
Ciencia y desinformación
En este artículo publicado en la revista Healthy Debate, la médico Anna Durbin habla de la creciente amenaza de la desinformación en redes sociales, que está superando la comunicación científica en la configuración de políticas públicas y decisiones de salud. A pesar de la rigurosidad científica y la evidencia existente, los científicos se ven desplazados por influencers y creadores de contenido que promueven información errónea de manera rápida y efectiva. Según Durbin, este fenómeno no solo se debe a fallos en los algoritmos de las redes sociales, sino a que la evolución humana favorece información que está emocionalmente cargada y es novedosa. Durbin menciona estudios que demuestran que más del 50% del contenido sobre salud mental popular en TikTok contiene afirmaciones engañosas.
El artículo explica que la pandemia de COVID-19 evidenció esta crisis de comunicación. Mientras los expertos debatían metodologías y recopilaban datos, la desinformación se propagaba sin esfuerzo. Durbin argumenta que la ciencia no está perdiendo la batalla por ser incorrecta, sino por una ineficacia en su comunicación. Sugiere que los científicos deben adaptarse a este nuevo entorno, aprendiendo a comunicar sus hallazgos de manera atractiva y accesible en las plataformas sociales, colaborando con expertos en comunicación para hacer frente a la desinformación y recuperar la confianza pública en la ciencia.
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