Los resultados de un estudio realizado por investigadoras de la <a href="https://www.uah.es/es/" title="Universidad de Alcalá" alt="Universidad de Alcalá" target="_blank">Universidad de Alcalá</a> (UAH) y de la <a href="http://portal.uned.es/portal/page?_pageid=93,1&_dad=portal&_schema=PORTAL" title="Universidad Nacional de Educación a Distancia" alt="Universidad Nacional de Educación a Distancia" target="_blank">Universidad Nacional de Educación a Distancia</a> (UNED) plantean una contradicción entre la realidad familiar conflictiva de jóvenes en situación de acogimiento residencial y las expectativas de un tránsito a la vida adulta precisamente con esa familia como principal referente y recurso.
"Se trata de un aspecto problemático y contradictorio dado que la intervención con las familias de los jóvenes resulta compleja, la participación y el compromiso familiar con el proceso de emancipación son escasos y, en general, son valorados negativamente por los educadores, llegando a ser considerados como un obstáculo para la transición a la vida adulta de algunos jóvenes", explica Gema Campos Hernando, profesora de la UAH y coautora del estudio publicado en la revista Educación XX1.
El trabajo se enmarca en una investigación más amplia sobre la puesta en marcha por parte de la Comunidad de Madrid del plan de formación para los jóvenes protegidos en acogimiento residencial: "Plan de preparación para la vida autónoma 16-21 años".
La investigación se sitúa en el momento inmediatamente anterior a la salida del centro de protección, reuniendo por lo tanto información importante sobre los riesgos y oportunidades del tránsito a la vida adulta de los jóvenes ex tutelados, en concreto los relacionados con la familia origen. En el estudio han participado 105 profesionales de la intervención socioeducativa y 106 jóvenes de 54 recursos de acogimiento residencial de la Comunidad de Madrid. Su edad media es de 17 años, el 48,6% son hombres y el 51,4% son mujeres. El 36,2% son extranjeros, siendo la estancia media de estancia en España de 8 años y 8 meses. Por su parte, los educadores tienen entre 24 y 59 años. El 78,1% son mujeres y el 21,9% hombres. Llevan una media de casi tres años de intervención socioeducativa con cada uno de los chavales.
Más de la mitad de los jóvenes, el 53% expresaron que su familia podía proporcionarles apoyo a nivel personal y apoyo para la emancipación. Por su parte, los educadores opinaron que la calidad de la relación del joven con la familia era baja, siendo la media de sus valoraciones de 4,87, en una escala del 0 al 10. Además, el 73,5% de los educadores manifiesta que la familia no ha participado en las actuaciones realizadas para facilitar el tránsito a la vida adulta. Se plantea una contracción fundamental entre la realidad familiar conflictiva de estos jóvenes y las expectativas de tránsito a la vida adulta precisamente con esa familia como principal referente y recurso, pues quienes regresan a sus familias se exponen a volver a tener los mismos problemas que originaron su salida de las misma, o a recibir un trato que, tras su paso por protección, le resulta muy infantil.
Por ello, las autoras del estudio plantean que uno de los temas que se deberían abordar en los programas de preparación para la autonomía es el de entrenar a los jóvenes para anticiparse a los conflictos familiares y saber enfrentarse a situaciones de estrés causadas por la propia familia de una forma saludable.
Referencia bibliográfica:
Cuenca París, M. E.; Campos Hernando, G. y Goig Martínez, R. M. (2018). El tránsito a la vida adulta de los jóvenes en acogimiento residencial: El rol de la familia. Educación XX1, 21(1), 321-344, DOI: 10.5944/educXX1.16510