Indiscutible ejemplo de los hombres que han sacrificado su vida por la Ciencia, Juan Isern fue un incansable botánico, admirado y querido por todos los que le conocieron, tanto en nuestro país como fuera de él. Falleció con tan solo 44 años, al mes de regresar a España después de participar en la Comisión Científica al Pacífico (1862-1866), la última gran expedición científica enviada por la monarquía española. Pero su trabajo durante ese duro periplo, en el que reunió más de 8.100 especies de plantas, todas ellas etiquetadas con localidad, fecha, hábitat, nombres vulgares, usos y aplicaciones, siguen siendo en la actualidad materia de estudio obligado para los amantes de la botánica.
Indiscutible ejemplo de los hombres que han sacrificado su vida por la Ciencia, Juan Isern fue un incansable botánico, admirado y querido por todos los que le conocieron, tanto en nuestro país como fuera de él. Falleció con tan solo 44 años, al mes de regresar a España después de participar en la Comisión Científica al Pacífico (1862-1866), la última gran expedición científica enviada por la monarquía española. Pero su trabajo durante ese duro periplo, en el que reunió más de 8.100 especies de plantas, todas ellas etiquetadas con localidad, fecha, hábitat, nombres vulgares, usos y aplicaciones, siguen siendo en la actualidad materia de estudio obligado para los amantes de la botánica.
Expedicionarios de la Comisión Científica del Pacífico
El botánico Juan Isern Batlló y Carrera, nacido en Setcases (Girona) el 25 de septiembre de 1821, tuvo desde niño curiosidad por la naturaleza que le rodeaba y acompañaba por el Pirineo a los herbolarios de Viladrau en la recolección de plantas medicinales. Para obedecer los deseos de sus padres inició en 1839 los estudios eclesiásticos en el Seminario de Girona, pero no satisfecho con ellos marchó a Barcelona para ampliarlos con los de Botánica aplicada a la Agricultura, que se impartían en la Escuela de la Junta de Comercio, donde fue alumno de Miguel Colmeiro, catedrático de Botánica. En 1845 volvió a Girona para hacerse bachiller en Filosofía, requerimiento indispensable para ingresaren la Facultad de Medicina. A finales de 1847, ya en la Universidad de Barcelona, inició la carrera de Medicina, aunque para poder vivir vendía las plantas que recolectaba para lo que recorrió Cataluña y los Pirineos. Sus conocimientos botánicos llamaron la atención de varios sabios europeos, entre los que hay que mencionar a Pietro Bubani, George Bentham, Johan M.C. Lange, Moritz Willkomm y Philip Barker Webb. Apreciado por sus profesores de la Universidad de Barcelona, le animaron a seguir su vocación botánica, ayudándole a presentarse a una plaza de Colector en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, cargo que ocupó oficialmente el 2 de junio de 1851, pero sin abandonar sus estudios médicos en los que, en julio de 1854, se hizo Bachiller en Medicina y Cirugía por la Universidad Central.
Expedicionarios de la Comisión Científica del Pacífico
Se casó en 1856 con Tomasa del Olmo, a quien conoció en Valdemoro cuando acudió a prestar ayuda médica a la población por una epidemia de cólera. Con motivo de la ley de Instrucción Pública de 1857, reforma de la enseñanza de Claudio Moyano, se suprimió su plaza en el Museo de Ciencias Naturales y fue nombrado Ayudante de las Cátedras de Botánica de la Facultad de Ciencias, el 18 de abril de 1857, con la condición de que en tres años debía recibir el grado de Licenciado en Ciencias Naturales.Al mes siguiente le hicieron responsable de la librería del Jardín Botánico.
Mantuvo una estrecha amistad con sus superiores y compañeros del Museo de Ciencias Naturales y del Jardín Botánico como Mariano de la Paz Graells (1809-1898), Laureano Pérez Arcas (1824-1894) o Vicente Cutanda (1804-1866), a quienes acompañó frecuentemente en sus campañas de la Comisión del Mapa Geológico de España; y también del político progresista Pascual Madoz (1806-1870) y del farmacéutico Félix Borrell quien dirigió la revista científica “El Pabellón Médico”
Baccharis espadae (Perú)
En 1862, una vez decidida la incorporación de un grupo de naturalistas a una expedición político-militaral Pacífico mandada por Isabel II, Graells, director del Museo de Ciencias Naturales, y Colmeiro, catedrático de Botánica del Jardín Botánico, formaron parte de la comisión consultiva y propusieron a Juan Isern como la persona idónea para encargarse de la botánica durante la expedición. Partió de Cádiz el 10 de agosto de 1862, y viajó junto con otros siete naturalistas por Canarias, Cabo Verde, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador. Al ver aquellos paisajes quedó tan deslumbrado que creyó acercarse al paraíso terrenal, según comentaba en una carta a su ilustre amigo Pascual Madoz.
Tras la ocupación militar de las islas Chinchas por parte de la escuadra española, se ordenó la suspensión de la expedición científica, pero Isern junto a tres de sus compañeros, Martínez, Jiménez de la Espada y Almagro, decidieron continuar la expedición sin contar ya con la ayuda y dirección militar del General Pinzón, y presentaron un nuevo proyecto a la Corona que les permitió en el otoño de 1864 continuar su cometido en América.
Mapamundi
Reunidos en Ecuador los cuatro científicos mencionados realizaron lo que ellos llamaron El Gran Viaje. Llegaron al Napo y bajando por él en canoa hasta el Amazonas navegaron hasta el Atlántico. Una verdadera aventura romántica que costó la vida de Isern.
Murió el 23 de enero de 1866, nada más regresar de la expedición. Su labor fue extraordinaria, recolectando ejemplares botánicos que, junto a los aportados por sus compañeros, resultaron 8.176 especies de plantas. Todas ellas etiquetadas con localidad, fecha, hábitat, nombres vulgares, usos, aplicaciones y el número de ejemplares recogidos. La culminación de su trabajo y de toda la Comisión se presentó en una gran Exposición en mayo de 1866 en el Real Jardín Botánico de Madrid, con el mismo espíritu que las grandes Exposiciones Universales.
Como desgraciadamente Isern había muerto y sus apuntes no se encontraron en un principio, los encargados del estudio y conservación de sus plantas fueron sucediéndose hasta que en 1933, Ignacio Bolívar, director del Jardín Botánico, creó la Sección de Botánica Tropical poniendo al frente a José Cuatrecasas Arumi. Este paisano de Isern viajó a Berlín gracias a la Junta de Ampliación de Estudios, iniciando el estudio de una parte de la colección de plantas isernianas y se publicaron los primeros resultados: Cuatrecasas (1935), Sleumer (1936) y Trelease (1941).
En 1958 se revisaron las plantas argentinas gracias a un Convenio con el Instituto Darwinion (San Isidro) de Argentina y en 1978, para las plantas ecuatorianas, se hizo otro Convenio con el Museo Botánico de Goteborg (Suecia). A partir de 1985 se completó el montaje de la colección de 25.000 pliegos (aprox.), se inició el inventario y la actualización nomenclatural.
Su extenso herbario, tanto el correspondiente a sus campañas españolas como a las americanas, y su archivo se encuentran depositados en el Real Jardín Botánico de Madrid. También existen plantas por él recolectadas en importantes herbarios europeos y americanos e ilustres botánicos tales como Graells, Philippi, Willkomm, Cuatrecasas, Sleumer, Trelease le han dedicado su nombre a diversas especies botánicas.
Más información:
BLANCO FERNÁNDEZ DE CALEYA, Paloma, RODRÍGUEZ VEIGA ISERN, Dolores y RODRÍGUEZ VEIGA ISERN, Pilar, 2006. El Estudiante de las Hierbas. diario del botánico Juan Isern Batlló y Carrera (1821-1866), miembro de la expedición científica del Pacífico (1862-1866). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). ISBN 8400084144.
La Comisión Científica del Pacífico (1862-1866). Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Disponible en: http://www.pacifico.csic.es/uym3/default.htm