Elena González-Blanco, Premio Julián Marías de la Comunidad de Madrid en 2017, participará el próximo martes en el ‘Encuentro en torno al conocimiento y la creatividad ante los grandes retos globales’ de la XXI Semana de la Ciencia y la Innovación
Usted es experta en humanidades digitales, pero ¿qué son las humanidades digitales?
Para mí, humanidades digitales es un concepto que implica que la tecnología digital sea parte de la propia investigación, del propio desarrollo de las humanidades, y que les permite ser tratadas como una ciencia. Es decir, que podamos entender todas las disciplinas humanísticas, ya sea literatura, geografía o, incluso, ciencias sociales, desde el punto de vista del análisis de los datos, del análisis científico, para proporcionar una óptica computacional a lo que tradicionalmente se ha hecho de forma casi artesanal.
¿Hasta dónde llega la inteligencia artificial y la robótica en las ramas de las humanidades?
La inteligencia artificial tiene su gran reto en el área de las humanidades y especialmente en la parte del lenguaje. ¿Por qué? Porque si pensamos en qué es la inteligencia artificial, cómo la define la Real Academia de la Lengua, nos encontramos con que es la disciplina que trata de que los ordenadores, estos sistemas computacionales, imiten el comportamiento humano. Y ¿cómo se imita el comportamiento humano? Pues a través de sus sentidos, a través de las funciones del cerebro. Y esto ¿cómo se traduce? Entendiendo cómo las personas ven, cómo las personas hablan, cómo las personas sienten y cómo las máquinas pueden aprender todos estos comportamientos, imitándolos y obteniendo su propio desarrollo de estos resultados de aprendizaje.
El reto es hacer avanzar la inteligencia artificial hasta hacerla más humana y conseguir que la humanidad pierda el miedo a que las máquinas tomen el control
¿Posee la inteligencia artificial la suficiente capacidad como para relacionarse como los humanos?
Una de las principales capacidades que tiene el hombre como propiedad inherente, que es distinta al resto de los animales, es la capacidad de hablar, la capacidad de comunicarse. Y este es uno de los grandes retos para las máquinas. Este reto ya se planteó en los años 50 del siglo XX y se ha ido desarrollando durante todo este tiempo. Y, sin embargo, todavía no hemos llegado ahí. Estamos en un punto en que hacer que las máquinas hablen, entiendan un texto y sean capaces de comunicarse como las personas es una de las grandes aspiraciones de la inteligencia artificial, un aspecto en el que todavía los seres humanos vamos bastante por delante, porque el lenguaje es complejo y no implica solamente entender una palabra o entender un texto, sino que implica contar con un contexto, una relación y un histórico de datos. Y esto las máquinas todavía no lo tienen.
¿Se logrará que las máquinas imiten la comunicación de los humanos?
Mejoraremos muchísimo, pero yo creo que las máquinas nunca van a suplantar a las personas. Tenemos mucho miedo. La inteligencia artificial se nos ha vendido, desde el mundo cinematográfico, como una amenaza, como algo que va a irrumpir en nuestras vidas y va a ser casi un elemento malvado en muchos casos. Y, sin embargo, yo lo veo claramente como algo que va a ayudarnos a mejorar muchísimo nuestra calidad de vida, de comunicación y de interacción hombre-máquina, en una forma mucho más sencilla, que es hacia lo que tendemos.
Museos online, la digitalización de colecciones bibliotecarias hasta el procesamiento del lenguaje o el reconocimiento de la imagen aplicado al área de humanidades. ¿Estamos ante la revolución de las humanidades?
Podemos hablar de un momento en el que las humanidades vuelven a estar en el centro. Esta digitalización de las humanidades ha permitido que estemos ante este nuevo humanismo, porque se vuelve a poner en el centro al ser humano, desplazado hace años por el protagonismo de la tecnología. ¿Dónde lo estamos viendo? En nuestro día a día. La tecnología se está desarrollando para todas las áreas de entretenimiento, para las recomendaciones de música o poesía. ¿Por qué? Porque en un mundo en el que la tecnología ya es algo que nos rodea, cada vez importa más el contenido, el mensaje y la comunicación. Estamos buscando ese sentido más humano, esa forma de encontrar el contenido más adecuado, en un mundo en el que las cosas van a mucha velocidad. Ahí las humanidades juegan un papel importantísimo.
¿De qué manera contribuye tu investigación a afrontar los grandes retos de la humanidad y a conseguir los retos de la agenda 2030 (ODS)?
La investigación en tecnologías del lenguaje, en inteligencia artificial y en humanidades digitales es fundamental para afrontar el nuevo reto de la humanidad, que es, por un lado, ser muchísimo más tecnológico en todos los ámbitos y, por otro, hacer avanzar la inteligencia artificial hasta hacerla más humana. Y conseguir que la humanidad pierda este miedo a que las máquinas tomen el control es una labor fundamental que no depende sólo de la investigación, sino también de la aplicación adecuada de sus resultados al mundo real. Por eso, mi labor es importante en el sentido de conectar todos estos algoritmos con la realidad del mundo del lenguaje, especialmente en nuestra lengua y en otras lenguas no tan populares. Y también es importante aplicar esto a la industria para que no solamente se quede en los artículos científicos, sino que contribuya a mejorar el modo en que las personas entienden la tecnología y cómo interactúan con ella en el día a día, ejemplos que ya existen en los sistemas de recomendación musical, de recomendación de poesías o de análisis de textos.
¿Qué ha supuesto en tu trayectoria haber sido premiada por la Comunidad de Madrid, entre otros reconocimientos?
Para mí, haber sido premiada por la Comunidad de Madrid con el premio Julián Marías a menores de 40 años ha sido verdaderamente un hito en mi carrera. Ha sido un reconocimiento al esfuerzo realizado durante muchos años y, además, ha llegado en el momento en que yo he pasado de la universidad a la empresa, por lo que ha sido como ese colofón a una trayectoria que verdaderamente cobra sentido cuando vemos que de las humanidades se puede pasar a la tecnología y de la tecnología se puede pasar a la industria, pues es necesario conectar todos estos mundos. Para mí, Julián Marías ha sido siempre una persona admirada, un hito que siempre va a estar ahí y que me ha animado, incluso en el mundo de la industria, a continuar con mi carrera científica y a ver que en este lado también esa investigación es necesaria para contribuir a mejorar la sociedad y para integrar la investigación, las humanidades y la tecnología en todo lo que hacemos en nuestro día a día, sea desde la industria, sea desde la universidad o sea desde la propia sociedad.
Elena González-Blanco, participará, junto a otros investigadores premiados por la Comunidad de Madrid en el ‘Encuentro en torno al conocimiento y la creatividad ante los grandes retos globales’ que tendrá lugar el próximo martes 2 de noviembre a las 19 horas en el Instituto Cervantes en el marco de la XXI Semana de la Ciencia y la Innovación de Madrid. Si estás interesado en acudir, puedes inscribirte en el siguiente enlace: https://www.madrimasd.org/encuentro-en-torno-conocimiento-creatividad-ante-los-grandes-retos-globales