El arquitecto Sáenz de Oiza dejó un legado de edificios icónicos que no siempre gustaron a sus inquilinos
Nacido en Navarra en 1918, Francisco Javier Sáenz de Oiza fue uno de los arquitectos españoles más prestigiosos del siglo. En este artículo en Vanity Fair recorren su obra a través de algunas de sus construcciones más famosas, desde el Ruedo de la M-30, que se construyó para realojar a familias que vivían antes en un poblado chabolista, a las Torres Blancas.
Aunque sus edificios ganaron muchos premios, también se ganó duras críticas de muchas personas que no los entendían. En un famoso vídeo, el arquitecto se enfrentó a algunos vecinos del Ruedo que se quejaban de que los cuartos eran demasiado pequeños, entre otros “errores”. Pero no en vano, Sáenz de Oiza nos dejó frases como esta: “La arquitectura debe ser hermosa aunque no funcione; capaz de conmover aunque tenga goteras".