De la obra geológica de Salvador Calderón, llevada a cabo durante el último tercio del diecinueve y la primera década del veinte, llama la atención en primer lugar su amplitud. No solo fue el autor de la primera obra completa sobre los minerales de España, sino que publicó decenas de extensos artículos sobre mineralogía, petrografía, sedimentología o paleontología, y centenares de reseñas y notas breves para divulgar los más variados aspectos de la investigación científica de su tiempo. Fue además un hombre de ideales, que creyó en la ciencia como vía de progreso para su país y que trabajo intensamente para crear centros de trabajo y grupos de discípulos allá por donde pasó. Adelantado del evolucionismo en España, colaborador de la Institución Libre de Enseñanza y precursor de algunas ideas conservacionistas, Calderón ejemplifica al científico comprometido con los debates y los anhelos de su tiempo.
De la obra geológica de Salvador Calderón, llevada a cabo durante el último tercio del diecinueve y la primera década del veinte, llama la atención en primer lugar su amplitud. No solo fue el autor de la primera obra completa sobre los minerales de España, sino que publicó decenas de extensos artículos sobre mineralogía, petrografía, sedimentología o paleontología, y centenares de reseñas y notas breves para divulgar los más variados aspectos de la investigación científica de su tiempo. Fue además un hombre de ideales, que creyó en la ciencia como vía de progreso para su país y que trabajo intensamente para crear centros de trabajo y grupos de discípulos allá por donde pasó. Adelantado del evolucionismo en España, colaborador de la Institución Libre de Enseñanza y precursor de algunas ideas conservacionistas, Calderón ejemplifica al científico comprometido con los debates y los anhelos de su tiempo.
Terrenos sedimentarios de la meseta en la provincia de Palencia
En la formación de la personalidad científica de Salvador Calderón y Arana, nacido en Madrid en 1851, ha de tenerse en cuenta el ejemplo y la proximidad de dos de sus hermanos mayores, Laureano y Alfredo, el primero científico, especializado en química y cristalografía, el segundo periodista y escritor, muy cercano a los círculos liberales y republicanos de Francisco Giner y los llamados krausistas, que luego fundaron la Institución Libre de Enseñanza. Como sus amigos el geólogo Francisco Quiroga y el zoólogo Ignacio Bolívar, Calderón estudió ciencias naturales en Madrid en los años que siguieron a la revolución de 1868, en los que se debatían intensamente cuestiones como el evolucionismo, que dejó huella duradera en su pensamiento y su obra. Aunque se decantó por la geología, Calderón pensaba que la evolución biológica tenía su correspondencia en las trasformaciones de la Tierra, sus rocas y sus minerales.
Fue miembro muy activo de la Sociedad Española de Historia Natural, fundada en 1872, y colaboró también con la Institución Libre de Enseñanza cuando esta se creó en 1876.
El origen de la Institución estuvo precisamente en la protesta de dos catedráticos de la Universidad de Santiago, uno de ellos su hermano Laureano, que fueron expulsados. La misma suerte corrieron otros muchos que se solidarizaron con ellos, uno de los cuales fue por supuesto Salvador Calderón, que había conseguido su primer puesto como catedrático de historia natural en el instituto de segunda enseñanza de Las Palmas, en Canarias.
Mapa geológico de Nicaragua, 1882
Tras un tiempo como profesor de la Institución, Calderón aprovechó la oportunidad para viajar por varios países de Europa y completar su formación científica. Pasó también una temporada en Nicaragua, como miembro de un nuevo centro universitario que no logró consolidarse. En 1882 los profesores expulsados fueron readmitidos. Dos años después Calderón gana la cátedra de historia natural de la Universidad de Sevilla, donde en poco tiempo montará un interesante museo local y creará a su alrededor un grupo de naturalistas entusiastas. Trabajador incansable, publicó sus investigaciones científicas sobre fósiles, minerales, rocas y formaciones geológicas de la península Ibérica.
Pero Calderón destaca sobre todo como un firme partidario de las explicaciones actualistas en geología, es decir, consideraba que causas como las que operan actualmente, ya sean erosión, sedimentación, lentas elevaciones o subsidencias, son las responsables, al actuar a lo largo de miles o millones de años, de las formas y estructuras terráqueas.
Rocas al microscopio
Así, fue el primero en interpretar con acierto importantes aspectos de la geología ibérica, en especial los relativos al origen de las extensas formaciones sedimentarias que conforman la meseta central y las depresiones periféricas. Además, Calderón encontraba tiempo para divulgar en revistas extranjeras los avances de la ciencia española y, complementariamente, para dar noticia entre sus colegas españoles de las novedades científicas de Europa. Un aspecto que le preocupó, ya entonces, fue la desaparición de determinadas especies, como el águila imperial en Doñana o las aves acuáticas de algunas lagunas andaluzas.
En 1895 se traslada a Madrid, al ganar la plaza de Catedrático de Mineralogía y Botánica de la Universidad Central. Más tarde acumulará la de Catedrático de Mineralogía Descriptiva y el nombramiento de Jefe de la Sección de Mineralogía del Museo de Ciencias Naturales. También en Madrid dejó discípulos, entre los que destaca Eduardo Hernández-Pacheco, que iba a ser uno de los más importantes geólogos españoles de la primera mitad del siglo veinte.
Una penosa enfermedad acabó con su vida en 1911. Antes aun tuvo tiempo de completar su última gran obra, al publicar en 1910, en dos grandes volúmenes, la primera síntesis sobre Los minerales de España.
Más información:
CASADO DE OTAOLA, Santos, 2001. La ciencia en el campo. Quiroga, Calderón, Bolívar: naturaleza y regeneracionismo. Madrid: Nívola. ISBN: 849559918X
