El entorno ejerce una influencia genética en la inteligencia de las personas, de la misma forma que lo hace la pobreza o la constitución física: las experiencias personales no sólo afectan al desarrollo neuronal, sino también a la cognición.
Los cambios epigenéticos inducidos por el medio ambiente en nuestro material genético tienen un mayor impacto en la inteligencia de lo que se pensaba anteriormente, ha descubierto una investigación de la Universidad Charité de Berlin, cuyos resultados se publican en la revista Translational Psychiatry.
Esta investigación ha confirmado que existe un vínculo entre las diferencias en el rendimiento de la prueba de Cociente Intelectual (CI) y la actividad de ciertos genes: las modificaciones en la estructura de un gen específico tienen un impacto negativo en el rendimiento de las pruebas individuales.
El estrés y las experiencias adversas son ejemplos de factores ambientales que pueden afectar a la actividad de los genes, lo que lleva a cambios estructurales en nuestro material genético (genoma).
Estos "cambios epigenéticos" permiten que el genoma humano se adapte a su entorno, consiguiendo así que este ADN modificado se transmita a la próxima generación de células, así como a la información que determina si, y en qué condiciones, un gen particular es o no activado.
Este estudio, dirigido por el Dr. Jakob Kaminski, comparó los resultados de las pruebas de CI de cerca de 1.500 adolescentes con las modificaciones epigenéticas de los jóvenes. El estudio se centró en testar genes que son importantes en la transmisión de señales basada en la dopamina, un mensajero químico (neurotransmisor) del sistema nervioso central.
La dopamina juega un papel importante en el sistema de recompensa del cerebro y es crucial para modular el impulso y la motivación de una persona. Los investigadores pudieron demostrar un vínculo entre la regulación epigenética de la dopamina y el rendimiento en el test CI de un individuo.
De esta forma comprobaron que no sólo las experiencias personales y relacionales afectan al desarrollo neuronal, sino que también influyen en los mecanismos genéticos implicados en procesos complejos, como es el caso de la inteligencia.
MENOS MATERIA GRIS
Los resultados de este trabajo pusieron de manifiesto que la materia gris del cuerpo estriado es menos densa en las personas que tienen un gen específico modificado, respecto de las personas que no tienen esta alteración genética. El cuerpo estriado tiene un papel importante en las funciones cognitivas a través del núcleo caudado.
Aunque un cambio epigenético por sí solo no alcanza a transformar la evolución de una persona, especialmente en lo que respecta a su nivel intelectual, esta investigación ha comprobado que desempeña un papel importante en la evolución de las funciones cognitivas.
"La epigenética se suma así al rango de factores que contribuyen a los resultados en los test de inteligencia, de la misma forma que lo hacen la pobreza y la constitución genética", explica Kaminski en un comunicado.
Y añade: "en este estudio hemos podido constatar cómo las diferencias individuales en los resultados de los test de inteligencia están relacionados con los cambios genéticos y con las diferencias en la actividad cerebral, ambas influidas por el entorno".
Los investigadores esperan realizar estudios más profundos para determinar el alcance de los efectos ambientales y de las modificaciones neurobiológicas inducidas, sobre el rendimiento de la prueba de CI.
Referencia bibliográfica:
Jakob A. Kaminski et al. 2018. Epigenetic variance in dopamine D2 receptor: a marker of IQ malleability?. Translational Psychiatry, 8, 169. DOI: 10.1038/s41398-018-0222-7