Tras evaluar el riesgo de exposición a las mezclas de plaguicidas en diferentes especies de abejas, un estudio realiza distintas recomendaciones para apoyar la salud de los polinizadores y el bienestar general del ecosistema
La disminución de las poblaciones de abejas a nivel mundial plantea una amenaza para la reproducción de las plantas silvestres y los cultivos, lo que puede tener un impacto negativo en la producción de alimentos y el equilibrio de los ecosistemas. Se ha identificado el uso de plaguicidas como una de las principales causas de este declive. Las abejas pueden estar expuestas a ellos cuando consumen néctar y polen de las flores de los cultivos y de las plantas circundantes.
En un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de la Universidad de Bolonia (UNIBO) se han identificado y cuantificado los residuos de plaguicidas en el polen y néctar de flores de campos de melón en la cuenca del Tajo madrileña con el fin de evaluar el riesgo potencial de exposición a las mezclas de plaguicidas en diferentes especies de abejas. Además, en el trabajo se ha realizado una prueba crónica de toxicidad oral en micro-colonias de abejorros utilizando una de las mezclas de plaguicidas más frecuentes. Los resultados obtenidos tienen implicaciones significativas para mejorar los esquemas de evaluación del riesgo de plaguicidas para garantizar la conservación de los polinizadores.
Tradicionalmente, los estudios de ecotoxicología estiman la exposición a los plaguicidas mediante el análisis de residuos en el polen recolectado de abejas melíferas. Sin embargo, los investigadores de este estudio de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) de la UPM y de la Universidad de Bolonia sugieren que examinar los residuos directamente en las flores proporciona una medida de exposición más precisa. “Los residuos encontrados en el polen recolectado por las abejas de la miel a menudo están mezclados con néctar u otras secreciones glandulares que pueden diluir su concentración. Tampoco estarán presentes las medidas de residuos de las abejas expuestas a dosis letales o subletales que no regresan a la colmena”, señala Celeste Azpiazu, investigadora de la UPM que ha formado parte del equipo de trabajo. Además, continúa, “muchos estudios se centran en plaguicidas individuales. Sin embargo, en los paisajes agrícolas es frecuente que las abejas se encuentren con mezclas de productos durante su búsqueda de alimento”.
Detalle de una micro-colmena de abejorros/Foto: Celeste Azpiazu.
Los resultados de la investigación revelaron la presencia de 19 ingredientes activos de plaguicidas en las flores de campos de melón, incluyendo insecticidas, fungicidas y herbicidas. Curiosamente, 11 de estos ingredientes activos no se habían aplicado durante la temporada en la que se realizaron las muestras, lo que sugiere que podrían haber estado acumulados en el suelo, en el agua de riego contaminada o haberse dispersado desde campos vecinos. Estos plaguicidas se detectaron principalmente en el polen, mientras que en el néctar solo se encontraron cuatro de ellos y a concentraciones menores.
Mientras las evaluaciones de riesgo actuales solo consideran la abeja de la miel, , los investigadores se estudiaron el riego de exposición a múltiples plaguicidas en tres especies: la abeja melífera, el abejorro y la abeja solitaria, todas ellas recomendadas para su inclusión en las evaluaciones de riesgo ambiental por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Las abejas solitarias fueron las más vulnerables, seguidas por las abejas melíferas y los abejorros. El insecticida imidacloprid se identificó como el principal contribuyente al riesgo para estas especies. “Cabe destacar que el uso de imidacloprid en la Unión Europea ha sido restringido después de que se recopilaron los datos para este estudio. Ahora su aplicación está limitada a invernaderos permanentes donde las plantas completan todo su ciclo de vida”, comenta Elisa Viñuela, investigadora también de la UPM que ha dirigido el estudio.
Por otro lado, cuando se realizaron pruebas con una mezcla de insecticidas comúnmente utilizados en el área de estudio en microcolonias de abejorros, no se observaron diferencias significativas en términos de mortalidad, recolección de polen y jarabe, ni producción de descendencia. Esto puede deberse a que las concentraciones de los insecticidas evaluados eran bajas. Sin embargo, los integrantes del equipo de trabajo sugieren la necesidad de realizar más estudios en otras especies de abejas para obtener un panorama más completo.
En resumen, los resultados de este estudio resaltan la importancia de considerar no solo las abejas melíferas, sino también otras especies de abejas en las evaluaciones de riesgo de los plaguicidas. Además, se destaca la importancia de tener en cuenta los efectos subletales y sinérgicos de estos productos químicos. Por tanto, la realización de estas pruebas antes de comercializar nuevos plaguicidas en el mercado es fundamental para garantizar la salud de los polinizadores en los agrosistemas.
Referencia bibliográfica: Azpiazu, C., Medina, P., Sgolastra, F., Moreno-Delafuente, A. and Vinuela, E. (2023) Pesticide residues in nectar and pollen of melon crops: Risk to pollinators and effects of a specific pesticide mixture on Bombus terrestris (Hymenoptera: Apidae) micro-colonies. Environmental Pollution 326 (2023) 121451. https://doi.org/10.1016/j.envpol.2023.121451.