Logran mejorar la respuesta antioxidante del hígado, mediante el bloqueo de una proteína que ya se postuló como clave para el funcionamiento del hígado y el control del desarrollo de obesidad.
Nuevos avances en el estudio de PASK sugieren que la deficiencia de esta proteína podría promover mecanismos antioxidantes contra el estrés oxidativo en el hígado. Investigadores del CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) liderados por Elvira Álvarez y Carmen Sanz en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, desvelan cómo estos mecanismos antioxidantes hepáticos están mejorados cuando se bloquea la proteína PASK. Los resultados han sido publicados en Scientific Reports.
"Bloqueando la proteína PASK en ratones, hemos observado cómo se aumentan las defensas antioxidantes mejorando la respuesta frente a posibles daños y evitando la generación de estrés oxidativo" explican las investigadoras. Por ello, añaden "la estimulación de respuestas antioxidantes podrían ser útiles para prevenir o tratar enfermedades hepáticas como la hepatitis, cirrosis e hígado graso".
La disfunción metabólica en el hígado es la causa de numerosas patologías asociadas con un estado redox alterado. Los nuevos resultados sugieren que la proteína PASK puede actuar como un controlador del estrés oxidativo y resultar clave en la respuesta antioxidante. Potencialmente, consideran las investigadoras, "podría ser una buena diana terapéutica para prevenir y tratar ciertas patologías hepáticas".
EL ALCOHOL, LA DIETA O LA CONTAMINACIÓN INFLUYEN EN EL ESTRÉS OXIDATIVO Y EL DAÑO HEPÁTICO
Las células, en su normal funcionamiento, producen radicales libres. Estas moléculas, en cantidades excesivas, son tóxicas y causan daños al ADN y otros componentes celulares. La acumulación excesiva de éstas es lo que se denomina estrés oxidativo y es nocivo para las células.
El estrés oxidativo está asociado a enfermedades como la diabetes, cáncer, trastornos cardiovasculares o enfermedades neurodegenerativas. En este sentido, el hígado es un órgano especialmente sensible a este proceso. Por ejemplo, el consumo de alcohol, la dieta hipercalórica, la contaminación ambiental, los metales pesados, etc. originan daños hepáticos debido a la generación de estrés oxidativo.
PAPEL CLAVE DE ESTA PROTEÍNA
Investigaciones previas de este mismo grupo, pusieron de manifiesto cómo la proteína PASK es clave en la regulación de genes y proteínas hepáticos implicados en la detección y metabolismo de glucosa, así como en la señalización de insulina. Por tanto, afecta la respuesta a los cambios nutricionales que regulan el metabolismo de glucosa y lípidos. Así, PASK estaría controlando el metabolismo hepático y la homeostasis de glucosa y lípidos de todo el organismo.
Anteriormente, las investigadoras ya habían descrito cómo estos ratones deficientes en la proteína no sólo no desarrollaban obesidad, sino que presentaban mejorada la respuesta a la insulina cuando se les sometía a dietas altas en grasas.
Estos hallazgos del grupo que lidera Elvira Álvarez del CIBERDEM y la Universidad Complutense de Madrid refuerzan el interés de esta proteína como diana para desarrollar futuros tratamientos de las enfermedades antes mencionadas. En este sentido, el grupo está desarrollando líneas de investigación y contactos que faciliten estos fines.
Referencia bibliográfica:
Dongil P et al. 2018. Pas Kinase Deficiency Triggers Antioxidant Mechanisms in the Liver. Scientific Reports. DOI: 10.1038/s41598-018-32192-w