Las últimas imágenes de la sonda Solar Orbiter muestran el Sol completo con un detalle sin precedentes. Una de las fotografías es la de mayor resolución jamás tomada del disco del Sol y su atmósfera exterior
Solar Orbiter, una misión conjunta de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA, ha facilitado las imágenes que tomó la nave cuando este 7 de marzo se encontraba a una distancia de unos 75 millones de kilómetros, a medio camino entre nuestro planeta y su estrella madre.
Una de las fotografías, tomada por el instrumento Extreme Ultraviolet Imager (EUI, que opera en la región del ultravioleta extremo del espectro electromagnético) es la de mayor resolución obtenida del disco completo del Sol y de su atmósfera exterior, la corona, que tiene una temperatura de alrededor de un millón de grados Celsius.
El telescopio de alta resolución del EUI capta imágenes de tan alta resolución espacial que, a esa distancia tan cercana, se necesita un mosaico de 25 imágenes individuales para cubrir todo el Sol. Tomadas una tras otra, la imagen completa se capturó durante más de cuatro horas, ya que cada mosaico tarda unos 10 minutos, incluyendo el tiempo que tarda la nave en apuntar de un segmento al siguiente.
En total, la fotografía final contiene más de 83 millones de píxeles en una cuadrícula de 9148 x 9112 píxeles. A modo de comparación, tiene una resolución diez veces mejor que la que puede mostrar una pantalla de televisión 4K. En la web de la ESA se puede hacer zoom en ella para ver todos los detalles.
En las posiciones de las 2 (cerca de la pequeña imagen de la Tierra al fondo) y de las 8 en los bordes del Sol, se pueden ver filamentos oscuros que se proyectan fuera de la superficie. Estas ‘prominencias’ son propensas a entrar en erupción, lanzando enormes cantidades de gas coronal al espacio y creando tormentas solares, importantes en los estudios de clima espacial.
Otra imagen, tomada por el instrumento Spectral Imaging of the Coronal Environment (SPICE), también representa la primera completa del Sol de este tipo en 50 años, y con mucho la mejor, tomada en la denominada longitud de onda Lyman-beta de la luz ultravioleta que emite el gas hidrógeno.
SPICE registró los datos durante la travesía y también había que reunirlos en forma de mosaico. Está diseñado para rastrear las capas de la atmósfera solar desde la corona hasta una capa conocida como cromosfera, acercándose a la superficie. El instrumento lo hace observando las diferentes longitudes de onda de la luz ultravioleta extrema que provienen de diferentes átomos.
En la secuencia de imágenes facilitada por SPICE, el color púrpura corresponde al hidrógeno gaseoso a una temperatura de 10 000 °C, el azul al carbono a 32 000 °C, el verde al oxígeno a 320 000 °C y el amarillo al neón a 630 000 °C.
Estos datos permitirán a los físicos solares estudiar las erupciones extraordinariamente potentes que tienen lugar en la corona a través de las capas atmosféricas inferiores, así como investigar una de las observaciones más desconcertantes sobre el Sol: cómo aumenta la temperatura a través de las capas atmosféricas ascendentes.
Investigar las extrañas diferencias de temperatura
Normalmente, la temperatura desciende a medida que nos alejamos de un objeto caliente. Pero por encima del Sol, la corona alcanza un millón de grados centígrados, mientras que la superficie sólo tiene unos 5.000 °C. Investigar este misterio es uno de los principales objetivos científicos de Solar Orbiter.
Como las imágenes se tomaron justo el 7 de marzo, precisamente cuando Solar Orbiter cruzó la línea Sol-Tierra, se pueden cotejar con las que captaron los instrumentos solares de la Tierra. Esto facilitará la comparación de los resultados de diferentes instrumentos y observatorios en el futuro.
El 26 de marzo, Solar Orbiter alcanzará otro hito de la misión: su primer perihelio o punto más cercano al Sol. La nave se encuentra ahora dentro de la órbita de Mercurio tomando las imágenes de mayor resolución que hasta ahora puede captar de nuestra estrella. También está registrando datos sobre el viento solar de partículas que fluyen desde el Sol.
Y esto es sólo el comienzo, en los próximos años la nave espacial volará repetidamente en sus aproximaciones a nuestra estrella, y también elevará gradualmente su orientación para observar las inexploradas regiones polares solares.
Fotografía:
NASA