Fecha
Autor
José Manuel Torralba (Catedrático de la Universidad Carlos III, ex Vicerrector de Investigación e Innovación)

Reflexiones sobre nuestro sistema de I+D+i

Analizando los informes más relevantes realizados sobre la Investigación en España (el realizado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo<SMALL><A name=ref1></A><SUP><A href="#nota1">[1]</A></SUP></SMALL> y los emitidos por la Fundación COTEC<SMALL><A name=ref2></A><SUP><A href="#nota2">[2]</A></SUP></SMALL>), o simplemente mirando con un poco de cuidado los indicadores estadísticos del INE (sobre los que se basan los mencionados informes), ponen de relieve algunos puntos débiles en nuestro sistema de I+D. Algunos de esos puntos débiles tienen que ver con inversiones (que pueden aumentarse si existe voluntad política) pero otros están vinculados a aspectos coyunturales que nos aquejan como país.
En primer lugar está el gasto en I+D+i en relación con el PIB. Pese a que ese gasto porcentual ha ido creciendo paulatinamente en los últimos años (especialmente gracias a la puesta en marcha del conjunto de acciones Ingenio 2010), 1,13 en el 2005, aun se sitúa lejos de lo que se gasta en países como Alemania, Francia, Reino Unido, y bastante alejados de EE.UU. o Japón (en el 2004, la cifra española es del 1,06 frente a 2,5-2,14-1,73-2,68-3,18 respectivamente). Si consideramos que nuestro PIB también es inferior, las inversiones en I+D cada vez nos sitúan más lejos de estos países, pese al esfuerzo de Ingenio 2010.

La segunda debilidad, si cabe más importante, es que el esfuerzo de la contribución empresarial a esta inversión en investigación e innovación, en España es del 46%, frente a valores superiores al 60% (e incluso el 70% en EE.UU. o Japón) de Francia y Alemania. Solo con que nuestro tejido empresarial contribuyera con porcentajes similares a los países en los que queremos mirarnos como ejemplo, el esfuerzo investigador de nuestro país subiría por encima del 1,5% del PIB sin necesidad de más inversiones públicas. Lo adecuado sería mantener programas como Ingenio 2010, pero acompañados de medidas que impulsaran a que nuestras empresas apostaran, de verdad, en la I+D+i. Si miramos la lista de las 1000 empresas que más invierten en I+D en la Unión Europea, solo figuran 13 españolas (2 entre las 100 primeras). Esto significa, además, que competimos en peores condiciones en los Programas Marco de Investigación de la UE, donde en muchos apartados son las empresas las que deben liderar los consorcios, y como consecuencia, en la "Champions League" de la investigación, no competimos bien.

Gastamos poco dinero en investigación, empleamos a pocas personas y prácticamente toda la investigación que se hace es financiada por el estado

A la vista de estas cifras, cabría hacerse la pregunta ¿acaso no se incentiva a las Empresas en España a hacer I+D? En el año 2005, de acuerdo con el informe COTEC, las empresas españolas ejecutaron, supuestamente, 5485 Millones de Euros en I+D, de los cuales, más de un 19% a través de subvención con dinero público (del resto parte también es financiado con créditos blandos con dinero público). El conjunto de todas las Universidades no llegó a ejecutar 3000 Millones de Euros. La respuesta es que sí se incentiva, pero posiblemente la falta de control y la falta de exigencia en los resultados hacen que sea un dinero bastante poco rentable si consideramos para lo que realmente está destinado.

La tercera debilidad del sistema (y vinculada a las dos anteriores), es el número de personas dedicadas a la investigación, por cada millón de habitantes. El indicador es, una vez más, inferior al de los países más avanzados y, aplicado a las empresas, se aleja de los porcentajes de Alemania, Francia, e incluso Italia.

Instituto del Frío, CSIC. Javier Valiela, Seleccionada, 1º Concurso de fotografía mi+d

¿Qué se hace con el dinero que se recibe para investigar? A la vista de los indicadores de investigación, siendo el más importante las publicaciones científicas, podemos decir que los investigadores españoles (mayoritariamente los de las Universidades y el CSIC), sostienen una producción científica más que aceptable (vista la situación de financiación y personal con que se afronta), publicándose en España, en el año 2005, más del 2% del total de artículos científicos del mundo, cuando nuestra posición en financiación es muy inferior. Por otro lado, el dinero que la administración dedica a la innovación desde las Consejerías de Economía y el antiguo Ministerio de Industria, no tiene apenas repercusión en los indicadores de innovación.


Nuestras empresas no exportan productos de alta tecnología, no patentan y si gastan dinero en OPIS (Organismos Públicos de Investigación) es porque les obliga el estado o la comunidad autónoma si quieren recibir esas subvenciones. Se llevan más de veinte años invirtiendo mucho dinero por parte de los ministerios de industria (y consejerías de economía) y nuestros indicadores de innovación, cada año se alejan más de la media europea. Cuanto más se invierte, más nos alejamos. Si ejecutando el 60% del gasto que ejecutan las empresas, las Universidades y el CSIC "somos alguien" desde el punto de las publicaciones, ¿cómo es que no somos nadie en el mundo de la innovación cuando se invierte mucho más dinero? Obviamente algo se está haciendo mal por parte de las administraciones (por cierto de signos políticos bien distintos).

Todo lo anterior podríamos resumirlo con que gastamos poco dinero en investigación, empleamos a pocas personas y prácticamente toda la investigación que se hace es financiada por el estado (ya que la que se hace desde las empresas no produce apenas indicadores). Y para colmo, tenemos un sector empresarial (salvo excepciones) con poca o nula vocación investigadora y pocas grandes empresas tractoras de la investigación (apenas 2 entre las 100 primeras europeas). Ya no es que haya poco o mucho dinero, sino que la sinergia necesaria entre Universidad-Empresa, no se produce de manera adecuada, posiblemente por uno varios de los motivos siguientes:
  • Las empresas recelan de que el trabajo de las Universidades realmente les aporte algo positivo (lo cual no ocurre en países como EE.UU., Alemania, Reino Unido, Francia, Japón,).
  • Las empresas no suelen contratar doctores, por lo que pocos en la escala de mando entienden que la investigación pueda contribuir a ningún beneficio tangible (y por tanto también pocos dentro de las empresas saben cómo utilizar el dinero para I+D+i).
  • A muchas empresas les es más sencillo y productivo (a corto plazo) disfrazar la mayoría del dinero que reciben (en forma de subvención o préstamo) para innovación, en "ajustes tecnológicos" dentro de su sistema de producción.
  • No avanzamos en indicadores de innovación (patentes, productos exportados de alta tecnología,...), porque las empresas no innovan y a las Universidades se nos incentiva por publicar, no por patentar.

Cabe hacerse entonces algunas preguntas: ¿estamos en la Universidad formando profesionales que sepan pensar con una óptica de innovación?, ¿son estos profesionales atractivos para las empresas? En otros países la "academia" y la industria se respetan y entienden, y se produce una sinergia que redunda positivamente en el sistema de I+D; ¿Qué nos falta en España para que eso se produzca?

En otros países la "academia" y la industria se respetan y entienden, y se produce una sinergia que redunda positivamente en el sistema de I+D; ¿Qué nos falta en España para que eso se produzca?

Por otro lado, muchas empresas españolas se ven avocadas al cierre por falta de innovación. ¿Cuánto ha de pasar para que el sistema entienda que no innovar es morir, frente a la obsesión del beneficio a corto plazo? ¿Se reparte bien el dinero de investigación, en un sistema donde se entiende que todos somos iguales ("café para todos")? En los ámbitos de financiación de la llamada innovación (Consejerías de Industria o Economía, Ministerio de Industria -¡hoy Ciencia e Innovación!- , Fomento, Defensa ...) se destina mucho dinero a apoyar a las empresas: ¿controla alguien como mejoran esas empresas su nivel de innovación?, ¿Cuántas patentes salen del dinero invertido?,... porque en los ámbitos de la "investigación" (Consejerías de Educación, antiguo Ministerio de Educación y Ciencia), cada euro de subvención es escrupulosamente controlado y la productividad en publicaciones medida. ¿Se están midiendo con el mismo rasero ambos dineros?

Hay empresas que contratan doctores, que innovan, que realmente invierten en I+D+i, exportan tecnología, producen patentes. ¿Porqué se les trata desde la administración igual que al resto de empresas (la mayoría) que no cree en la innovación?

¿Cuándo nuestros dirigentes políticos se darán cuenta de que el sistema no está funcionando bien? ¿Qué si alguien no produce (indicadores de investigación, indicadores de innovación) no debe recibir un euro más? Son urgentes medidas a corto, medio y largo plazo. Ingenio 2010 ha sido una buena medida a corto-medio plazo, pero urge un debate para conocer dónde vamos a largo plazo y un gran pacto para la investigación (no se puede cambiar de dirección después de cada llamada electoral), con acciones que permitan que dentro de 20 años, estemos más cerca de Francia, Alemania, EE.UU., Japón,... Ahora, pese a todos los esfuerzos, cada año nos separamos más.

Complutense: Javier Hernández San Valentín Seleccionada, 4º Concurso de fotografía mi+d, 2008


Un paso positivo, bajo mi punto de vista, es que TODO el dinero destinado a Investigación e Innovación esté bajo el control del mismo ministerio/consejería. En ese sentido, a priori, la creación del Ministerio de Ciencia e Innovación, que agrupa todas las competencias de I+D+i (¿menos hospitales, defensa, fomento,..., en fin!?) es un paso adelante. Pero para que no sea un fracaso (como lo fue en el pasado una iniciativa similar cercana) hacen falta, entre otras, dos cosas: 1) que dentro del nuevo ministerio no se mantengan las estructuras de los antiguos, a modo de reinos de taifas impenetrables e impermeables (en la aventura anterior, pese a que fue un único ministerio nunca dejaron de ser dos), y 2) que la señora ministra y el señor secretario de estado no caigan en dos errores muy plausibles, a saber, que solo se investiga en el CSIC (la mayoría de la producción científica se produce en las Universidades) y que solo es investigación de calidad la que gira en el entorno "bio" (biotecnología, biomedicina, células madre,...). En la aventura anterior de un ministerio de Ciencia, solo importaban las llamadas "nuevas tecnologías" (es decir, el mundo TIC) y fue un error importante.

Urge un debate para conocer dónde vamos a largo plazo y un gran pacto para la investigación

Y por último: ¿para cuando el estado nos dejará trabajar sin considerarnos delincuentes? Tenemos unas leyes de subvenciones (gastos, y contrataciones,...) que presupone que el colectivo investigador es un conjunto de prevaricadores, malversadores, dilapidadores,... Para ello se destinan gran parte de los recursos (por parte de la administración) y del esfuerzo (por parte de los investigadores) en justificaciones totalmente estúpidas (hay toneladas de páginas de anécdotas al respecto). Déjennos en paz y luego midan si producimos o no. Las rigideces presupuestarias son lo más alejado de la libertad que debe tener un investigador en su trabajo creativo. Todo esto ha servido para que se generen docenas de pequeñas empresas (que por cierto contratan doctores) que se dedican "a justificar proyectos", sobre todo para la Industria. Y en las Universidades servicios de investigación donde la mayoría del personal, solo "justifica proyectos". Es decir, al final, en nuestro sistema de I+D+i, lo milagroso es que alguien produzca algún indicador, porque todos estamos justificando proyectos. Y mientras sea más rentable el patronazgo de un partido político que el de una Universidad, mal andamos.


[1]Informe CYD sobre "La contribución de las Universidades al desarrollo", 2006
[2] Informe COTEC "Tecnología e Innovación en España", 2007

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