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Autor
Jorge Sanz Forcada (Laboratorio de Astrofísica y Física Fundamental. INTA)

Planetas, Planetitas y Planetazos

El mundo de los planetas es un mundo fascinante. Basta pensar que en uno solo, la Tierra, se concentran más de 6000 millones de seres humanos, y muchos millones más de otros seres vivos
El mundo de los planetas es un mundo fascinante. Basta pensar que en uno solo, la Tierra, se concentran más de 6000 millones de seres humanos, y muchos millones más de otros seres vivos. Pero la Tierra no es el único planeta que existe. La Tierra se encuentra en el "Sistema Solar", que viene a ser la familia de cuerpos celestes que giran en torno al Sol (planetas, satélites alrededor de éstos, planetas enanos, cometas, y asteroides). Sólo en nuestro Sistema Solar hay otros 7 planetas (Plutón ya no se considera un planeta), y 170 satélites como la Luna.

El planeta que ha evocado sin lugar a dudas más la imaginación de los seres humanos es Marte

El número de cometas y asteroides es indeterminado, pero se trata de varios miles. La nueva categoría de "Planetas Enanos" incluye a Plutón, Ceres y Eris (un cuerpo que se encuentra más allá de la órbita de Neptuno. Éstos son cuerpos más o menos esféricos que orbitan alrededor del Sol, pero que comparten su órbita con otros cuerpos. La lista de planetas no acaba en el Sistema Solar. Desde 1995 se han empezado a descubrir planetas girando en torno a otras estrellas. Se les denomina "planetas extrasolares", y ya son nada menos que 273, orbitando alrededor de 241 estrellas.

Pero en este artículo no me voy a enrollar en definiciones técnicas y voy a hablar de planetas en mi propia clasificación de planetas, sin ninguna definición rigurosa ni científica: planetas, planetitas y planetazos, dependiendo de su tamaño, orbiten estrella o planeta. Dejaré aparte a la mayoría de los satélites, como la Luna.

Quiero dar un paseo por los planetas que conocemos... y los que no conocemos, para mostraros algunas curiosidades y datos interesantes. Primero hablaré de nuestro Sistema Solar y luego contaré algunas cosas de los Planetas Extrasolares.

PLANETITAS

Naturalmente éstos serían los planetas más pequeños. En un cierto modo aquí podríamos incluir las lunas (satélites "naturales"), pero yo sólo incluyo alguna luna... como ya he dicho mi definición no es nada rigurosa. El primer "planetita" es Mercurio, "el mensajero de los dioses" según las mitologías griega y romana. Mercurio es un planeta rocoso, tiene una atmósfera casi inexistente y hace mucho, pero mucho calor de día (623 K), pero mucho frío de noche (103 K, o -170 ºC). Esto ocurre porque no tiene atmósfera y además está muy cerca del Sol. Además sus periodos orbital y de rotación son parecidos, es decir, el día dura casi lo que dura el año. Podemos imaginar qué nos pasaría en la Tierra con un día tan largo... ¡nos asaríamos! Por ejemplo, la Luna tarda lo mismo en rotar sobre sí misma que en girar alrededor de la Tierra, por lo que siempre vemos la misma cara desde la Tierra.

Esto ocurre cuando uno de los cuerpos es mucho menos masivo que el otro, como la Luna comparada con la Tierra. En el caso de Mercurio esto provoca una diferencia enorme de temperatura entre la cara que mira al Sol (el día) y la que no (la noche).

Por si esto fuera poco, como no tiene una atmósfera que le proteja de los impactos de meteoritos, algunas de las muchas rocas y cometas que van camino de ser engullidas por el Sol pasan cerca de Mercurio y caen allí. Vamos, que su superficie se parece mucho a un queso de Gruyère con tanto cráter. Creo que Mercurio no debe ser un sitio muy agradable para vivir. ¿Y por qué no tiene apenas atmósfera Mercurio? Se debe a su cercanía al Sol. La radiación es muy fuerte y energética. Eso desmenuza las moléculas en átomos. Y los átomos son más ligeros, así que no les retiene tanto la gravedad del planeta y se evaporan fácilmente.

Por si fuera poco los átomos están generalmente cargados eléctricamente, y los iones del viento solar erosionan fácilmente la atmósfera. Al final el resultado es que queda muy poca atmósfera, casi imperceptible.

Otro ejemplo de planetita es Plutón. Plutón es un planeta remoto y como consecuencia muy frío (-220 ºC). Su tamaño es incluso menor que el de la Luna, y Plutón no viaja sólo, sino que lo acompaña su luna Caronte, de tamaño tan solo un poco menor. Su órbita es un poco "rarita", a veces más cerca del Sol que Neptuno, a veces más lejos, pero además está inclinada. El año de Plutón dura nada menos que 248 años terrestres.



Imagen a escala de la Mancha Roja de Júpiter comparada con los 4 satélites de Galileo: De arriba a abajo: Ío, Europa, Ganímedes y Calixto.

Como he dicho antes también incluyo aquí algunos satélites. Galileo descubrió 4 lunas en torno a Júpiter, interpretando que aquello era como un Sistema Solar en pequeño, lo que le valió algún disgusto con la inquisición. Hay lunas en el Sistema Solar que son más grandes que Mercurio o Plutón. La más grande de todas ellas es Ganímedes, en Júpiter, y muy cerca anda Titán, en Saturno. Entre las grandes están también Europa, Ío y Calixto (en torno a Júpiter), Tritón (en torno a Neptuno) y nuestra propia Luna, que conserva una atmósfera un poco mayor que la de Mercurio.

Actividad volcánica en Ío
Actividad volcánica en Ío: volcanes humeantes vistos desde arriba y en el limbo del satélite

La mayoría de las lunas son poco más que rocas cubiertas por hielo y muchos cráteres, siempre a merced del planeta alrededor del que orbitan. Pero hay algunos detalles muy interesantes. Por ejemplo, Ganímedes es la única que tiene campo magnético propio (como la Tierra) y puede que hasta tenga algo de agua líquida bajo el hielo. Aunque para hielo Calixto se lleva la palma, con bonitos impactos de meteoritos en el hielo que dejan una imagen de puntos blancos sobre fondo oscuro. Europa resulta aún más interesante porque debajo del hielo tiene aproximadamente 100 km de agua entre océanos y hielo. Digamos que tiene una bonita pista de hielo, pero son muchos los que albergan la esperanza de que debajo del hielo haya alguna forma de vida. Tritón es mucho más frío, con -235 ºC, pero a pesar de ello aún tiene actividad volcánica, una rareza de la que aprendemos mucho.


A mi personalmente la luna que más me llama la atención es Ío. Ío está lleno de volcanes en erupción, con humo saliendo de los mismos, realmente espectacular. Tiene hasta una pequeña atmósfera de compuestos de azufre. El lugar ideal para el Demonio.

Y luego está Titán, la más interesante de todas para el ser humano. Y es que en Titán hay una atmósfera que muy bien podría ser como la atmósfera primitiva de la Tierra. Ahora que hace falta taponarse bien la nariz, porque su superficie está surcada por corrientes de amoniaco líquido y su atmósfera está dominada por el metano... famoso componente de las ventosidades del ganado. Allí el ser humano ha mandado una nave que nos ha enviado imágenes muy interesantes de su superficie. Si hay algún ser vivo allí tiene que gustarle los olores fuertes.

PLANETAS

Aquí incluyo los planetas de tamaño parecido a la Tierra. No hace falta que explique que la Tierra es el planeta más importante que conocemos... no sólo porque vivamos en él, sino porque es el único en el que hemos descubierto vida por el momento. Lo que hace más habitable la Tierra es la presencia de agua en cantidad, que ayuda a regular una temperatura bastante estable, y una atmósfera y campo magnético que la protegen de meteoritos. El planeta que más se parece a la Tierra es Venus, casi del mismo tamaño. Pero la composición de su atmósfera está dominada en un 96% por CO2, lo que provoca un enorme efecto invernadero, calentando la superficie hasta los 460 ºC en algunos casos. Que nadie se asuste, la cantidad de CO2 en la Tierra es ridícula en comparación, ni aún quemando todos los combustibles fósiles alcanzaría una cantidad significativa; así que un efecto invernadero en la Tierra no nos llevaría a esto. Es posible que en algún momento del pasado Venus estuviese cubierto de agua como la Tierra, pero hoy en día se funde el plomo, que nadie piense en ir de vacaciones.



De izquierda a derecha: Mercurio, Venus, Tierra y Marte. La imagen de Venus es la obtenida por naves espaciales, pero Venus está cubierto de unas espesas nubes que no nos dejan ver su superficie normalmente

El planeta que ha evocado sin lugar a dudas más la imaginación de los seres humanos es Marte. A pesar de su color rojo Marte es un lugar frío, generalmente bajo cero aunque alguna vez puede alcanzar los 20 ºC.

Aunque es más pequeño que la Tierra, está lleno de cosas interesantes, como el volcán más alto del Sistema Solar (¡27 km!), o grandes cañones con cientos de kilómetros de largo. Además tiene dos casquetes polares visibles con telescopios de aficionado, y se producen enormes tormentas de arena que llegan a cubrir la mitad de la superficie marciana durante meses.


Parece que Marte podría tener agua en el subsuelo y que hay rastros de haberla tenido en la superficie hace tiempo. A pesar de toda la literatura sobre Marte no se han visto marcianos todavía, aunque quién sabe si no habrá algunos organismos de pequeño tamaño en algún lugar del planeta. Si hay algún planeta que el ser humano puede colonizar algún día, ese es Marte, aunque bien protegido porque su atmósfera es más delgada que la nuestra y los meteoritos alcanzan la superficie más fácilmente.

PLANETAZOS

Un vistazo de cerca a la superficie de Júpiter o Saturno nos ofrece una amalgama de colores parecida a la paleta de un pintor

Pero los que de verdad dominan el Sistema Solar son los "planetazos". Son planetas enormes, gaseosos, con anillos y muchas lunas. Neptuno y Urano son de colores verdoso y azulado respectivamente, y los más grandes, Júpiter y Saturno tienen colores marrones, blancos y amarillentos alternados en bandas como camisetas a rayas. Júpiter tiene 2,5 veces la masa de todos los demás planetas juntos.

En estos planetas se forman increíbles tormentas que dejan ridículos los mayores huracanes terrestres. Un ejemplo bien conocido es la Mancha Roja de Júpiter, esa especie de ojo que nos observa en su superficie y podría engullir nuestra Tierra tranquilamente. Un vistazo de cerca a la superficie de Júpiter o Saturno nos ofrece una amalgama de colores parecida a la paleta de un pintor. Visto desde el telescopio de un aficionado Júpiter nos enseña dos bandas que lo cruzan cerca del ecuador, y los cuatro satélites que ya vio Galileo. Pero el mejor espectáculo lo ofrece Saturno, que asoma en el telescopio como una cazuela con asas.

saturno

Saturno con dos de sus satélites y sus majestuosos anillos

Los anillos de Saturno (y de los otros 3 planetas gigantes) son el resultado de muchos millones de años en los que el planeta ha hecho de "escoba" de la órbita que iba recorriendo. Todas las rocas pequeñas y materiales de la zona acaban orbitando alrededor del planeta y en su zona ecuatorial, formando sus famosos e impresionantes anillos.

Júpiter es tan masivo que condiciona el movimiento de los cometas que pasan cerca de él, e incluso nos permitió hace unos años ver en directo cómo caía un cometa en su superficie y era engullido por sus enormes nubes, de hidrógeno en al menos un 80%.

La masa de Júpiter condiciona también ligeramente el movimiento del Sol. Neptuno y Urano parecen más unas canicas gigantes, de color casi homogéneo. Si estos dos planetas hubieran caído desde su formación en una órbita cercana al Sol es probable que hubieran perdido la mayoría de sus atmósferas por la intensa radiación, y ahora serían más parecidas a la Tierra o Venus. De hecho... ¡quién sabe si la Tierra no era como Urano cuando se formó el Sistema Solar!


PLANETAS EXTRASOLARES

La curiosidad por el conocimiento en el Ser Humano no tiene límites. Y como nuestros planetas nos parecían muy pocos nos lanzamos a la búsqueda de planetas en otras estrellas. Desde 1995 se han detectado 273 y el número aumenta cada día.

La mayoría de estos planetas se han encontrado a base de fijarse en cómo se mueve la estrella alrededor de la que orbitan. Si el planeta es muy masivo la estrella sentirá un poco de atracción gravitatoria también hacia el planeta, así que se "tambaleará" un poco en su movimiento. Buscando este "tambaleo" se encontró el primer planeta extrasolar, y la mayoría de ellos. Claro, la consecuencia es que por ahora la mayoría de estos planetas que conocemos son como versiones grandes de Júpiter, ¡son todos planetazos!

En ellos se ven cosas como la evaporación de la atmósfera de uno de estos planetas sobre el fondo de la estrella, o el planeta pasar por delante de la estrella, disminuyendo la luz de ésta de forma casi imperceptible.

El conocimiento avanza rápidamente y en pocos años llegará el día en que se detecten planetas como la Tierra. Y no parece nada descabellado pensar que en alguno de estos planetas se pueda haber formado vida. El tiempo nos dirá si es así.

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