Nazario Martín, director adjunto de IMDEA Nanociencia y Premio Miguel Catalán 2014, es uno de los participantes en el ‘Encuentro en torno al conocimiento y la creatividad ante los grandes retos globales’ de la XXI Semana de la Ciencia y la Innovación
Ha sido galardonado con el Premio Miguel Catalán de la Comunidad de Madrid en el año 2014 y con el Premio Nacional de Investigación 2020 en Ciencia y Tecnología Químicas, premios que, en definitiva, reconocen su carrera y su contribución científicas, concretamente, en el área de los materiales moleculares y las nanoformas de carbono. Pero, aclárenos, ¿para qué sirven estos materiales?
Para nosotros, los químicos, las nanoestructuras de carbono nos permiten introducirnos en diferentes áreas de investigación. Tengo que señalar que hoy las investigaciones, sean del área que sean, suelen implicar a distintos grupos de investigación con diferentes experiencias y capacidades. Es decir, son multidisciplinares y, por lo tanto, en todas se necesita el concurso de distintas disciplinas científicas. Y, desde el punto de vista de la química, las nanoestructuras de carbono nos permiten participar tanto en aplicaciones biomédicas, específicamente en virus emergentes, como en aplicaciones con nuevos materiales. O, como llevamos décadas haciendo, en materiales para la energía en el ámbito de las renovables, en concreto de la energía fotovoltaica.
Hablemos de las aplicaciones biomédicas, concretamente en virus
Estamos empleando las nanoestructuras de carbono como plataformas para aplicaciones biomédicas. Y, por ejemplo, llevamos más de una década trabajando, en colaboración con el Hospital Universitario 12 de Octubre de la Comunidad de Madrid, en el estudio de moléculas antivirales que sean capaces de reducir la infección en personas que ya están infectadas. En este sentido, hemos sintetizado unas moléculas derivadas precisamente de nanoestructuras de carbono de fullereno, que son las más eficaces que se conocen en los estudios in vitro. Es verdad que queda todavía mucho recorrido para su potencial aplicación en humanos, pero son muy interesantes porque resultan tremendamente eficaces a concentraciones increíblemente bajas. Esto podría proporcionar una oportunidad complementaria a las vacunas. En esta línea, hemos trabajado mucho en los virus del Ébola, zika y dengue.
Siguiendo con la clasificación de las edades del hombre en función de los materiales utilizados, el Siglo XX fue la edad del plástico, ahora estamos en la del silicio y el futuro será la era de las nanoestructuras de carbono
¿Y el virus que ha ocasionado el covid-19?
En el caso del SARS-Cov-2, tengo que decir que la Comunidad de Madrid ha lanzado un programa muy interesante en donde ha destinado fondos para las universidades públicas madrileñas y también para los Institutos IMDEA, cuyo objetivo es prevenir futuras pandemias. Y en este sentido, quiero destacar cómo la Universidad Complutense ha generado un único proyecto que implica a más de 40 grupos de investigación de distintas disciplinas tanto para buscar moléculas que impidan la infección por el virus como vacunas que prevengan esta infección. El proyecto es muy ambicioso e implica otras acciones encaminadas a la prevención de futuras pandemias.
Y ¿su contribución a las energías renovables?
En nuestro grupo tenemos el orgullo de decir que participamos en el primer proyecto europeo que financió, a mediados de los años 90, los dispositivos de las células solares de plástico, denominado, Plastic Solar Cells. En la actualidad, concretamente desde hace prácticamente una década, estamos centrados en las perovskitas, materiales que son conocidos desde hace mucho tiempo pero su aplicación al terreno de la energía es muy reciente. Y, desde hace ya un par de años, en el IMDEA Nanociencia hemos montado nuestro laboratorio de fotovoltaica, donde estamos desarrollando, por primera vez en la Comunidad de Madrid, dispositivos fotovoltaicos de esta naturaleza.
¿Qué retos más inmediatos tiene la química de materiales?
En realidad, los retos que presentan los materiales avanzados o los nuevos materiales para la sociedad son muchos. De hecho, me gustaría llamar la atención de que han sido precisamente los materiales los que han dado nombre a las edades del hombre. Y es que todo el mundo recordará que cuando éramos pequeños nos decían en el colegio que las edades del hombre se dividen en la Edad de Piedra, la Edad de los Metales, etc. Y podríamos extender estas edades al tiempo presente al comprobar que el plástico, como nuevo material, ha representado una era esencial, la del siglo XX. No sé qué haríamos hoy sin el plástico. Ahora el plástico empieza a ser un problema pero, al igual que la ciencia genera nuevos materiales, la ciencia generará soluciones para los problemas que representan hoy los plásticos no degradables. Y siguiendo con el símil, también diría que seguramente hoy estamos en la era del silicio. Y que el futuro probablemente sea la era de las nanoestructuras de carbono. Desde este punto de vista, todo lo que represente materiales avanzados es un reto.
¿De qué manera contribuye tu investigación a afrontar los grandes retos de la humanidad y a conseguir los retos de la agenda 2030 (ODS)?
La humanidad tiene planteados grandes retos. Y, según la ONU, en ellos están recogidos la pobreza, la integración social y el trato al diferente. Hay mucho trabajo por delante para integrar todo esto. Nuestra pequeña aportación reside en las dos áreas fundamentales que comentaba al principio. Por un lado, llevamos ya varias décadas trabajando en lo que se considera energías renovables, energías que se basan en una fuente limpia e inagotable como es el Sol. Y esta es la energía más socializante que hay, porque no la tienen unos pocos paises, como pasa con el petróleo, que lo extraen y luego lo venden al precio que consideran, sino que el Sol llega a todas partes. Entonces, utilizar el Sol como fuente de energía junto a otras formas de energía medioambientalmente benignas es abrir un nuevo escenario para el ser humano. Nosotros vamos en una nave que viaja por el espacio que es nuestro planeta y que tiene unos recursos limitados. Por lo tanto, cualquier modo de energía que desarrollemos a partir de elementos que tenemos en nuestro planeta será agotable. Sin embargo, la energía que proviene del Sol será inagotable mientras exista la humanidad, y todo lo que sea entender cómo es esta energía y cómo hacer que se transforme en electricidad es un reto maravilloso. Y por otro lado, estaremos ayudando al prójimo si somos capaces de obtener algunas moléculas que consigan disminuir la infección por los virus emergentes. Hay que estar bien preparado para las batallas futuras contra los múltiples patógenos que nos acechan. Cuando el enemigo no sean los virus, lo serán las bacterias. La lucha contra la enfermedad seguirá siendo siempre una constante y todo lo que implique aportar en este sentido contribuirá a tener un mundo mejor.
¿Qué ha supuesto en tu trayectoria haber sido premiado por la Comunidad de Madrid?
Haber sido premiado por la Comunidad de Madrid fue una enorme satisfacción. Cuando preparé el discurso de aceptación y de agradecimiento del premio estaba muy de moda la película “Ocho apellidos vascos”. Entonces me di cuenta de que yo tenía ocho apellidos castellanos y de que, además, mis padres y mis abuelos son todos de la provincia de Madrid, hasta donde yo conozco. De tal modo que es como jugar en casa. Entonces, que en casa te reconozcan tus méritos es lo más agradable que te pueda pasar. Pero, además, debo señalar que quizá sea uno de los premios más difícil de conseguir ya que la Comunidad de Madrid reconoce a una sola persona del ámbito de las ciencias y a otra del ámbito de las humanidades. Y luego hay otros dos premiados en su versión joven. Madrid tiene más de un tercio de la investigación científica de toda España. Eso significa que obtener un premio en la Comunidad de Madrid, un único premio que implica todas las disciplinas que podamos imaginar del ámbito de las ciencias, es dificilísimo. Con lo cual, tendría que decir que el primer sorprendido fui yo, pero que fue muy agradable recibirlo. Fue un gran espaldarazo a la investigación que hacemos y a las muchas horas de sacrificio y de esfuerzo personal. Esto significa un mayor aliciente para continuar y, si cabe, con más entusiasmo.
Nazario Martín, participará, junto a otros investigadores premiados por la Comunidad de Madrid en el ‘Encuentro en torno al conocimiento y la creatividad ante los grandes retos globales’ que tendrá lugar el próximo martes 2 de noviembre a las 19 horas en el Instituto Cervantes en el marco de la XXI Semana de la Ciencia y la Innovación de Madrid. Si estás interesado en acudir, puedes inscribirte en el siguiente enlace: https://www.madrimasd.org/encuentro-en-torno-conocimiento-creatividad-ante-los-grandes-retos-globales