Fecha
Autor
Vicente Ortega (Catedrático de la UPM. Director Cátedra ISDEFE-UPM)

La I+D+i en el Sector de la Defensa y la Seguridad

Las políticas de I+D+i del sector de la Defensa se enmarcan dentro de la política de <EM>I+D del Plan Nacional que es el principal instrumento de la conocida como "Ley de la Ciencia"</EM> para el fomento y coordinación de la investigación científica y técnica. Entre los objetivos de dicha ley figura: "el fortalecimiento de la defensa nacional" y entre las funciones de la CICYT (Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología) figura: "coordinar con el Plan Nacional las transferencias tecnológicas que se deriven del programa de adquisiciones del Ministerio de Defensa".
El Plan Nacional 2004-2007 establecía 10 "Áreas Temáticas Prioritarias", que englobaban 25 "Programas Nacionales". Entre ellas estaba el "Área de Seguridad y Defensa" que comprendía el "Programa Nacional de Seguridad" y el "Programa Nacional de Defensa". La gestión de este último programa ha estado encomendada al Ministerio de Defensa y dentro de éste a la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) que define las actividades de I+D de Defensa como aquellas que "tienen por finalidad contribuir a dotar a las Fuerzas Armadas españolas de sistemas de armas y equipos con el nivel tecnológico adecuado, y ayudar a preservar la base tecnológica e industrial española de la defensa".

Airbus A380. BurgundyMT

Para orientar las actividades de I+D+i en el sector de la Defensa, el Ministerio estableció el "Plan Director de I+D de la Defensa (PDID)" que data del año 2001 y en el que se contienen las prioridades temáticas y las áreas tecnológicas prioritarias, partiendo siempre del reconocimiento de la importancia de la relación entre las actividades I+D civil y militar, la importancia de la cooperación internacional, tanto en la OTAN como en la Organización Europea de Armamento (OEA) y en otras organizaciones y el reconocimiento de la singularidad de las actividades de I+D de Defensa, dadas las características especiales de este sector.


Siguiendo estas políticas, en la última década (1997-2007) la innovación en los sectores relacionados con la Defensa: empresas, universidades y centros de investigación, ha experimentado un incremento significativo en casi todas sus magnitudes.

Desde las Administraciones Públicas más relacionadas con la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) en este sector, que son el Ministerio de Defensa y Ministerio de Industria, se ha llevado a cabo un esfuerzo notable para la financiación de proyectos y actividades. Para comprender este esfuerzo hay que considerar que la intensidad en I+D de España en todos los sectores ha crecido desde 0,82% en 1997 a 1,29 en el año 2007, crecimiento relativo importante que, teniendo en cuenta el crecimiento sostenido por encima del 3% anual del PIB, daría un incremento significativo del gasto en términos absolutos. Sin duda, este indicador sigue todavía alejado del indicador medio de la Unión Europea (UE-15) que en el año 2005 era aproximadamente del 1,8%, cifra que podría alcanzarse pronto si se mantiene la actual política de incremento notable de la financiación de la I+D en los presupuestos generales del Estado.

El notable incremento del gasto en I+D+i general ha sido debido al aumento considerable de la financiación por parte de los sucesivos gobiernos de las actividades de I+D+i vinculadas al sector de la Defensa y la Seguridad

En buena medida, el notable incremento del gasto en I+D+i general ha sido debido al aumento considerable de la financiación por parte de los sucesivos gobiernos de las actividades de I+D+i vinculadas al sector de la Defensa y la Seguridad. Así, en el año 1999 cerca de un 54% del presupuesto del Estado de la Función 46, correspondiente a I+D+i, iba destinado a programas para investigación y desarrollo dependiente del Ministerio de Defensa (295 millones de euros) y para desarrollo e innovación en las industrias de Defensa (1.198 millones de euros), cuya gestión se encomienda al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Este fuerte incremento se debió en gran medida a la participación española en grandes programas europeos. Esta situación se ha mantenido en los últimos años, de modo que, en el año 2007, las cantidades presupuestadas para I+D+i para el área de la Defensa son 357 y 1.225 millones de euros, respectivamente.

Sin embargo, en el año 2007, el porcentaje de los presupuestos de la Función 46 para I+D+i del sector de la Defensa y la Seguridad ha descendido al 20%, dado que el fuerte incremento presupuestario el último quinquenio ha sido casi exclusivamente para el sector civil, tal como se refleja en el cuadro adjunto.


En el escenario internacional, y de acuerdo con "Main Science and Technology Indicators", OECD 2007/2, los gobiernos de España (Central más Comunidades Autónomas) dedicaban en el año 2005 un 0,13% del PIB a I+D+i en el sector de Defensa y Seguridad. Estas cifras son 0,59% para EE.UU.; 0,24% para UK; 0,20% para Francia; 0,13% para Suecia; 0,10% para UE-27; y 0,26% para OECD. España era, pues, el cuarto país europeo en porcentaje de gasto para la Defensa, ligeramente por encima de la media de la UE-27. Con la disminución producida en los tres últimos años es probable que en el año 2008 este porcentaje se sitúe en la media de la UE-27.

Desde algunos ámbitos académicos se cuestiona a veces la importancia dada por los gobiernos al fomento de la innovación industrial, traducida en que algo más de la mitad de los presupuestos del Estado para I+D+i sea dedicada al sector empresarial en forma de anticipos reembolsables o subvenciones parciales.

Esta política, iniciada en el año 1997 por un gobierno del Partido Popular, ha sido mantenida posteriormente por un gobierno del Partido Socialista. Desde mi punto de vista estas políticas son acertadas y se va en la buena dirección de que las políticas de I+D+i no estén sometidas a vaivenes derivados de las alternancias políticas en los gobiernos.

José A. Quirantes. I Concurso Foto mi+d


En general, el cuello de botella de la innovación se produce en el sector empresarial. El sector público académico -universidades y OPI's- todavía tiene que crecer, pero no engordar, y los resultados de su actividad: conocimientos, desarrollos y formación de investigadores, debe transferirse al sector empresarial para lo cual la demanda de las empresas debe aumentar para que no se produzca una saturación de publicaciones científico-técnicas y de investigadores en precario cuya salida sea la frustración o marchar a otros países con mayor desarrollo tecnológico.

En la última encuesta de innovación en España publicada por el INE (Instituto Nacional de Estadística), referida al año 2005, los gastos internos en actividades de I+D del sector empresarial fueron de un 54% del gasto total, correspondiendo el 46% restante al sector público y a las universidades, mientras que en la Unión Europea (UE-15) esta distribución era de 66% y 34%, respectivamente, en el año 2003, y en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) era del 70% y el 30%, respectivamente. Esto prueba que aún queda un largo camino por recorrer en la contribución del sector empresarial que, sin duda, necesita de políticas de fomento y promoción.

Dentro de la prioridad dada al sector empresarial por nuestros gobiernos, el sector de las industrias de Defensa y Seguridad ha jugado un papel relevante

El economista y profesor Juergen B. Donges, experto en políticas de innovación, en una conferencia en la Universidad Pontificia de Comillas sobre estrategias para la innovación tecnológica decía: "debería estar fuera de dudas que en una economía de mercado el papel crucial para las actividades de I+D+i le corresponde a las empresas privadas. Son éstas las que mejor saben con qué productos pueden penetrar en los mercados, crecer de forma sostenida y crear empleo estable y rentable. Si se involucra a los gobiernos para que persigan una política científica y tecnológica es obligado preguntarse cómo justificar la asignación de fondos públicos a esta área (empresarial) cuando hay otras a las que también hay que asignar partidas de gasto en los Presupuestos Generales del Estado (enseñanza, sanidad o vivienda). Esto obliga a los gobiernos a priorizar".

Dentro de la prioridad dada al sector empresarial por nuestros gobiernos, el sector de las industrias de Defensa y Seguridad ha jugado un papel relevante. Se produce en este sector un hecho particular y significativo: el planificador de la política de I+D+i es el gobierno de la nación que a su vez es el cliente principal de los productos y sistemas resultantes de los desarrollos, cosa que no ocurre con la misma intensidad en otros sectores. Si el cliente y planificador es "inteligente" el resultado de la política de innovación debe ser positivo a medio y largo plazo. ¿Es esto así? Algunos datos parecen confirmar que se va en la buena dirección.

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Así, en una encuesta realizada en el año 2006 por la Cátedra Isdefe-UPM, a partir de la encuesta general sobre innovación por el INE, para un conjunto significativo de empresas del sector de Defensa y Seguridad, se demostró que en prácticamente todos los indicadores de intensidad de la innovación, de personal de I+D+i empleado, de colaboración con universidades y OPI's, de patentes, de exportaciones y otros, las cifras están muy por encima de las dadas por el INE para todo el sector empresarial.

Además de los indicadores de tipo económico, debemos considerar también los indicadores de tipo político y social.


La defensa de España es un derecho y un deber de todos los españoles, tal como señala la Constitución Española en su artículo 30.1, aunque encargue a las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad las misiones principales de garantizar la soberanía, defender el ordenamiento constitucional y proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades al tiempo que garantiza la seguridad ciudadana (artículos 8.1 y 104.1).

El cumplimiento de esas misiones requiere, entre otras muchas cosas, disponer de los medios materiales adecuados que, en los entornos internacionales actuales, requieren la incorporación de tecnologías avanzadas y equipos y sistemas de alta complejidad, que pueden adquirirse en otros países, política seguida hasta 1990, o tratar de desarrollarse y producirse en España, tratando de adquirir también una cierta "soberanía" tecnológica de todos los sectores implicados en la actividad de innovación. Por sus características peculiares los sectores de la Defensa y Seguridad pueden y deben ser uno de los motores de la I+D+i en España, como sucede en otros países más desarrollados de nuestra área de cooperación política, económica y social.

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