La arqueología de la época romana ha estado tradicionalmente centrada en aspectos monumentales, pero se sabe muy poco acerca de cómo era el día a día de la clase campesina
Una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) profundiza en la vida de los asentamientos campesinos de la época romana a partir de los hallazgos arqueológicos descubiertos en la Comunidad de Madrid, en las numerosas excavaciones de urgencia que se llevaron a cabo durante el periodo de la burbuja inmobiliaria.
Este proyecto de investigación, financiado por el programa de Atracción de Talento de la Comunidad de Madrid, está dando a conocer aspectos sobre la vida del campesinado más humilde de aquella época, de los que apenas se tenía información hasta el momento. «El estudio de este patrimonio arqueológico oculto nos está permitiendo conocer cómo se relacionaban con el paisaje circundante, el tipo de cultivos que sembraban de forma preferente, cómo cocinaban, las especies de animales domésticos que explotaban, el tipo de vajillas que empleaban, cómo funcionaban los circuitos de intercambio a nivel local y regional, etc.», indica el responsable del proyecto, Jesús Bermejo, profesor del Departamento de Humanidades: Historia, Geografía y Arte de la UC3M.
El estudio apunta, por ejemplo, que la gastronomía madrileña podría haber heredado platos típicos de las granjas de las zonas centrales de la Hispania romana, como el potaje y el cocido. Los investigadores han encontrado restos de ollas que se utilizaban para el cocinado de estos platos, con una elaboración muy similar a la actual. Aquellos campesinos echaban una pieza de carne junto a las verduras disponibles y las dejaban al fuego de forma muy poco controlada, mientras atendían las labores agrarias. «Se deja la olla a primera hora de la mañana, se va a trabajar al campo, se vuelve y se come de forma comunal, porque los patrones que vemos en las vajillas de mesa nos dan una visión mucho más colectiva», explica el profesor Bermejo. Esto también nos ofrece pistas sobre las relaciones sociales de la época: el acto de comer no era un proceso individual, sino colectivo, que podía agrupar a un gran número de personas.
Planimetría de El Zarzalejo, una granja romana con ocupación entre los siglos II y III d. C. situada en Arroyomolinos (Comunidad de Madrid).
Yacimientos en Barajas, Fuenlabrada, Getafe o Leganés
Por su carácter provisional —asociado a las diferentes construcciones y obras públicas donde se han desarrollado estas excavaciones de urgencia—, ninguno de estos asentamientos arqueológicos se ha conservado y la mayoría de la gente desconoce su existencia. Uno de los objetivos de este proyecto de investigación es proporcionar una mayor visibilidad a estos yacimientos, tanto a nivel social como desde un punto de vista científico.
«Muchos de estos yacimientos están en términos municipales como Barajas, Fuenlabrada, Getafe o Leganés, en los que vive mucha gente que no es consciente de la existencia de este patrimonio arqueológico que refleja la vida de los sectores más humildes de las sociedades del pasado», expone el profesor Bermejo.
Innovación y transferencia de conocimiento en arqueología
En el caso de las prospecciones —las exploraciones del terreno para descubrir la existencia de yacimientos—, hay dos elementos que han revolucionado la práctica de la investigación arqueológica en las últimas décadas, según los científicos. El primero ha sido el uso de los dispositivos GPS y otros sistemas de teledetección para la georreferenciación de hallazgos arqueológicos. El segundo es la generalización de los sistemas de información geográfica (SIGs), que han permitido analizar una ingente cantidad de datos arqueológicos en relación a diferentes variables geográficas y ambientales. «En el caso del análisis de hallazgos arqueológicos procedentes de excavaciones, la aplicación de nuevas perspectivas metodológicas como la llamada household archaeology o arqueología de los espacios domésticos, están revolucionando nuestra forma de entender el registro arqueológico», indica Jesús Bermejo.
Dispersión individual y áreas de concentración de hallazgos arqueológicos en torno a los principales yacimientos rurales de época romana del Ager Segisamonensis, en Sasamón (Burgos).
Los resultados de este proyecto de investigación, así como de otros estudios afines, se recogen en The Archaeology of Peasantry in Roman Spain (De Gruyter, 2022), el primer volumen monográfico que trata el tema del campesinado romano en la Península. Esta publicación, coeditada por Jesús Bermejo junto a Ignasi Grau, catedrático del Área de Arqueología de la Universidad de Alicante, reúne las contribuciones de un conjunto de investigadores que están desarrollando perspectivas pioneras e innovadoras centradas en la sociedad rural hispanorromana a través de diferentes estrategias metodológicas y diversos registros arqueológicos. Muchos de estos proyectos se basan en el desarrollo de prospecciones arqueológicas en diversas regiones peninsulares, como el interior de la provincia de Alicante o diversos lugares de la Extremadura meridional. En otros casos, los estudios surgen como resultado de diferentes trabajos de excavación, como los desarrollados en el entorno de la Villa de Almenara de Adaja-Puras, en la provincia de Valladolid. En este sentido, el volumen recoge una gran cantidad de información arqueológica inédita o publicada de forma muy fragmentaria.
Más información:
Bermejo Tirado, Jesús & Grau Mira, Ignasi (2022). The Archaeology of Peasantry in Roman Spain, Berlin, Boston: De Gruyter, 2022. https://doi.org/10.1515/9783110757415