Los científicos de una universidad danesa no descartan la posibilidad de que el antimonio presente en las cañerías haya causado grandes estragos en la salud pública de esta antigüa civilización romana.
El sistema de agua potable de la antigua ciudad de Pompeya convirtió al Imperio romano en la civilización más avanzada de su época. Sin embargo, unas investigaciones recientes de la Universidad del Sur de Dinamarca han encontrado antimonio, una sustancia química presente en las tuberías, éste pudo haber contribuido al deterioro de la salud pública de los pompeyanos en la Antigüedad. Esta hipótesis se sustenta en un trozo pequeño de cañería, el cual es probable que se encuentre en cada una de ellas. Los teóricos de este prestigioso centro creen que esto pudo haber sido la causa de severas intoxicaciones que resultaron en un punto y final al apogeo de esta metrópoli.
Arqueólogos y científicos siguen preguntándose qué fue lo que provocó la decadencia de la majestuosa Pompeya. Unos estudios anteriores a los que se realizaron en esta universidad danesa, aseguraban que el plomo de las tuberías producía graves daños en la salud de los civiles. Después de que algunas comunidades científicas rechazasen la idea tiempo atrás, actualmente los investigadores de este centro académico han encontrado nuevas evidencias sobre los antiguos conductos, los cuales nos remontan a una espantosa epidemia que afectó gravemente al bienestar gastrointestinal de la sociedad romana.
Al parecer, éstas tuberías presentan índices elevados de toxicidad en la sustancia llamada antimonio, con la que estuvo en contacto la salida del agua potable, dispuesta para ser consumida por todos los habitantes de esta ciudad del Imperio Romano.
Este elemento tan perjudicial pudo haber causado vómitos y diarreas graves, infartos y otros indicios del empozoñamiento.
El grupo de científicos de la Universidad del Sur de Dinamarca asegura que el plomo no era realmente el problema si no el antimonio, el cual se encontró en grandes cantidades en solamente un trozo de cañería de 40 mm.
La arqueóloga y especialista química, Kaare Lund Rasmusen aseguró: "Las concentraciones eran altas y definitivamente problemáticas para los antiguos romanos". Ella se sustentó en un aparato de última tecnología para la detección de elementos químicos: el espectómetro de masa de plasma inductivo Bruker 820, asimismo este artilugio permite identificar en donde se encuentran de manera abundante.
La diferencia entre los daños que puede ocasionar el antimonio sobre el plomo es la rapidez en la que afecta al organismo humano, el primero provoca un desastre casi ipso facto, por su elevada toxicidad. El segundo al liberar grandes cantidades de cal insalubres afectan gravemente a quien consuma el agua, solo que el problema no se ve de manera inmediata.
La fontanería subterránea en una Pompeya bajo las cenizas que trajo consigo la erupción del volcán en el 726 d.C. muestra un exceso de plomo en su sistema de agua 'potable', siendo una de las posibles causas del deterioro paulatino en la población.
Los científicos actualmente encuentran grandes trabas para continuar su rigurosa investigación. Toda la ciudad fantasma está protegida por la UNESCO, con lo cual la tarea minuciosa y ligeramente invasiva del muestreo de las tuberías tendrá que esperar u olvidarse. Los académicos quieren terminar de resolver el gran enigma que mermó a los pompeyanos, si el exceso de plomo o el antimonio en el consumo del agua.