Una investigación publicada en <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0305440317300626" title="Journal of Arqueological Science" alt="Journal of Arqueological Science" target="blank">Journal of Arqueological Science</a> estudia cómo las poblaciones neolíticas de los yacimientos de Baume Brune (Vaucluse, Francia) y el valle de Ividoro (Puiglia, Italia) tenían en cuenta las propiedades acústicas -concretamente el eco- de los lugares a la hora de escoger los que decoraban con pinturas rupestres.
"Los resultados obtenidos muestran que las poblaciones prehistóricas entendían el paisaje no solo en función de los elementos tangibles, sino también de los intangibles, como el sonido", apunta una de las autoras del artículo, Margarita Díaz-Andreu, profesora de investigación ICREA de la Sección de Prehistoria y Arqueología del Departamento de Historia y Arqueología de la Universidad de Barcelona (UB).
Díaz-Andreu lleva años investigando en el ámbito de la arqueocústica, es decir, el uso que hacían del sonido las sociedades del pasado. En este caso se han estudiado el farallón de Baume Brune y la garganta del valle de Ividoro. En las dos zonas existen numerosos abrigos formados en las rocas, pero solo algunos presentan arte rupestre. Los investigadores han constatado que los abrigos con mejor eco son los que presentan más pinturas y más representativas. "Eso significa que hay una fuerte probabilidad de que las poblaciones neolíticas usaran la ecolocalización para seleccionar los abrigos donde representaban pinturas rupestres", explican los investigadores.
Respecto a investigaciones anteriores, en esta última los expertos han mejorado la técnica para identificar las propiedades sonoras de los lugares. Si hasta ahora se utilizaba la técnica binaural (con dos micrófonos para grabar el sonido, a imitación de los dos oídos humanos, técnica empleada por otros equipos, por ejemplo en Finlandia), ellos han utilizado la técnica ambisonics, que registra el sonido mediante un micrófono compacto integrado por múltiples micrófonos colocados en forma de esfera. Se trata de un sistema que permite mayor precisión. Además, han conseguido que el equipo necesario para tomar las medidas acústicas sea de tamaño pequeño y, por tanto, mucho más fácil de transportar hasta los lugares con pinturas rupestres, a menudo en localizaciones montañosas con un acceso difícil.