Todos los elementos que te rodean tienen sus propios colores que, amén de otorgarle una determinada apariencia al objeto o ser vivo en cuestión, inciden en tu mente provocando que percibas las tonalidades de una u otra forma.
Así pues, cada color va mucho más allá de ser simplemente algo visual, adquiriendo una gran relevancia independientemente del sujeto analizado. Psicólogos de todo el mundo se han dedicado en cuerpo y alma a estudiar la manera en que cada individuo percibe los tonos que le rodean, analizando los gustos del mismo para determinar su personalidad en función de aquellos colores que más le atraen. Dicha ciencia psicológica ha avanzado enormemente durante el transcurso de los últimos años gracias sobretodo a la realización de diversos estudios que han dado pie a resultados sorprendentes. Uno de los de más repercusión mediática es la tabla de colores elaborada por la eminencia Eva Heller, la cual es consultable en su libro publicado en el año 2004 . En él se detalla la actuación de cada tonalidad sobre el raciocinio del ser humano y sus respectivos sentimientos. En la tabla se hace patente que un único color puede dar pie a múltiples personalidades distintas, siendo un claro ejemplo el verde. Dependiendo de su intensidad el sujeto puede ser envidioso, sociable o acogedor, afectando directamente a la salud mental de la persona analizada el hecho de contemplar unos u otros tonos.
Una persona que se relaja viendo el mar logrando que le invada una sensación de bienestar también consigue hacerlo al observar el cielo, significando ello que su mente acepta y recibe adecuadamente el color azul abarcando diversas tonalidades. Sin embargo, puede que el mismo individuo no sea capaz de obtener un estado de paz mental de tal calibre al visualizar un bosque o un enorme prado en caso de que la percepción de las tonalidades verdosas no sea tan positiva. Tanto psicólogos como psiquiatras coinciden en afirmar que un paciente no puede estar sano en términos mentales si a diario se ve obligado a lidiar con aquellas tonalidades que su cabeza no digiere adecuadamente.
Los expertos que en la última década han destinado sus recursos a estudiar la psicología del color inciden en que una acción aparentemente tan simple como la de elegir la ropa para un día en concreto es una clara muestra de que las tonalidades presentes en la misma condicionan al ser humano tratando de plasmar el estado sentimental en el que se encuentra. La misma condición se da a la hora de pensar en el interiorismo de una vivienda, puesto que los colores presentes en el domicilio de un propietario son un indicativo de los rasgos de personalidad que le distinguen de los demás. Es por ello que los psicólogos dan mucha importancia a los tonos por los que optan los seres humanos para decorar sus respectivas casas, salir a la calle e incluso escoger la funda del teléfono móvil. Cualquier elección de color por muy poco trascendente que parezca es tomada en consideración por los amantes de esta ciencia que paulatinamente va adquiriendo la importancia que merece.
En su momento Isaac Newton ya quedó maravillado al contemplar la explosión de colores que surgió a raíz de su experimento con el popular prisma triangular, aunque el afamado matemático se limitó a indagar sobre la física de los mismos. Años más tarde se generaron teorías elaboradas que guardaban relación principalmente con la manera en que cada tonalidad incide afectando a la mente del ser humano no solo de forma positiva. Y es que en ciertos individuos algún que otro color logra penetrar en la zona más visceral del cerebro provocando sentimientos negativos que incluso pueden llegar a suscitar pensamientos depresivos. Por el contrario, muchas personas muestran una cierta alegría al ver un determinado elemento que reproduce aquel color que sus respectivas mentes perciben favorablemente.
Una parte de la sociedad ya comprende en la actualidad los efectos que ocasiona la percepción de las tonalidades. De hecho, algunas personas tratan de sacarle partido aplicando la psicología del color en el mundillo del marketing. Ciertos grupos especializados en publicidad invierten considerables sumas de dinero en averiguar el color que es percibido de mejor manera por la gran mayoría de sujetos que conforman el target al que está destinado el anuncio en cuestión. Ello demuestra lo trascendente que llega a ser la mencionada ciencia psicológica no solo en términos sociales, sino también a nivel económico, viéndose beneficiadas muchas empresas que verdaderamente profundizan en los estudios de los tonos que son vistos con mejores o peores ojos por sus potenciales clientes. Hoy en día son muchas las fuentes existentes que albergan contenido sobre la psicología del color. En la red puedes buscar y averiguar todo lo que hace referencia a las reacciones de la mente humana al percibir determinadas tonalidades.
