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Belén Tobalina

El nuevo reto de la Inteligencia Artificial: prevenir las enfermedades degenerativas

Un consorcio español se embarca en un proyecto para detectar de forma precoz el riesgo de párkinson, ictus o pérdida de audición

La Inteligencia Artificial (IA) ya permite crear fármacos en la mitad de tiempo; detectar la covid antes incluso de que lo hagan los propios especialistas, o, ya fuera del campo sanitario, sustituir la voz de Darth Vader. Pese a que nos sigue pareciendo una tecnología algo lejana, vivimos rodeados de IA y en un futuro próximo la combinación de algoritmos planteados con el propósito de que las máquinas sean capaces de aprender permitirá detectar enfermedades antes de que las propias patologías muestren los primeros síntomas.

Ese es precisamente el objetivo de Capgemini, que lidera un consorcio público-privado, formado por 15 entidades colaboradoras, todas ellas españolas, que en los próximos tres años diseñarán y desarrollarán una solución inteligente que permitirá la detección precoz y la actuación rápida en enfermedades neurológicas, motoras y degenerativas derivadas del propio envejecimiento.

El proyecto, denominado «AI4HealthyAging» (Artificial Intelligence for Healthy Aging), cuenta con un presupuesto de 12,5 millones de euros, que serán financiado por la Unión Europea a través de los fondos Next Generation EU.

Pero, ¿en qué consiste exactamente? En «lograr identificar de forma temprana las enfermedades» para así no solo vivir más, sino con mayor calidad de vida, como explica Fabiola Bermejo, directora de Hybrid Intelligence, área de Inteligencia Artificial de Capgemini Engineering en España y directora del citado proyecto.

«El objetivo del proyecto es conseguir una visión holística e integrada del paciente que identifique patrones en etapas tempranas del envejecimiento que mejoran su calidad de vida y mitiguen la gravedad de las enfermedades al identificarlas en fases iniciales», precisa la experta.

Un reto crucial que podría ayudar a mejorar la eficacia de los tratamientos terapéuticos, lo que mejorará la calidad de vida de los afectados. Y no solo. Esta detección precoz también puede acabar haciendo que el sistema nacional de salud sea más sostenible. Todo un reto. De ahí quizá que este proyecto haya sido el que mayor financiación haya conseguido.

En concreto, los investigadores analizarán cómo afecta el sueño en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas (las conductas que se tienen durante la fase REM del sueño pueden alertar sobre ciertas patologías como el párkinson o la demencia senil, por ejemplo), la pérdida de audición y de musculatura, la insuficiencia cardíaca y los ictus, las enfermedades mentales, el cáncer de próstata y el colorrectal y el párkinson. Todas ellas patologías que surgen durante el envejecimiento.

«La idea del proyecto es ver si podemos identificar diferentes patrones para diagnosticar estas enfermedades de forma temprana», incide Bermejo.

Para ello, más de 100 profesionales sanitarios y tecnológicos colaborarán en este proyecto en el que, por ejemplo, para analizar la pérdida de musculatura «se pondrá a los participantes unos sensores inteligentes en el calzado para identificar anomalías en el movimiento», detalla Bermejo.

«En el caso de los problemas de sueño –prosigue–, el uso de la IA se utilizará para realizar una detección temprana e intervención rápida del deterioro cognitivo leve, demencia y alzhéimer según las medidas de la actividad cerebral durante el sueño». En definitiva, una toma de datos para lograr dar con unos biomarcadores que permitan tener unos patrones para cada patología.

De momento, se desconoce el número exacto de pacientes que participarán en esta iniciativa, pero hablamos de «varios miles con edad superior a 50 años», precisa Bermejo.

Un grupo notorio, ya que los investigadores analizarán patrones para cada enfermedad pero con diferentes individuos. Es decir, «un mismo participante no podrá participar en el estudio de más de una patología», añade.

La experta incide en que «en ningún caso el objetivo es sustituir al personal médico», sino todo lo contrario, el proyecto persigue poder «dotarles de las herramientas que les ayuden» a la detección precoz de enfermedades al «darles las herramientas de apoyo necesarias para la toma de decisiones».

Y todo ello con una máxima: compartir imágenes, datos e informes médicos de los participantes, un tipo de información que suele ser muy sensible, garantizando la privacidad del paciente.

El consorcio, liderado por Capgemini, está formado por organismos y entidades representativas del sector industrial y sanitario entre los que se encuentran el Instituto Tecnológico de Aragón, el Instituto Cajal (dependiente del CSIC), el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, el Instituto de Investigación Sanitaria Aragón, la Universidad Politécnica de Cataluña, la Universidad de Valencia, el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), Cruz Roja Española, la Fundación Andaluza para la Investigación y Gestión del Conocimiento en Otorrinolaringología, Bitbrain, Podoactiva, Technaid, Inntegra y Starlab.

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