La desconfianza en la ciencia está creciendo y los científicos quieren hacer algo al respecto
Desde el rechazo a la vacunación contra la COVID-19 hasta la negación de la existencia del cambio climático, la lista de creyentes anticientíficos es cada vez más larga. En algunas ocasiones puede haber razones legítimas para esta desconfianza, pero ¿por qué tantos de ellos rechazan la ciencia? Los investigadores que estudian las actitudes y la persuasión exploraron las razones por las que algunas personas pasan por alto las pruebas científicas al formarse una opinión. En la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences», definieron cuatro principios subyacentes que explican por qué las personas tienen creencias anticientíficas y las formas de superarlas mediante estrategias.
¿Qué hay detrás del rechazo a las pruebas científicas?
En primer lugar, la fuente que proporciona la información, como un científico, carece de credibilidad. En segundo lugar, el público que recibe el mensaje se identifica con grupos que tienen actitudes anticientíficas. En tercer lugar, un mensaje científico contradice las creencias y preferencias de una persona. Por último, existe una discrepancia entre la forma de presentar un mensaje y la manera de pensar de una persona. «Lo que tienen en común estos cuatro puntos es que revelan lo que ocurre cuando la información científica entra en conflicto con lo que la gente ya piensa o con su estilo de pensamiento —explicó el coautor Richard Petty, profesor de psicología de la Universidad Estatal de Ohio (los Estados Unidos), en una noticia—. Las personas tienen dificultades para manejar estos tipos de conflictos y eso hace que les resulte más fácil rechazar la información científica que no encaja con lo que creen». A lo que Petty añadió: «Las vacunas solían ser algo normalizado que todo el mundo aceptaba. Sin embargo, en los últimos años se han realizado algunos avances que han permitido persuadir con más facilidad a las personas en contra del consenso científico sobre las vacunas y otras cuestiones». Debido al ciclo continuo de los medios de comunicación y las redes sociales, las personas pueden interpretar los hechos como quieran. La política desempeña un papel importante, lo que influye en las cuatro razones. «La política siempre ha estado presente y las personas ya tenían opiniones políticas, pero la política no lo impregnaba todo. En un momento determinado, la ciencia y las creencias científicas estuvieron separadas de la política, pero ya no», comentó Petty.
Aumentar la aceptación de la ciencia por el público
Tal y como señaló Aviva Philipp-Muller, autora principal y profesora adjunta de «marketing» en la Universidad Simon Fraser (Canadá): «Algunas personas pueden rechazar la nueva información científica porque es más fácil hacerlo que anular sus creencias políticas preexistentes. Las plataformas de las redes sociales como Facebook ofrecen noticias personalizadas, lo que significa que conservadores y liberales pueden acceder a información muy variada». La comprensión de otros puntos de vista es otra forma de contrarrestar las actitudes anticientíficas. «Los mensajes a favor de la ciencia pueden aceptar que hay preocupaciones válidas en el otro lado, pero explicar por qué es preferible la posición científica», continuó Philipp-Muller. También lo es encontrar un terreno común. «Las personas se ponen a la defensiva si creen que se les está atacando o que alguien es tan diferente a ellos que no se le puede creer —explicó Petty—. Hay que encontrar algunos puntos en los que se esté de acuerdo y trabajar a partir de ahí». Los científicos tienen que conocer mejor la psicología de cómo comunicar lo que hacen al mundo exterior. «A menudo no basta con presentar un mensaje sencillo y preciso —afirmó Petty—. La investigación psicológica puede ayudar a los científicos a aprender a presentar su trabajo a distintos tipos de público, incluidos los que podrían ser escépticos». Philipp-Muller concluyó: «Hay una oportunidad para contrarrestar las actitudes y el sentimiento anticientífico existente. Tenemos que utilizar estrategias basadas en datos contrastados para aumentar la aceptación de la ciencia por el público».
