Un reciente estudio liderado por el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) demuestra que las cuevas marcianas podrían ofrecer niveles de radiación amigables con la vida
Un reciente estudio liderado por el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) demuestra que las cuevas marcianas podrían ofrecer niveles de radiación amigables con la vida. Las cuevas podrían ser, por tanto, lugares seguros para los futuros exploradores humanos; y también podrían ser algunos de los mejores lugares para buscar signos de vida en el Planeta Rojo.
En la actualidad, la superficie de Marte está expuesta a niveles de radiación letales para la vida tal y como la conocemos. El subsuelo marciano, en cambio, podría ofrecer protección frente a estos elevados niveles de radiación, aunque, a su vez, la carencia de luz visible en este entorno limitaría el tipo de organismos que podrían sobrevivir en él.
Un reciente estudio liderado por el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) y publicado en la revista científica Icarus, ha caracterizado por primera vez los niveles de radiación ultravioleta en las entradas a cuevas desde cráteres de pozo y en aperturas en tubos de lava. Para ello, ha sido necesario desarrollar un modelo numérico de radiación, con el que se han realizado cientos de simulaciones para distintos tipos de cráteres y aperturas, en función de su posible localización en el Planeta Rojo.
Como señala Daniel Viúdez-Moreiras, investigador del CAB y autor del estudio, “Los resultados sugieren que estos entornos podrían ofrecer niveles de radiación amigables con la vida, a la vez que los niveles de luz visible serían adecuados para ciertos organismos fotosintéticos presentes en nuestro planeta”.
Hasta ahora se han catalogado centenares de candidatos a posibles entradas de cuevas en la superficie de Marte, aunque ninguna misión de exploración robótica los ha visitado hasta la fecha. El uso de drones voladores, como el helicóptero Ingenuity actualmente en Marte, podrían ser usados para buscar y explorar posibles entradas de cuevas. “Sería necesario el envío a Marte de una misión de este tipo, para avanzar en la evaluación de la habitabilidad de estos prometedores entornos”, concluye Viúdez-Moreiras.