El trabajo establece concretamente las herramientas de evaluación necesarias para la recuperación del miembro superior en pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular
Un artículo reciente, publicado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en British Journal of Occupational Therapy, recomienda y clasifica las herramientas de evaluación necesarias para la recuperación del miembro superior en pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular.
Un panel de 29 terapeutas ocupacionales de 11 comunidades autónomas participó en el estudio. Tras 3 rondas, la tasa de abandono fue del 31%. De las 129 herramientas de evaluación propuestas, 23 alcanzaron consenso. De ellas, 7 se clasificaron, según la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), en el componente de funciones y estructuras corporales; 11 en el de actividades; 3 en el de participación; y 2 como "otros".
“Las recomendaciones resultantes tienen como objetivo ayudar a los terapeutas ocupacionales en la toma de decisiones sobre qué herramientas de evaluación escoger en la recuperación del MS tras un ACV, mejorando la calidad de la práctica clínica”, destacan los autores.
“También —agregan— tienen el potencial de reducir la heterogeneidad de las herramientas empleadas en la investigación, favoreciendo la realización de metaanálisis, esenciales para avanzar en la comprensión de la recuperación de las secuelas del ACV. Sin embargo, las herramientas deberán revisarse y actualizarse periódicamente para reflejar los avances en el diagnóstico de la disfunción del MS en el ACV”.
La necesidad de consenso
El accidente cerebrovascular (ACV) es una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Entre las secuelas que deja, destaca la afectación del miembro superior (MS), asociada con limitaciones en las actividades y restricciones en la participación. Por lo tanto, mejorar la funcionalidad del MS es un objetivo prioritario.
La evaluación del MS tras un ACV es importante tanto en la práctica clínica como en la investigación. Para medir los déficits multidimensionales del MS y comprender su impacto en la vida, se puede emplear la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF).
Sin embargo, en las guías de práctica clínica existe una falta de consenso sobre las herramientas que deberían utilizarse para la evaluación del MS después de un ACV, y existe una gran heterogeneidad entre países, lo cual hace necesario explorar las preferencias geográficas.
La actual falta de recomendaciones explícitas puede obstaculizar la comprensión de los mecanismos de recuperación y el diseño de tratamientos más efectivos. Además, en estudios Delphi recientes sobre herramientas de evaluación en ACV, los terapeutas ocupacionales estaban infrarrepresentados.
Rondas de consenso
Los investigadores llevaron a cabo un estudio Delphi electrónico de ámbito nacional, longitudinal y cuantitativo. Para constituir el panel de expertos, se reclutaron, mediante muestreo no probabilístico, terapeutas ocupacionales que trabajaban en España en clínica, docencia o investigación, con estudios de postgrado en patología neurológica y al menos 10 años de experiencia en daño cerebral adquirido.
Respecto a los instrumentos, emplearon un cuestionario ad hoc para recoger datos demográficos, académicos y laborales de los expertos, y otro cuestionario ad hoc sobre herramientas de evaluación para el MS en ACV.
Cada herramienta se acompañaba de una escala Likert de 9 puntos para calificar su importancia en la recuperación del MS. Las puntuaciones de 1 a 3 indicaban "baja importancia", de 4 a 6 "importancia incierta" y de 7 a 9 "alta importancia".
Así, se llevaron a cabo 3 rondas consecutivas de consenso entre febrero y julio de 2022. Los expertos tuvieron un mes para responder al cuestionario de cada ronda. Cuando al menos el 75% de los expertos calificaba una herramienta con una puntuación de 7 a 9 en la escala Likert, se alcanzaba consenso.
Si una herramienta no alcanzaba consenso, podían darse dos situaciones: si la mediana de las puntuaciones era ≥ 7, la herramienta pasaba a la siguiente ronda de consenso; y si la mediana era ≤ 6, la herramienta era eliminada.
De esta manera, los autores lograron realizar un análisis descriptivo de los resultados, empleando porcentajes y medidas de tendencia central. En las rondas 2 y 3, ofrecieron retroalimentación individualizada sobre las puntuaciones de la ronda previa y fichas sobre las características de las herramientas, para que los expertos reflexionaran sobre sus puntuaciones.
Referencia bibliográfica: Madroñero-Miguel, B.; Cuesta-García, C. (2023). Spanish consensus of occupational therapists on upper limb assessment tools in stroke. British Journal of Occupational Therapy, 0(0).
doi.org/10.1177/03080226231175574.