Durante el sitio de Leningrado, un heroico grupo de científicos evitó que se perdiese el primer banco de semillas del mundo
En este texto publicado en The Guardian se nos cuenta que durante el sitio de Leningrado en 1941, un grupo de botánicos del Instituto de Plantas se enfrentó a la amenaza de la guerra y la hambruna para proteger una valiosa colección de semillas.
Los botánicos, liderados por Nikolai Ivanov, arriesgaron sus vidas para evitar que las semillas cayeran en manos enemigas. Mientras la ciudad sufría escasez de alimentos y la población se enfrentaba a condiciones extremas, los científicos optaron por no consumir las semillas, a pesar de que esto podría salvarles la vida. Su sacrificio fue significativo: a pesar de las penurias, lograron organizar programas de cultivo que utilizaron cada espacio verde libre para producir alimentos.
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Dag Endresen