Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM-CSIC) y el Instituto de Políticas y Bienes Públicos (IPP-CSIC) lanzan un proyecto para elaborar propuestas políticas que ayuden a implantar estas tecnologías y fomenten la inversión en el medio rural
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con la Fundación COTEC y la firma de consultoría Huella Responsable, lanza el proyecto Rural 3D, una iniciativa que tiene el objetivo de impulsar la fabricación aditiva o impresión 3D como instrumento para reindustrializar la España vaciada. El propósito final es proponer medidas políticas que ayuden a las empresas a implantar estas nuevas tecnologías y fomenten la inversión pública y privada en el medio rural.
La fabricación aditiva implica una nueva forma de producir mediante la transformación digital del sector industrial. Se basa en un conjunto de nuevas tecnologías que permiten construir componentes u objetos 3D capa a capa con distintos materiales: plásticos, metales, cerámicos, etc. La fabricación aditiva aplicada a los procesos industriales simplifica la fabricación, el almacenaje y la distribución, lo que supone un punto de inflexión en la industria en términos de eficiencia y productividad.
La iniciativa Rural 3D quiere incorporar un enfoque más participativo de todos los actores de la realidad rural al proyecto Trastocando la despoblación: La Fabricación Aditiva como disrupción tecnológica para luchar contra la despoblación rural y las desigualdades sociales y espaciales, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Unión Europea. Liderado por científicos del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM-CSIC) y el Instituto de Políticas y Bienes Públicos (IPP-CSIC), Rural 3D tiene como objetivo difundir el potencial de la fabricación aditiva en el medio rural, involucrar a los gobiernos locales e integrar la mirada de la comunidad rural en la investigación.
“La fabricación aditiva permite además pasar del modelo diseñado en el ordenador a la pieza final sin necesidad de moldes, gracias a la flexibilidad de las impresoras 3D. Las zonas rurales pueden beneficiarse del gran potencial de estas nuevas tecnologías, aprovechando así las oportunidades de deslocalización derivadas de este nuevo sistema de fabricación”, explica Iñaqui García, investigador en el CENIM-CSIC y coordinador de la Plataforma Temática Interdisciplinar del CSIC para el desarrollo de la Fabricación Aditiva (PTI-FAB3D), en cuya labor está enmarcado este proyecto.