1
¡UNA mujer en el Cosmos!
Tarde.
No es posible retractarse.
Una mujer en su alcoba-
esto es más comprensible,
esto se celebra, es educado.
¿Cómo puede ser de otro modo?
Ella come, duerme,
a los futuros pilotos cuida.
Una mujer - un hada.
Pero desde las nubes
en el foso la lanzan.
En los cuadros de Rafael
las mujeres van por las nubes descalzas.
No la mantuvieron
en el trono,
la dejaron en la silla.
Qué lástima,
ellas tienen una naturaleza
amante de aterrizar.
La mujer - una melindrosa,
teclas, golosinas, anillitos.
La mujer -una refugiada,
terrible
cerca de la estufa.
La mujer - una piloto,
alas, mecanismos, motores.
La mujer quiere
estar en el Cosmos.
2
Estoy en el Cosmos.
La tierra ya no basta
para todas mis preguntas y acertijos.
Dejé los asuntos terrenales,
y pongo los celestes en orden.
Emitiendo radioseñales
actúo según el programa de occidente,
en este paraíso hermético
no me golpeo con los rincones visibles.
Me calienta el fuego frío,
me ilumina la luz artificial,
pero en algún lado se pierde sin mí
mi indefenso planeta.
Aún no todo se perfeccionó y cumplió,
no todo lo que se adivinó, pensó y cantó.
Yo siento que el eje terrestre,
a mí, cual pájaro, me sostiene en el límite.
Mi globo terráqueo está en la blanquecina tiniebla,
lentamente sale de su envoltura,
y en esa pequeña tierra yo tengo
mi patria
y un hijo.