Aitana Tamayo<br />Investigadora ComFuturo en el <a href="https://www.icv.csic.es/" target="_blank">Instituto de Cerámica y Vidrio</a> del CSIC
La Fundación General CSIC promueve el Programa ComFuturo, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y distintas empresas españolas, con el objetivo de evitar el abandono de la carrera científica de jóvenes investigadores altamente cualificados o su expatriación. El compromiso de la iniciativa privada sustenta el desarrollo de proyectos que den respuesta a demandas científicas y tecnológicas relevantes.
1.- Para empezar esta entrevista, nos gustaría conocer cómo nació su vocación científica ¿Cuándo y por qué decidió que quería ser científico?
Yo creo que desde pequeña. Antes de acabar el colegio, a los 11 o 12 años, ya tenía muy claro que quería estudiar Química. Aunque no conocí a fondo el mundo de la investigación hasta que algunos profesores de los últimos años de carrera me ofrecieron la posibilidad de iniciar mi formación en los laboratorios de la Universidad. No obstante, no me veía para siempre en la Universidad y, tras cuatro años trabajando en la empresa privada, en laboratorios de Calidad e I+D, decidí hacer caso a mi verdadera vocación y comencé mi trayectoria en el CSIC.
2.- ¿Cuál es su formación y trayectoria como investigador? ¿A qué instituciones ha estado vinculado hasta ahora?
Estudié Química en la Universidad Complutense de Madrid, especializándome en Química de Materiales que, por aquel entonces, era una especialidad completamente nueva y con enorme potencial. Años más tarde, realicé mi tesis doctoral en el Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC, especializándome en materiales vítreos para aplicaciones a alta temperatura. Nada más defender mi tesis, realicé una estancia postdoctoral de un año en la University of Colorado, en Boulder (EE.UU.) y otra de dos años en la Technische Universität Darmstadt, en Alemania. Ya en el año 2010, convencida de que también se podía hacer investigación de calidad en España, regresé de nuevo al Instituto de Cerámica y Vidrio, donde me encuentro ahora, con un contrato ComFuturo.
3.- ¿Qué le impulsó a presentar su solicitud al Programa ComFuturo? ¿Qué características diferenciales de este Programa le atrajeron a ello?
Aitana Tamayo
En primer lugar me pareció muy atractivo que se nos diera una oportunidad a los jóvenes investigadores para que presentáramos propuestas para dirigir nuestros propios proyectos de manera independiente. Además, me gustó la clara orientación hacia la resolución de problemas directamente ligados con el desarrollo industrial, poniendo de manifiesto la importancia de la colaboración público-privada en la investigación.
4.- ¿En qué líneas de investigación está trabajando con la ayuda ComFuturo en el CSIC y qué resultados concretos espera alcanzar?
Ahora mismo me encuentro trabajando en el desarrollo de nanocomposites cerámicos que incorporan un catalizador para la obtención de combustibles limpios. Gracias a este catalizador podemos provocar la descomposición en dos etapas del CO2 y agua, y como producto de esta reacción se obtiene un gas, que se denomina gas de síntesis, que se puede emplear directamente como combustible o ser incorporado en otros procesos industriales. Decimos, además, que son combustibles limpios porque son obtenidos mediante el empleo de fuentes de energía renovables. En este proyecto emplearé radiación solar concentrada como única fuente de energía para alcanzar las temperaturas necesarias para que tengan lugar las reacciones químicas de formación del combustible.
5.- ¿Qué utilidad económica y social tiene su proyecto? ¿Cómo va a beneficiarse la sociedad de los resultados que obtenga?
Mi proyecto tiene un fuerte componente ambiental. Responde al creciente aumento de la demanda energética y del empleo de combustibles en la sociedad buscando alternativas sostenibles y no contaminantes para la minimización de la emisión de gases de efecto invernadero.
6.- ¿Considera que está, como joven investigador, en un momento especialmente creativo de su carrera investigadora y qué destacaría de su momento vital como científico?
En este momento converge la experiencia adquirida a lo largo de toda mi trayectoria profesional con las ganas de emprender proyectos de investigación de calidad en España. Conocer otras formas de trabajar, ya sea en la industria o en otros laboratorios, siempre te permite adquirir nuevas perspectivas y buscar soluciones que, quizá antes no habías explorado. En ese sentido, sí que considero que mi investigación es ahora mucho más rica y creativa que lo era hace unos años. Respecto a qué destacaría de mi momento vital como científico, quizá, el hecho de poder abrir por fin mi propia línea de investigación, lo que supone un gran reto que afronto con muchas ganas y energía.
7.- ¿Qué cualidades crees que debe tener un buen investigador?
Lo fundamental para mi es la curiosidad por todo, cómo ocurren las cosas, por qué funcionan. También es importante la paciencia y la perseverancia, no dejarse abatir por unos resultados que no son los que esperas. Y sobre todo, la capacidad de observación.
8.- ¿Qué mensaje lanzaría a las empresas para animarles a apostar por la investigación y el talento joven a través de un programa de responsabilidad social como este?
Estamos asistiendo a la mayor y mejor generación de talento que hemos tenido jamás en la historia. Cuando sales al extranjero, ves que muchos investigadores quieren incorporar a jóvenes españoles en sus laboratorios. Por eso se van tantos. Porque nos quieren. Por nuestra formación, por nuestras habilidades, por nuestra imaginación, por nuestra creatividad. Y no tenemos que dejar que otras empresas, otros países, se aprovechen de ese talento. Que dejemos a un lado nuestro complejo de que España nunca va a ser líder en investigación y desarrollo industrial, porque no es cierto. Ahora las empresas tienen en su mano dar un impulso a la investigación.