El Tratado sobre el Régimen de la Salud es una de las obras más significativas de Maimónides, porque en ella se recoge un compendio de las recomendaciones más importantes que se deben seguir para mantener la salud y evitar las enfermedades. Recomienda que los que sufren enfermedades como la neurosis o la paranoia deben recurrir a la filosofía y a la ética. La primera enseña a adquirir y mejorar las virtudes y cualidades del alma, mientras que la segunda -que para Maimónides se basa en las leyes y enseñanzas de los profetas de la Biblia- ayuda a rectificarlas. La filosofía también es un buen instrumento para relativizar muchas de las situaciones de nuestra vida: no es recomendable alegrarse excesivamente cuando le llega al hombre una buena noticia, ni deprimirse cuando se recibe una mala. Se insiste también en que la influencia de la mente humana en el enfermo es un buen mecanismo que ayuda a recobrar la salud, por eso se recomienda fortalecer las facultades psíquicas del convaleciente con buenos olores y contándole historias alegres y divertidas, a ser posible acompañadas con música.
El Tratado sobre el Régimen de la Salud es una de las obras más significativas de Maimónides, porque en ella se recoge un compendio de las recomendaciones más importantes que se deben seguir para mantener la salud y evitar las enfermedades. Recomienda que los que sufren enfermedades como la neurosis o la paranoia deben recurrir a la filosofía y a la ética. La primera enseña a adquirir y mejorar las virtudes y cualidades del alma, mientras que la segunda -que para Maimónides se basa en las leyes y enseñanzas de los profetas de la Biblia- ayuda a rectificarlas. La filosofía también es un buen instrumento para relativizar muchas de las situaciones de nuestra vida: no es recomendable alegrarse excesivamente cuando le llega al hombre una buena noticia, ni deprimirse cuando se recibe una mala. Se insiste también en que la influencia de la mente humana en el enfermo es un buen mecanismo que ayuda a recobrar la salud, por eso se recomienda fortalecer las facultades psíquicas del convaleciente con buenos olores y contándole historias alegres y divertidas, a ser posible acompañadas con música.
Moisés ben Maimón, más conocido como Maimónides, nació en Córdoba en 1138. En esta ciudad se formó en el estudio de la Biblia y las leyes judías y también aprendió filosofía, astronomía y matemáticas con maestros musulmanes, lo que contribuyó a que adquiriera enormes conocimientos en ciencia árabe.
Hacia 1160 la familia se trasladó a la ciudad de Fez en Marruecos, donde Maimónides tuvo que enfrentarse a los conflictos surgidos por las conversiones de judíos a la religión islámica. El sabio cordobés tuvo una actitud comprensiva y tolerante hacia este tipo de conversiones y defendía que era preferible adoptar el Islam como religión antes que perder la vida. Tras una etapa de viajes por Tierra Santa, Maimónides finalmente se instaló en Egipto en la ciudad de Fustat, muy cerca de El Cairo. A poco de llegar, murieron su padre y su hermano David, y Maimónides entonces se vio obligado a tomar las riendas de su familia. Fue así como decidió ejercer la medicina, profesión que le ocuparía la mayor parte de su tiempo hasta el final de su vida.
Escribió varias obras médicas por encargo de personajes ilustres que sufrían una enfermedad y pedían a Maimónides que les escribiera un tratado explicándoles el origen de su mal y recomendándoles algún tratamiento. El prestigio y la fama que Maimónides adquirió con sus obras médicas le situaron en un nivel social elevado y le llevaron incluso a tratar a la familia del gran sultán Saladino.
Una de las primeras y más conocidas obras que escribió Maimónides entre 1187 y 1190 es los Aforismos Médicos. En ella se habla, entre otros asuntos, de los humores del cuerpo, de la sangría y de los diferentes tipos de fiebres. El científico cordobés anima a los estudiantes de medicina a evitar prejuicios y a experimentar y observar por sí mismos con mentalidad crítica y escepticismo hacia las enseñanzas médicas tradicionales, aunque procedan de doctores eminentes.
En su Tratado sobre el Asma, escrito hacia 1190, Maimónides no sólo se centra en esta enfermedad, sino que incluye algunas consideraciones generales sobre la salud. Insiste mucho en la importancia de la dieta para el tratamiento de las enfermedades y recomienda la siesta después de las comidas. Entre las bebidas beneficiosas que recomienda menciona el vino, del que dice que en exceso es malo, pero en pequeñas dosis ayuda a digerir los alimentos. En 1190 Maimónides recibió una petición bastante inusual del sultán de Hama, en Siria. Este príncipe musulmán se sentía incapaz de satisfacer sexualmente a las muchas concubinas de su palacio y pedía a nuestro autor recomendaciones para aumentar su potencia sexual. Maimónides escribió su Tratado sobre el Coito, que incluye una serie de recetas de comidas y medicinas que actúan como afrodisíacos. Recomienda algunas actitudes y sentimientos que benefician al sexo, como la risa, la felicidad, el descanso y el sueño, si no es excesivo.
Durante los años en que Maimónides vivió en Egipto también se ocupó en el estudio del derecho judío y llegó a ser un prestigioso rabino. Este sabio ha pasado a la historia del judaísmo por escribir una magna obra titulada Misné Torá o Segunda Torá. En ella se recogen de manera ordenada y sistemática las leyes para la práctica de la religión y se explican de forma racional haciendo uso de la ciencia de la época.
En los últimos años de su vida, el sabio cordobés culminó otra de sus obras fundamentales, la Guía de Perplejos, destinada a explicar racionalmente la Biblia y hacerla compatible con los principios fundamentales de la filosofía griega.
Maimónides murió en 1204 y una leyenda relata que pusieron su cadáver sobre un burro que, después de vagar por muchos lugares, acabó a orillas del lago Tiberíades, donde Maimónides fue enterrado.
Más información:
GÓMEZ ARANDA, Mariano, 2003. Sefarad científica. La visión judía de la ciencia en la edad media. Madrid: Nívola libros y Ediciones. ISBN 8495599619