de agua.
Información complementaria
El proyecto PIRAGUA ha sido cofinanciado al 65 % por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa Interreg V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020). En él han participado la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), Andorra Recerca + Innovació (AR+I), el Institut National de Recherche pour l'Agriculture, l'Alimentation et l'Environnement (INRAE), el Bureau de Recherches Géologiques et Minières (BRGM), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), la Universitat de Barcelona (UB), y la Fundació Observatori de l'Ebre (OE).